IM VETERINARIA #1 - page 23

23
im veterinaria
E
n este artículo hemos analizado el estado actual del
campo del diagnóstico por imagen en traumatología
desde el punto de vista del radiólogo veterinario que
trabaja en un centro de referencia. Naturalmente, esta
visión es distinta a la de muchas clínicas, pero el objetivo es
presentar una visión general aprovechando el acceso a un vo-
lumen muy elevado de casos clínicos.
Se podría enfocar este resumen partiendo de situaciones
clínicas particulares o desarrollando el distinto tipo de caso
que llega a cada una de las modalidades de diagnóstico por
imagen.
Situaciones clínicas en traumatología en
relación con el diagnóstico por imagen
Aún con el riesgo de simplificar demasiado la situación, se po-
dría decir que existen tres tipos fundamentales de situaciones
clínicas: la primera, aquella en la que la técnica de imagen, sea
cual sea la modalidad, se utiliza para investigar un cuadro clí-
nico donde la cojera es el síntoma fundamental (figura 1), se-
gunda, aquella con historia de trauma y / o politrauma severos
y, por último, hablaríamos de casos donde se ha realizado una
intervención quirúrgica y se utiliza el diagnóstico por imagen
para guiar la intervención quirúrgica y monitorizar el progreso
del paciente.
Los casos de cojera se investigarán de un modo distinto de-
pendiendo de si el cuadro es agudo o crónico, si el paciente es
joven, adulto o geriátrico, si el paciente es muy activo o no y,
naturalmente, teniendo también en cuenta factores económi-
cos y si existe acceso fácil a técnicas más avanzadas de imagen.
Por ejemplo, un perro adulto relativamente activo con una
cojera de tercio posterior y sospecha de lesión de ligamento
cruzado anterior seguramente se evaluará con radiografías.
Un perro con cojera de tercio anterior reacio a la manipulación
del codo y con sospecha de displasia de codo podría evaluarse
radiográficamente pero no sería tampoco erróneo pasar di-
rectamente a una tomografía computerizada para evaluar el
codo, confirmar la sospecha de displasia, determinar el tipo de
lesiones presentes e indicar que tipo de terapia se puede dis-
cutir con el propietario: artroscopia para tratar un fragmento
de la apófisis coronoidea medial o una osteocondritis disecan-
te, por ejemplo.
Un caso de politrauma puede también beneficiarse de una
valoración con diversas modalidades. Radiología primero para
una visión general de la zona traumatizada pero también tó-
rax y abdomen. A partir de ahí, si se encuentra una fractura
complicada y se quiere valorar en mayor detalle el tórax y el
abdomen, la tomografía computerizada jugaría un papel im-
portante.
Las radiografías siguen siendo la técnica más utilizada a la
hora de guiar y monitorizar intervenciones quirúrgicas, ya sea
fracturas, sea intervenciones para tratar lesiones de ligamento
cruzado anterior o luxaciones de rótula, entre otras. En estos
casos la radiología se utiliza para el diagnóstico, para guiar la
intervención quirúrgica y luego monitorizar la progresión tras
la misma.
1
3
2
Figura 1
Proyección craniocaudal de la articulación coxofemoral derecha de
un Carlino macho de 6 meses de edad diagnosticado con necrosis
avascular de la cabeza del fémur. La radiografía demuestra la alte-
ración marcada de la forma de la cabeza femoral así como la pre-
sencia de subluxación. El perro demostraba cojera crónica y moles-
tias durante la manipulación, así como atrofia muscular regional.
Figuras 2 y 3
Proyección mediolateral (figura 2) de la rodilla izquierda de un La-
brador Retriever de dos años de edad con historia reciente de cojera
marcada de esta extremidad. No se conocía una historia previa de
cojera. Junto con la proyección caudocraneal (figura 3) se demues-
tra la presencia de una lesión focal lítica que afecta también al hue-
so cortical. Diagnostico citológico: osteosarcoma.
1...,13,14,15,16,17,18,19,20,21,22 24,25,26,27,28,29,30,31,32,33,...68
Powered by FlippingBook