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im veterinaria
Figura 3
Teckel con dolor cervical asociado a una extrusión discal. Nótese la
postura típica de dolor cervical, caracterizada por mantener el cue-
llo bajo, elevando solo los ojos (pero no la cabeza) al mirar, y con
arqueamiento de la columna toracolumbar que es secundario a la
posición baja de la cabeza.
Figura 4
Imagen transversa (izquierda) y reconstrucción 3D (derecha) de un
TAC de la columna cervical de un Teckel con una extrusión discal si-
tuada entre la segunda y la tercera vértebras cervicales. Las flechas
rojas indican el material discal extruido que está ocasionando com-
presión y desplazamiento severo de la médula espinal.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de la EDI se realiza en base a la historia clínica, la
sintomatología del paciente, los resultados del examen neuro-
lógico, y los hallazgos derivados de las pruebas de diagnóstico
por imagen (radiografías, mielografía, tomografía axial com-
puterizada (TAC), o resonancia magnética (RM)). El examen
neurológico es la herramienta clave para confirmar que exis-
ten déficits neurológicos y/o dolor de columna y para localizar
la zona concreta de la columna dónde se encuentra el proble-
ma (cuello o columna toracolumbar o lumbosacra). Ante la
sospecha de una hernia discal, es recomendable que el perro
sea evaluado por un neurólogo veterinario especialista que le
hará un examen neurológico de calidad. Esto es fundamental,
antes de realizar pruebas de diagnóstico por imagen, para sa-
ber el área donde se encuentra el problema y evitar errores de
localización, minimizando así, también, el tiempo de sedación
o anestesia para el animal y el importe económico asociado a
éstas técnicas de imagen.
Aunque una radiografía puede proporcionar una idea prelimi-
nar de la existencia de una hernia discal, necesitaremos el uso
de radiografías con contraste (mielografía) o, preferiblemente,
técnicas avanzadas de imagen como TAC (Figura 4) o RM, para
confirmar el diagnóstico y precisar el lugar exacto de la lesión.
Opciones de tratamiento
Existen dos opciones principales de tratamiento para la EDI:
médico y quirúrgico. La elección de uno u otro tipo de trata-
miento viene marcada por varios factores, como son la grave-
dad de la sintomatología que presenta el animal, si el episodio
es el primero o recurrente, la presencia de otras enfermedades
que supongan un riesgo anestésico (ej. enfermedades cardía-
cas severas), etc.
El tratamiento médico se utiliza frecuentemente en casos en
los que los síntomas neurológicos son relativamente leves e
incluyen dolor de columna aislado o dolor de columna más
déficit neurológico leve o muy leve. El tratamiento médico
consta de reposo estricto y medicación analgésica y/o anti-in-
flamatoria.
El tratamiento quirúrgico es el tratamiento de elección en
todos aquellos casos de perros con hernia discal que sufren
parálisis o tetraplejia (que no pueden mover las extremidades
posteriores o ninguna de las 4 extremidades, respectivamen-
te), animales que pueden mover las extremidades pero que
han perdido la capacidad de caminar por sí solos, y aquellos
animales con dolor de columna y déficits neurológicos apa-
rentemente más leves pero que no mejoran tras haber reali-
La degeneración de los discos intervertebrales
se produce con la edad y existen dos tipos: de-
generación condroide y degeneración fibroide
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zado un tratamiento médico adecuado. La técnica quirúrgica
más frecuente para el tratamiento de hernias cervicales se
llama slot ventral, mientras que la técnica quirúrgica más em-
pleada para tratar hernias toracolumbares se llama hemilami-
nectomía. Es importante subrayar que antes de llevar a cabo el
tratamiento quirúrgico de cualquier hernia discal es necesario
haber efectuado previamente un estudio de diagnóstico por
imagen de calidad, que nos permita identificar el lugar exacto
de la lesión. Igualmente, el procedimiento quirúrgico debe ser
realizado por veterinarios especialistas en neurocirugía que
cuenten con la experiencia adecuada.
Pronóstico
El pronóstico de la EDI depende de la sintomatología inicial
del paciente. En el caso de las hernias cervicales, aproximada-
mente el 60-70% de los perros con síntomas de dolor y déficits