63
im veterinaria
Las micotoxinas son metabolitos fúngicos que
ejercen un efecto tóxico sobre las personas y los
animales. No todos los hongos pueden producir
micotoxinas
sea la causa de esta mayor sensibilidad. En felinos, la mayoría
de las intoxicaciones por permetrina se producen cuando se
aplican productos anti-pulgas de perros a esta especie felina.
La permetrina es lipofílica y se distribuye rápidamente a la gra-
sa y al sistema nervioso central (SNC). Los síntomas clínicos de
la intoxicación en gatos incluyen fasciculaciones musculares,
temblores, incoordinación, convulsiones, midriasis, hiperes-
tesia e hipertermia. Los síntomas suelen aparecer entre 3 y
72 horas tras la exposición. No se ha descrito una correlación
clara entre la cantidad de permetrina absorbida a través de la
piel y la severidad de los síntomas. El diagnóstico se basa en
la historia clínica y los síntomas clínicos. El tratamiento inclu-
ye la descontaminación cutánea mediante baños con agua
templada y jabón lavavajillas, el control de la hipertermia, la
prevención de la hipotermia y el tratamiento de los temblores
y fasciculaciones musculares y de las convulsiones. El metocar-
bamol administrado por vía intravenosa en bolos o en infusión
ayuda a reducir y controlar los temblores. En casos de temblo-
res y/o convulsiones severas, se pueden utilizar infusiones de
barbitúricos, propofol o anestesia inhalatoria. Asimismo, se re-
comienda la administración de fluidoterapia intravenosa. Re-
cientemente, el uso de la terapia intravenosa con lípidos se ha
descrito para el tratamiento de intoxicaciones por sustancias
lipofílicas en pequeños animales, incluidos casos de intoxica-
ción por permetrina en gatos. El objetivo de este tratamiento
es que la terapia lipídica se una a la toxina lipofílica para redu-
cir los síntomas clínicos.
2. Micotoxinas tremorgénicas
Las micotoxinas son metabolitos fúngicos que ejercen un
efecto tóxico sobre las personas y los animales. No todos los
hongos pueden producir micotoxinas. Las micotoxinas tre-
morgénicas afectan principalmente al SNC y son producidas
por hongos de los géneros Penicillium, Aspergillus y Claviceps.
Las micotoxinas tremorgénicas más comunes que originan
intoxicaciones en pequeños animales son el penitrem A y la
roquefortina. El origen más frecuente de estas toxinas son los
alimentos que han desarrollado mohos (pan, queso, nueces,
alimentos de la basura), así como el material vegetal en des-
composición en silos o el compost. Una dosis de 0,5 mg/kg
de penitrem A purificado administrada intraperitonealmente
a perros origina temblores agudos y muerte. El penitrem A y
la roquefortina se absorben rápidamente tras la ingestión y se
excretan principalmente a través de la bilis. Las micotoxinas
tremorgénicas son lipofílicas y, por tanto, cruzan la barrera he-
matoencefálica y penetran en el SNC. Aunque el mecanismo
de acción de estas toxinas se desconoce, existe la posibilidad
de que estas micotoxinas tremorgénicas inhiban la acción del
neurotransmisor inhibitorio glicina, dando lugar por tanto una
excitación del SNC. Los síntomas clínicos de la intoxicación
por micotoxinas tremorgénicas en perros generalmente apa-
recen en 30 minutos tras la ingestión, aunque pueden tardar
hasta 2 o 3 horas en desarrollarse. Los síntomas iniciales inclu-
yen irritabilidad, vómitos, debilidad, temblores musculares y
fasciculaciones, rigidez, hiperactividad y jadeo. A medida que
avanzan, los temblores se vuelven más graves y pueden apa-
recer convulsiones, opistótono, nistagmo, postración, estado
epiléptico, hipertermia y golpe de calor.
El diagnóstico se basa principalmente en la historia clínica y
los síntomas clínicos. Se recomienda obtener una base de da-
tos mínima (hemograma, bioquímica con electrolitos y análisis
de orina). El diagnóstico definitivo solo puede obtenerse si se
analiza el contenido estomacal o la bilis. Los principales diag-
nósticos diferenciales incluyen otras intoxicaciones como la
estricnina, el metaldehído, la brometalina, los insecticidas or-
ganofosforados o carbamatos, los piretroides o las metilxanti-
nas. El tratamiento se basa en la descontaminación gástrica y la
terapia de soporte. Se recomienda forzar la emesis en pacien-
tes que no muestran riesgo de sufrir neumonía por aspiración
y tienen un estado mental aceptable. Si la ingestión ha sido
masiva o el vómito es improductivo, se debe realizar un lavado
gástrico bajo anestesia. Asimismo, se recomienda administrar
carbón activado cada 6 horas durante 24 horas debido a la cir-
culación enterohepática de estas toxinas. Si se ha producido
una alteración ácido-base, se puede administrar bicarbonato.
Los temblores severos se pueden controlar mediante el uso de
benzodiacepinas (ej. diazepam) y/o metocarbamol. El diaze-
pam también se puede utilizar para controlar las convulsiones.
Si las convulsiones persisten, puede utilizarse fenobarbital o,
incluso, anestesia general. La terapia de soporte y monitoriza-
ción intensiva deben ir encaminadas a mitigar los efectos de
la intoxicación y sus posibles consecuencias, como el golpe de
calor. El pronóstico es generalmente favorable si el animal reci-
be el tratamiento adecuado de forma rápida. Si se lleva a cabo
un tratamiento agresivo, la mayoría de los perros afectados se
recuperan en 24-48 horas. En casos de ingestiones masivas y/o
si no se lleva a cabo el tratamiento adecuado, el pronóstico se
considera reservado.
3. Marihuana
La planta Cannabis Sativa ha sido utilizada desde hace siglos
por sus resinas psicoactivas. La planta contiene más de 400
compuestos químicos, aunque el cannabinoide delta-9-tetra-
hidrocannabinol (THC) es el principal constituyente psicoacti-
vo. Recientemente, el uso medicinal de los cannabinoides se
ha propuesto en personas para algunas enfermedades como
la Esclerosis Múltiple o las náuseas/vómitos asociados a la qui-
mioterapia. Generalmente, el término “marihuana” se utiliza
para las preparaciones secas de las hojas y flores de la planta,
similares al tabaco. En personas, la exposición a marihuana se