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im veterinaria
El perro cojea: ¿Cómo aprovechar al máximo el tiempo en la consulta?
El objetivo cuando se presenta un paciente en la consulta veterinaria con motivo de una cojera debería ser que, al
finalizar dicha consulta, se pudiera establecer un diagnóstico definitivo y una pauta de tratamiento adecuado. En
su defecto, realizar al menos una lista de diagnósticos diferenciales que permitan determinar qué pruebas adicio-
nales serían necesarias realizar para llegar al diagnóstico y poder así tratar de forma satisfactoria al paciente.
Carlos
Macías
,
especialista en ortopedia, traumatología y neurocirugía en el Centro Veterinario de Referencia Bahía de Málaga,
ofreció una charla sobre cómo aprovechar al máximo el tiempo en la consulta ante la cojera de un perro.
“No nos
podemos saltar los pasos, porque va a condicionar el resultado final. La anamnesis tiene que buscar respuesta directa y sin
ambigüedades. Hay que traer a los propietarios a nuestro interés. Y hay que hacer las preguntas de forma ordenada y pro-
tocolizada”,
comentó. Las preguntas al propietario deben ser concisas, para que puedan dar una respuesta afirmativa
o negativa sin ambigüedades, evitando en todo momento la
“dispersión”
. Sugirió que el objetivo de la anamnesis es
determinar la importancia de la cojera. Para eso, se necesita conocer cuándo comenzó la cojera y saber si está igual,
mejor o peor. Hay que saber igualmente si le duele al paciente y la respuesta a tratamientos previos. La segunda par-
te de la anamnesis es buscar el origen
de la cojera, ver si es intermitente, y
si cambia con la superficie. En el caso
de cojeras que afectan la extremidad
anterior, el perro elevará la cabeza al
apoyar la extremidad afectada, y ba-
jará la misma al apoyar la extremidad
sana. Su principal conclusión fue que,
sin diagnóstico real, no hay un trata-
miento efectivo.
Airplasma, usos en cirugía sin sangrado
José Rial,
director HV Marina Baixa
, habló del Airplasma, de la marca Onemytis y distribuido por Alianzavet/
Elasa, y de sus usos en cirugía sin sangrado. Indicó que el mundo de la electrocirugía es relativamente nuevo,
con varios modos de uso: de corte, de coagulación y de ablación. El efecto que produce sobre los tejidos, al
ser de más de 100 grados, es de una ebullición de la célula. Recordó que, cuando se sobrepasan los 60 grados,
hay una muerte celular. “Hay que tener cuidado con los riesgos de quemadura. Hay que evitar el paso por la
zona del corazón”, avisó. En el uso del bisturí bipolar, se produce un efecto térmico y el objetivo es coagular.
“En veterinaria, el mercado de ultrasonidos es pequeño”, determinó. Los principales láseres que se utilizan son
el de CO2, el de neodomio-YAG y el de diodo.
“El láser tiene grandes ventajas.
También tiene sus inconvenientes. Por ejemplo, la combustión por la ignición
láser. El humo es otro inconveniente”,
expuso. Del plasma, explicó que es el
cuarto estado de la materia y que se produce la ionización. La tecnología
Airplasma usa simplemente el aire: bombardea el aire, que se ioniza, se rom-
pen los enlaces y se ionizan las moléculas.
“El paso de la energía de plasma se
produce por diferencia potencial y no hay invasividad electromagnética”,
ase-
guró. Se puede hacer corte, y también sirve para coagular.
“Es muy parecido
a la ablación. No va a coagular vasos de más de tres milímetros”,
manifestó. En
el aparato, se puede variar la intensidad.
“No es lomismo una vastectomía con
electrocirugía que sin ella. Con ella, no hay sangrado. La piel tiene mucho teji-
do conectivo. Para cortar piel de cabeza, hay que utilizar un 80% de potencia.
Es transmisión de iones, aunque tenga en contacto una pieza metálica, no hay
peligro de quemadura de tejidos adyacentes”,
contó. Destacó la precisión del
aparato. No se perfora el tejido. El humo es por la vaporización del tejido. Por
éste, recomendó el uso de aspiradores.