Sin embargo, puede suceder que las glándulas anales o los sacos anales, donde se acumula la secreción, se bloqueen. Como resultado, las glándulas no pueden vaciarse y pueden inflamarse. A continuación, se explican las causas del bloqueo de los sacos anales en los perros y qué se puede hacer al respecto.

Causas y consecuencias de los sacos anales bloqueados en los perros

Para que los sacos anales de su perro se vacíen correctamente, es crucial que las heces del animal sean firmes. Una de las causas más comunes de bloqueo de los sacos anales es la diarrea, ya que las glándulas anales continúan produciendo secreción y la liberan en los sacos anales. Sin embargo, cuando estas secreciones no se vacían adecuadamente, los sacos anales se expanden y con el tiempo la secreción se vuelve espesa, lo que puede hacer que las glándulas anales se peguen y se inflamen.

Las glándulas anales de un perro pueden llenarse por diversas razones. Una dieta desequilibrada, por ejemplo, puede hacer que las heces del perro sean demasiado blandas, impidiendo el vaciado natural de las glándulas. Además, los perros mayores son más propensos a experimentar problemas con las glándulas anales debido a cambios en su fisiología y salud general. El sobrepeso también juega un papel significativo, ya que los perros con exceso de peso tienen un mayor riesgo de sufrir problemas con las glándulas anales en comparación con los perros de peso normal.

Síntomas de problemas con las glándulas anales en los perros

Si las glándulas anales de su perro están bloqueadas o inflamadas, suele manifestarse con una serie de síntomas diferentes. Entre otros, los siguientes signos pueden indicar glándulas anales bloqueadas en el perro:

• Arrastrar el trasero: Uno de los signos más comunes es cuando el perro arrastra su trasero por el suelo. Al hacerlo, el perro intenta aplicar presión sobre las glándulas anales para vaciarlas.
• Lamerse frecuentemente: Otro signo puede ser que el perro se lama frecuentemente la zona anal, lo que puede indicar que siente incomodidad o picazón.
• Hinchazón o enrojecimiento: En algunos perros, se puede notar hinchazón o enrojecimiento en la zona de las glándulas anales, especialmente si hay inflamación.
• Olor desagradable: Un olor fuerte y a pescado también puede ser un indicio de que las glándulas anales están llenas.
• Dificultad para defecar: Los perros con glándulas anales inflamadas pueden tener dificultades para defecar.

Si las glándulas anales y los sacos anales del perro ya están inflamados, el animal puede evitar moverse debido al dolor y evitar sentarse. Dependiendo de la gravedad de la inflamación, puede presentarse fiebre. En el peor de los casos, los sacos anales pueden reventar, causando heridas purulentas.

Tratamiento y diagnóstico por el veterinario

Si sospecha que su perro tiene glándulas anales bloqueadas o inflamadas, es obligatorio acudir al veterinario. Este puede vaciar manualmente los sacos anales del perro y, según su estado y la naturaleza de la secreción, decidir sobre las medidas de tratamiento adicionales. Puede ser necesario lavar las glándulas anales con medicamentos o tratar al perro con antibióticos. Además, las pomadas pueden ayudar a calmar la zona anal irritada.

Como alternativa a los agentes químicos, en el mercado se pueden encontrar ungüentos de glándulas anales que son vegetales. Estos productos contienen ingredientes naturales como grasa de insectos, manteca de karité, grasa de coco, caléndula, cera de abejas, propóleo, alga del Atlántico Norte, vitamina E, vitamina C, aceite de onagra e incienso. La pomada para glándulas anales perros elaborada con estos componentes puede aliviar eficazmente las molestias y promover la salud de la piel alrededor del ano del perro.

Si la inflamación ha llevado a la formación de abscesos, puede ser necesario un procedimiento quirúrgico para abrir y drenar los abscesos. Esto también es necesario en caso de problemas crónicos que hayan llevado, por ejemplo, a la formación de úlceras. En estos casos, puede ser necesario extirpar las glándulas anales. Sin embargo, esta operación puede causar daños en el esfínter y, por lo tanto, incontinencia fecal, por lo que suele ser el último recurso.

¿Cómo prevenir la inflamación de las glándulas anales en los perros?

Los problemas con las glándulas anales pueden tener graves consecuencias para su perro, por lo que es esencial prevenir la obstrucción o inflamación de los sacos anales. Para ello, es especialmente importante asegurarse de que las heces sean firmes y mantener una adecuada higiene y cuidado.

Para prevenir estos problemas, es fundamental no añadir aceite adicional a su alimento ni remojar el alimento seco en agua, ya que ambos pueden hacer que las heces sean blandas. En su lugar, proporcionar una dieta rica en fibra puede ser muy beneficioso, ya que ayuda a mantener las heces firmes y aumenta la presión natural sobre las glándulas anales durante la defecación, favoreciendo su vaciado.

El ejercicio regular también es esencial, ya que estimula el intestino y puede ayudar a vaciar las glándulas anales de manera natural. Además, es importante controlar el peso del perro, ya que los perros con sobrepeso tienen un mayor riesgo de sufrir problemas con las glándulas anales en comparación con los perros de peso normal. Mantener un peso saludable puede reducir significativamente este riesgo.

Tratar la diarrea rápidamente es otra medida preventiva crucial. Si la diarrea es persistente o frecuente, se debe consultar al veterinario para que pueda examinar y tratar adecuadamente al perro.

La higiene en la zona anal también es vital. En perros de pelo largo, recortar regularmente el pelo en la región anal puede ser útil para prevenir problemas. Además, revisar con frecuencia la zona alrededor del ano del perro permite detectar cualquier signo de inflamación o bloqueo a tiempo.

Glándulas anales en perros, conclusión

Si las glándulas anales de su perro están bloqueadas o inflamadas, es importante actuar rápidamente. Cuanto antes pueda el veterinario tratar las molestias, mayores serán las probabilidades de que no se conviertan en problemas permanentes y no sea necesario extirpar las glándulas anales.