IM VETERINARIA #9

35 im veterinaria tratamiento que podíamos ofrecer a los clientes era la extracción, pero hoy en día se realiza una endodoncia y el diente puede se- guir siendo, no vital, pero sí funcional” , explica. La ya mencionada cirugía oral y maxilofacial, la más comple- ja, también incluye la oncología en cavidad oral, el cierre de fístulas coronasales o problemas en la articulación temporo- mandibular. En la parte de imagen, la radiología y la tomografía axial com- puterizada (TAC) son esenciales tanto en el diagnóstico com en el tratamiento de las patologías orales y maxilofaciales. Ortodoncia y prostodoncia Otra especialidad es la ortodoncia que se centra, sobre todo en los animales, en la modificación de la mordida cuando tie- nen problemas de maloclusión. “Muchas veces hay dientes que erupcionan en localizaciones incorrectas y la ortodoncia se ne- cesita para que el perro o el gato pueda cerrar completamente la boca o masticar con normalidad, o para no dañarse y que no haya traumatismo por el impacto de los dientes en tejidos blan- dos” , explica la veterinaria, quien añade que la prostodoncia, en la que se emplean por ejemplo coronas e implantes en dientes perdidos, es probablemente la técnica más enfocada a la estética. “Lógicamente tiene menos demanda. La mayoría de clientes quieren solución a una patología” , indica, “hasta la ortodoncia que parece estética no lo es” . Pone el ejemplo de un paciente reciente. Un perro de 10 me- ses al que acaba de retirarle una ortodoncia tras un mes y me- dio de tratamiento porque uno de sus caninos se clavaba en la encía: “Extraer el diente hubiera significado que durante toda su vida no iba a tener canino que es fundamental. En un mes y me- dio se lo hemos recolocado con éxito y va a poder hacer uso de ese diente. No es un problema estético, lo necesitaba para masticar” . En España, aunque pocos, también hay veterinarios que co- locan implantes. “Hasta hace poco se utilizaban los implantes de odontología humana, pero ya existen específicos para perros que están adaptados a la densidad del maxilar. No puedes usar el mismo implante que utilizas en una persona que en un chi- huahua porque el implante es más grande que su mandíbula y, aunque se ponen pocos y es algo poco demandado, ya existe esa posibilidad” , dice Castelló. Se da mucha importancia a la odontopediatría, una de sus es- pecialidades. “Es un campo en el que tendría que estar formado el veterinario generalista porque sabiendo de odontopediatría puedes diagnosticar muchas patologías cuando los perros o los gatos son pequeños que nos pueden evitar problemas de mayo- res. A veces con pequeñas cirugías o tratamientos realizados a tiempo se evitan muchos problemas futuros” . Dientes deciduos Por ejemplo, “ algo muy típico es la persistencia de dientes deci- duos en perros pequeños como los Yorkshire o Chihuahua, que a medio plazo ocasionan dos problemas” , dice, refiriéndose a la enfermedad periodontal y al problema que supone que el sitio en el que tiene que emerger un diente de adulto esté ocu- pado por un diente deciduo, lo que provoca que el de adulto salga en una posición no adecuada generando maloclusión o impactación de dientes sobre tejidos blandos: “Al corregirlo, ya nos tendremos que vernos en la situación de tener que o extraer los dientes de adulto o utilizar las técnicas de ortodoncia” . Por último, menciona la técnica más conocida entre los vete- rinarios, la periodoncia, para hacer hincapié en la importan- cia de un diagnóstico en edades tempranas. “Muchas veces orientamos el tratamiento periodontal cuando vemos a nuestros pacientes con una enfermedad muy avanzada. La periodontitis comienza con una simple gingivitis y no se tiene en cuenta que es que es la primera fase de la enfermedad periodontal y la úni- La presencia de sarro no es sinónimo de periodontitis La veterinaria Pilar Castelló explica que relacionar la presencia de sarro con la de periodontitis es un error frecuente. “ Y de hecho me encuentro con animales que tienen muy poco sarro y mucha enfermedad periodontal” , asegura, explicando que el sarro es simplemente una calcificación de la placa bacteriana y un signo externo de la enfermedad, por no in- equívoco. “Puede haber una fase I de la enfermedad y existir mucho sarro, pero también puede darse que haya poco y que encontremos mucha afectación del tejido óseo” , añade, “el problema está en la presencia de placa bacteriana, que es lo que nosotros nos retiramos todos los días con cepillo y pasta” . Esa placa, que es la que acaba provocando la infección y la inflamación de la encía, va penetrando en el surco gingival, que es el espacio entre la encía y el diente. “Ese espacio cada vez se va haciendo más profundo y por esa bolsa periodontal van a estar penetrando las bacterias y se va generar infección en el ligamento periodental, que es lo que sostiene al diente y al tejido óseo que lo rodea” , explica. Visualmente puede no ser apreciable y, según advierte Castelló, “el error más grande cuando se hace un tratamiento periodontal es hacer la limpieza con ultrasonidos retirando el sarro visible olvidándose de todo el barrillo que se queda entre la encía y el diente que es el que realmente está dañando los tejidos periodontales mu- chísimo más que el otro” . Por ello, considera fundamental el uso del explorador y hacer una valoración de esos surcos gingivales. “Si el veterinario no lo valora de esta forma no puede transmitirle a los propietarios el problema que tiene el perro y se llega tarde. Si se mueve el diente ya estamos perdidos, hay muy pocas opciones de tratamiento”, asevera.

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