IM VETERINARIA #9

cada vez gasta más dinero en los animales, lo que nos per- mite hacer pruebas que antes costaba más trabajo porque no se entendía gastar dinero en una mascota de la misma manera. Los propietarios piden más y entonces el veterinario ofrece más” , asegura Sánchez, que valora muy positivamen- te “el salto cualitativo que ha protagonizado la medicina ve- terinaria en los últimos cinco o seis años”. Mínima invasión En el caso de las cirugías, por ejemplo, se aplican técnicas de mínima invasión, con el uso de anestesia y protocolos de control del dolor, durante y después de la intervención. “Lo que vemos ahora con un ecógrafo digital no tiene nada que ver con lo que veíamos con los aparatos que teníamos an- tes. Y lo mismo nos va a pasar con el escáner. En el momento en el que lo tengamos opera- tivo, podremos realizar diag- nósticos que antes no se nos pasaban por la cabeza” , afir- ma Sánchez. Las analíticas de sangre tam- bién han sido un gran avan- ce. “Ahora las analíticas son mucho más amplias, con los tiempos de coagulación, las gasometrías, etc. Tenemos también un nuevo respirador de anestesia que tiene un ven- tilador que mezcla bases me- dicinales con el aire normal, en el que el monitor visualiza todo tipo de parámetros” , in- dica, poniendo también en valor que el uso de la anes- tesia ya sea equiparable al que se realiza en la medicina humana. “Son cosas que antes no se tenían. De hecho, práctica- mente la mayoría de las clíni- cas trabajan sin anestesista y, pese a que cuentan con un ayudante que está pendiente del monitor, no tienen una persona específica graduando el grado de anestesia concreto para cada paciente. Nosotros ahora trabajamos siempre sistemáticamente con anestesista y eso tambi é n es un cambio” , asegura, “nos es- tamos acercando cada vez más a la medicina humana. Es algo nuevo para nosotros, pero son cosas que se hacen desde hace muchos años en las personas”. “Los propietarios son cada vez menos reacios a esterilizar” La recomendación El veterinario Jorge Sánchez, acostumbrado a diagnosticar las dolencias más comple- jas, explica que algunas enfermedades se manifiestan de una determinada forma y otras, o incluso la misma, “en un animal se presentan de una manera y en otro puede ser de otra manera diferente”. Pone un ejemplo: “Hay signos que son evidentes como que la mascota orine sangre, pero sin embargo otra que no orine sangre podría tener un cáncer terminal que hubiera pasado desapercibido”. En todo caso, un signo que puede evidenciar que a una mascota le ocurre algo es “que no hace las cosas que normalmente viene haciendo y, aunque sean cambios sutiles, no debería esperarse demasiado porque podría ser una enfermedadmás grave de lo que uno piensa”. Y como se suele decir, para curarse en salud, “la medicina preventiva es funda- mental a partir de cierta edad” , dice Sánchez, que recomienda que a partir de los siete años las mascotas pasen una revisión general. 18 im veterinaria

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