IM VETERINARIA #61

79 o bien por la capacidad de los propietarios de evaluar con precisión la condición corporal de su perro. Los hallazgos tanto del estudio actual como del estudio de Nijland y sus colegas indican que existe una posible (y probable) correlación entre la composición corporal de los perros y sus dueños, de tal manera que se evidencia de la presencia de problemas de salud compartidos entre los dueños de perros y sus animales. Debido a que la epidemia de obesidad afecta de manera similar tanto a las personas como a las mascotas, los expertos señalan que disponer de una mayor información sobre estos problemas de salud compartidos podría ayudar a contar con una financiación para enfoques innovadores de tratamiento y prevención en el futuro. Por otro lado, cabe señalar que la obesidad afecta aún más a la salud pública debido a las comorbilidades que sufren tanto las personas como sus perros, como es el caso de la diabetes y la osteoartritis. Como se ha apuntado en el estudio de Delicano et al., los hallazgos de riesgo compartido de diabetes entre dueños de perros y mascotas pueden apuntar a posibles comportamientos de salud diabetogénicos compartidos o bien a exposiciones ambientales, como posible explicación a estos problemas de salud. En este sentido, apunta a que sería fundamental en estudios futuros investigar más a fondo los posibles mecanismos detrás de las enfermedades de salud compartidas, más allá de comportamientos como comer en exceso y la falta de ejercicio. Y, además de analizar las implicaciones inter-especies de la desinformación, los comportamientos relacionados con la salud, el impacto psicosocial del vínculo humano-animal y las exposiciones ambientales, también es fundamental demostrar la viabilidad de un programa de pérdida de peso dirigido, específicamente, a los propietarios de los perros. En este contexto, los participantes del estudio pusieron de manifiesto que sus perros significaron un gran apoyo y una fuente de motivación durante todo el programa. Así, durante la puesta en marcha de dicho método, con una duración de 12 meses, los participantes emparejados con perros redujeron su peso en un promedio de 4,7 % (SD = 4,8), mientras que en los perros dicha reducción de peso fue, de media, un 14,9 % [SD = 8,8]. Los dueños también subrayaron la motivación que para ellos suponía el hecho de que su mascota perdiera peso, a la vez que ellos se veían y sentían mucho mejor. Por todo ello, comprender las implicaciones de salud compartidas que los perros tienen con sus dueños también puede afectar, positivamente, a la motivación del dueño. Asimismo, otro estudio reciente sobre el paseo de perros resalta que la relación entre las personas y sus perros, junto con el deseo de mejorar la salud del animal, pueden actuar como factores motivadores clave para incrementar la frecuencia de los paseos Aunque a la hora de poner en marcha el estudio también hubo alguna complicación. Por ejemplo, la inscripción en dicho programa se vio limitada debido a que muchos participantes no consentían (o no estaban de acuerdo) en permitir que se les midiera y pesara en público. Las mediciones se hicieron de forma anónima y privada, pero, aun así, una gran parte de los asistentes al festival se negaron a participar. Otra de las limitaciones observadas en el estudio tiene que ver con el hecho de que el número de propietarios de perros que asiste a festivales de mascotas de este tipo y participa en estudios sobre composición corporal podría no ser representativa del conjunto general de dueños de perros. De ahí que, por ejemplo, aquellos dueños de perros que prefieren no socializar con otros dueños de perros o que sus perros no socialicen con otras mascotas no estarían representados en este estudio. Eso sí, participaron un elevado número de dueños de perros y sus mascotas, abarcando puntuaciones de IMC y BCS en las categorías “saludable”, “sobrepeso” y “obesidad”, lo que sugiere que la muestra fue representativa de todas las categorías de peso. No obstante, estos son hallazgos preliminares, limitados a la población de perros de Nueva Inglaterra y sus propietarios. Conclusiones básicas A modo de conclusión señalar que uno de los hallazgos más significativos del estudio mostró que el IMC del propietario se correlacionó, positivamente, con la puntuación de la condición corporal del perro en la población de perros de Nueva Inglaterra. En cuanto a cómo se llevaron a cabo las medidas, la composición corporal del dueño del perro se determinó midiendo la altura y el peso para calcular el índice de masa corporal (IMC), tal y como se describe en el estudio de Nijland et al. A su vez, el IMC se midió en kg/m2 y se definió como bajo peso (<18,5), rango saludable (18,5-24,9), sobrepeso (25-29,9) y obesidad (>30). También se utilizó un estadiómetro para medir la altura de los participantes. El peso se recogió utilizando una báscula, en el caso de los propietarios, y un BCS, para los perros. Finalmente, también se realizó un análisis de sensibilidad excluyendo un valor atípico (participante con un IMC alto) para determinar la robustez; una prueba de Chi-cuadrado para analizar la diferencia entre las categorías de estado de peso en perros y dueños de perros; así como un software estadístico comercial para todos los análisis, considerándose significativo un valor de P < 0,05. Por último, señalar que, en cuanto a la financiación del programa, el proyecto fue apoyado por el Centro Nacional para el Avance de las Ciencias Traslacionales, Institutos Nacionales de Salud. DURANTE LA PUESTA EN MARCHA DEL PROGRAMA, LOS DUEÑOS REDUJERON SU PESO EN UN PROMEDIO DE 4,7 %, MIENTRAS QUE LOS PERROS LO HICIERON UN 14,9 % Fuente: Linder DE, Santiago S and Halbreich ED (2021) Is There a Correlation Between Dog Obesity and Human Obesity? Preliminary Findings of Overweight Status Among Dog Owners and Their Dogs. Front. Vet. Sci. 8:654617.doi: 10.3389/fvets.2021.654617

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