75 vo y la prevalencia de enfermedades digestivas. Todos estos datos demográficos ayudan a interpretar los resultados en relación con las características individuales de los perros. El estudio también exploró los posibles factores de estilo de vida asociados con la aparición de estas enfermedades. Se analizaron variables como el tipo de dieta (seca, enlatada, cruda, casera, entre otras), el apetito de los perros, y el uso de suplementos o medicamentos no prescriptos, como los probióticos o el famotidina, un medicamento comúnmente usado para tratar malestares gastrointestinales. Además, se investigaron otros aspectos, como el historial de peso bajo o el uso de juguetes y huesos, que podrían influir en el desarrollo de ciertas patologías. Aunque estos resultados ofrecen información valiosa para veterinarios y científicos, el estudio no pudo establecer relaciones causales debido a su naturaleza transversal. Tendencias en la alimentación de perros En otro estudio DAP, que recibió 40.367 encuestas de propietarios de perros en EE. UU. entre 2020 y 2022, se encontró que un 82 % de los propietarios alimentaban a sus perros principalmente con dietas comerciales secas en forma de pienso, seguidas por dietas cocinadas en casa (4 %), enlatadas (4 %) y crudas comerciales (4 %). Asimismo, un 35 % de los propietarios proporcionaba una dieta secundaria a sus perros, siendo la comida enlatada la más común como componente secundario (32 %), seguida de las dietas cocinadas en casa (21 %) y pienso (17 %). Según los datos obtenidos, las decisiones sobre el tipo de dieta eran influenciadas principalmente por factores demográficos del perro, como el tamaño, el estado de esterilización, la pureza de la raza y el nivel de actividad, mientras que las características demográficas del propietario, como el nivel de ingresos y la educación, tuvieron una correlación menor. Sin embargo, la edad del propietario fue un factor relevante porque los propietarios más jóvenes tendían a alimentar a sus perros con pienso, mientras que los más mayores eran más propensos a elegir dietas alternativas. Las dietas crudas eran más comunes entre perros de razas puras, no esterilizados y con alta actividad. Los perros pequeños (menos de 30 libras) y aquellos en peores condiciones de salud tendían a recibir dietas cocinadas en casa. Por otro lado, los perros con fines específicos, como los de trabajo, terapia y servicio, mostraron tendencias particulares en sus dietas. Por ejemplo, los perros de servicio eran más propensos a recibir dietas crudas comerciales, mientras que los perros de agilidad y cría eran más propensos a una dieta cruda, ya sea comercial o casera. Los investigadores observaron que las dietas crudas tienen un mayor riesgo de provocar zoonosis. Aunque existe un creciente interés en dietas naturales, el nivel socioeconómico y educativo sigue siendo un factor clave que determina el tipo de dieta elegido, ya que muchos propietarios no cuentan con suficiente conocimiento sobre los beneficios y riesgos de estas opciones. De la misma manera, la falta de educación adecuada sobre nutrición animal genera incertidumbre entre los propietarios, que requieren de asesoramiento profesional y accesible para garantizar que los perros reciban una dieta equilibrada y adaptada a sus necesidades de salud. Prevenir las enfermedades digestivas en perros Los análisis estadísticos mostraron que los perros más jóvenes, castrados y con mayor peso corporal tienen una mayor predisposición a padecer infecciones gastrointestinales. De hecho, concluyeron que los perros que viven en entornos rurales o suburbanos tienen menos probabilidades de presentar patologías, lo que podría estar relacionado con una menor exposición a fuentes de infección. A su vez, se determinó que los perros que frecuentan parques para perros también tienen menos probabilidades de padecer enfermedades gastrointestinales infecciosas, lo que sugiere que la interacción social en espacios controlados podría tener un efecto protector. En cuanto a las enfermedades gastrointestinales no infecciosas, los perros más jóvenes, castrados y con menor peso corporal mostraron una mayor predisposición a padecerlas. Por otro lado, determinaron que los perros alimentados con dietas comerciales enlatadas o preparadas en casa tienen una mayor probabilidad de padecer enfermedades gastrointestinales no infecciosas, hecho que subraya la importancia de una nutrición saludable. Del mismo modo, la alta prevalencia de infecciones y la identificación de diversas enfermedades gastrointestinales no infecciosas, como la diarrea crónica y la pancreatitis, ponen de manifiesto la necesidad de un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado para mejorar la salud gastrointestinal de los perros. Los datos de este tipo de estudios y encuestas pueden complementar los registros médicos electrónicos veterinarios al ofrecer información sobre problemas de salud no reportados en consultas veterinarias, como en el caso de los cuerpos extraños gastrointestinales, que en algunos casos no requieren tratamiento veterinario. De este modo, investigaciones como el DAP promueven la formación continua en veterinaria y la innovación en el sector para mejorar el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades gastrointestinales en perros. UN 82 % DE LOS PROPIETARIOS ALIMENTA A SUS PERROS PRINCIPALMENTE CON DIETAS COMERCIALES SECAS EN FORMA DE PIENSO Fuente: O’Brien, J. S., Tolbert, M. K., Dog Aging Project Consortium, & Ruple, A. (2024). Dog and owner demographics impact dietary choices in Dog Aging Project cohort. Journal of the American Veterinary Medical Association, 262(12), 1676-1685. Retrieved Apr 16, 2025, from https://doi.org/10.2460/javma.24.05.0358
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