IM VETERINARIA #60

65 ahora se interesa por la odontología y esto facilita mucho las cosas”. La enfermedad periodontal y otras patologías de alta prevalencia En cuanto a las enfermedades más prevalentes en odontología, Fernández-Peñaranda destaca que la enfermedad periodontal, hablando en términos absolutos, es sin duda la más presente en los animales de compañía. Tanto es así que, “a los dos años de edad, sobre el 80 % de los perros y gatos tienen algún grado de enfermedad periodontal”, sostiene. En los gatos, por otro lado, “vemos también bastante gingivoestomatitis crónica felina y lesiones resortivas, como patologías muy características de esta especie”. Aparte de eso, según la doctora, “son frecuentes las fracturas dentales provocadas por accidentes o por masticar objetos inadecuados”. Con lo cual, poco tienen que ver las cuestiones que aborda un odontólogo veterinario con su homólogo en medicina humana, tal y como recalca Fernández-Peñaranda. “En odontología humana, la enfermedad más prevalente sin duda será la caries, que rara vez vemos en nuestros pacientes. Además, se tratan muchos aspectos estéticos que en veterinaria carecen de interés para nuestros fines”. Así pues, aunque haya aspectos comunes, “hablamos de especies diferentes, con hábitos alimentarios y de vida muy distintos, y características en su dentición intrínsecas de cada especie”. Sin embargo, en España hay todavía muy pocos centros veterinarios dedicados a la salud bucodental. Uno de ellos es Curasana, emplazado en Barcelona. Tras años ejerciendo su vocación en Inglaterra, la veterinaria Fernández-Peñaranda la fundó en 2005 con el objetivo de ofrecer una medicina veterinaria humana e innovadora que marcara la diferencia. ¿Cuál es la fórmula? La emprendedora asegura que para poder ofrecer cuidados bucodentales de calidad, se necesita realizar primero un diagnóstico exhaustivo. “Tenemos que examinar a los pacientes anestesiados para que nos permitan una buena exploración y realizar siempre radiología intraoral. Sin radiología, no hay odontología”, recalca. Una vez realizado un diagnóstico, “será necesario llevar a cabo procedimientos quirúrgicos para los que contamos con equipamiento e instrumentación específicas, como en cualquier especialidad”, prosigue. A este trabajo le llaman COHAT (Comprehensive Oral Health Assessment and Treatment), “un término adoptado del inglés con el que debemos irnos familiarizando, porque es diferente un Tratamiento Bucodental Completo que una Limpieza Dental con carácter profiláctico”, informa. Respecto a los avances más destacables, cuenta que recientemente han aparecido unidades dentales adaptadas al mercado veterinario “que constituyen un antes y un después para la odontología”. “Integran piezas de mano de baja y alta velocidad, irrigadores, ultrasonidos, luz UV para polimerización, y hacen muy cómodo el trabajo”, señala. Del mismo modo, “existen generadores dentales de rayos x y procesadores digitales directos e indirectos de gran calidad y facilidad de uso”. Además, menciona que ya está disponible en el mercado una tomografía computarizada dental de haz cónico, adaptada a los pequeños animales, “algo inimaginable hace muy poco tiempo que seguro nos permitirá diagnósticos y tratamientos muy avanzados”. A nivel de tratamientos, revela, “se está estudiando mucho, por ejemplo, la gingivoestomatitis, y se practican protocolos con células madres mesenquimales, que son muy prometedores”. ¿Hacia dónde va la odontología veterinaria? Todos los avances diagnósticos y terapéuticos son importantes para la mejora de la odontología en pequeños animales, pero también lo es que los propietarios ahora estén “muchísimo más” implicados a la hora de vigilar la salud bucodental, como en el resto de los aspectos relacionados con la salud de sus mascotas. En palabras de la gerente de Curasana, “las familias están tomando conciencia de la gravedad de las enfermedades bucodentales y de sus consecuencias. Están aprendiendo que las bocas de sus animales no deben tener sarro, placa bacteriana, halitosis, sialorrea, dientes móviles, úlceras, etc., y que estos signos de enfermedad implican un nivel alto de dolor y malestar”. Sin embargo, bajo su punto de vista, “debemos continuar con nuestra labor de información por parte de los veterinarios clínicos para darle valor a nuestro trabajo y hacer entender la complejidad el mismo”. Por todo ello, si la especialista tiene que vaticinar un futuro a corto y medio plazo para la odontología veterinaria, cree que “solo puede mejorar”, y piensa que “el avance será muy rápido”. “Somos una profesión que aprende mucho y bien, muy dinámica, y en este momento ya se están formando gran cantidad de compañeros en odontología, que seguro van a poner en práctica cuidados de alta calidad”, reflexiona. Así las cosas, apostilla Fernández-Peñaranda, “creo que la especialidad tendrá una presencia definitiva en nuestro mercado y que ocupará su lugar: es cada vez más frecuente derivar a nuestros pacientes al odontólogo cuando lo necesitan”. Pero para ello, requiere aprobar algunas asignaturas pendientes. “La odontología veterinaria, que ha estado atrasada y estancada durante mucho tiempo, necesita definir protocolos de tratamiento actuales para alcanzar estándares de calidad. Mejor formación para todos los clínicos para crear criterios de decisión adecuados y poder remitir a los especialistas de forma mucho más precoz”, esgrime la doctora. Asimismo, a su modo de ver, “tenemos que ser capaces de educar a nuestros clientes en la salud bucodental preventiva, igual que hacemos con el resto de áreas”. “Tan simple como instaurar hábitos de higiene diaria en casa desde cachorros, establecer revisiones dentales rutinarias en nuestras consultas, alimentación y juguetes correctos, y saber cuándo un diente necesita tratamiento”, añade al respecto. La idea de “popular la odontología veterinaria” le gusta a la especialista. En este sentido, tiene claro que “si seguimos el modelo de la odontología humana, no nos costará recordar que hace no tantos años, ir al dentista no era una práctica tan frecuente y que la salud bucodental de la gente dejaba que desear.” En poco tiempo, en cambio, “todos llevamos ortodoncias, nos ponemos carillas, implantes y lo que sea necesario para lucir una boca sana”. Por ello, concluye mostrando su confianza en que “nuestros pacientes también dejen de sufrir dolor de muelas y que los veterinarios nos afanemos en prevenir las consecuencias a nivel sistémico de una mala salud bucal”.

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