IM VETERINARIA #58 ANUARIO 2024

56 ANUARIO 2024 esta manera, ponen en marcha un modelo “tras muchos años de trabajo acorde a las demandas de la sociedad” y que refleja el compromiso de esta institución con la excelencia. Abordamos con él los principales retos de la veterinaria a corto plazo. “Además de garantizar la sanidad y el bienestar animal, de lograr un descenso del uso de antibióticos, de difundir la cultura de la prevención dentro de la Salud pública, tenemos que desempeñar un papel decisivo en el ámbito alimentario”, reflexiona. Sostiene que la población mundial crece de manera exponencial y la demanda de alimentos también. “Ahí va a estar nuestra profesión para garantizar la calidad y cantidad de las producciones, vigilar los procesos, mejorar los rendimientos ganaderos con criterios científicos y respetuosos con el bienestar y el medio ambiente, investigar, etcétera”, argumenta. Han suscrito el manifiesto por el valor de la ciencia en la agroalimentación, junto a ingenieros agrónomos, agrícolas y escuelas superiores, para desmentir los bulos e informaciones sesgadas que circulan sobre todo por las redes, que cuestionan sin ninguna base la producción animal y el sector primario. Insiste en que han de trabajar todos (administraciones, universidades, técnicos, empresas, etcétera) para explicar la realidad de la agroalimentación, “un ámbito estratégico en nuestro país en el que trabajan a diario más de 10.000 veterinarios”. Cambio climático y profesión veterinaria “El incremento de las temperaturas y la propia globalización contribuyen a la expansión de enfermedades emergentes y reemergentes, muchas de las cuales son zoonosis, por latitudes donde antes no estaban”, declara Calvo Sáez. Señala que la alte- “ESTAMOS CREANDO UN SISTEMA QUE PROYECTA TODO EL TRABAJO DE LA ESPECIALIZACIÓN MÁS ALLÁ DE LA PROPIA ACREDITACIÓN” ración del clima favorece asimismo la movilidad de insectos, sobre todo diversos tipos de mosquitos, que ejercen de vectores en la expansión de enfermedades, como la enfermedad hemorrágica epizoótica (EHE), que causó estragos en 2023 en la cabaña de vacuno; la lengua azul, el virus del Nilo Occidental (con varias muertes en humanos en España en pasado verano) o la leishmaniosis. A su juicio, “es la prueba evidente de la interrelación salud humana, salud animal y medio ambiente, base del concepto One Health, que obliga a reforzar la prevención y la colaboración entre profesiones sanitarias”. Hace hincapié en que “la profesión veterinaria es fundamental en la protección del medioambiente y de la fauna silvestre, ya que esta última es reservorio de enfermedades que se transmiten a los animales domésticos y, también, al hombre”. Los veterinarios actúan como primera barrera de detección de patógenos. “Y no olvidemos que la biodiversidad desciende cuando un ecosistema se deteriora, se empobrece. Al perder ese equilibrio, aumenta notablemente el riesgo de epidemias”, matiza. Igualmente, preocupa la situación de los animales, tanto de abasto como de compañía, cuando ocurren fenómenos meteorológicos extremos como la reciente dana de Valencia, “y se trabaja por ello en protocolos ante este tipo de emergencias”. “Somos una profesión muy versátil que realiza una aportación inestimable a la Salud pública”, asegura el presidente de la OCV. Reconoce que a veces es complicado encontrar veterinarios de campo para la ganadería, “que es sin duda la cara más dura de la profesión”. Este es un asunto que les preocupa, “porque ahí arranca la seguridad alimentaria y la Salud pública, en esa granja de vacuno, en esa explotación de porcino, en esa dehesa con ovino donde un compañero vigila la salud de los animales, su estado, alimentación, producción, manejo correcto”. Asimismo, le cuestionamos por los resultados que está obteniendo la Ley de Bienestar Animal, tras un año en vigor. Lamenta que “la falta de desarrollo reglamentario de la norma está demorando su aplicación”. Explica que mantienen un contacto fluido con la Dirección General de Derechos de los Animales y que han suscrito un convenio para que los cursos de formación que habiliten a los nuevos propietarios de perro sean impartidos por veterinarios. Del mismo modo, están trabajando para regular la figura del perito veterinario, con conocimientos forenses, por ser fundamentales para detectar el maltrato, como profesionales que estarían a disposición de los juzgados. Por último, considera que hay que aclarar qué va a ocurrir con los miles de pequeños ayuntamientos que no tienen personal ni medios para controlar las colonias felinas, para aplicar el método CER, “porque la calle no es un lugar adecuado para los gatos”. Se muestra de acuerdo con que “es necesaria mayor concienciación social sobre la importancia del cuidado y la protección de los animales porque un país como España no puede asumir con normalidad que casi 300.000 perros se abandonen cada año”. Es algo que masifica los centros de protección y los refugios, donde luego muchos animales, objetivamente, tienen muy pocas posibilidades reales de adopción por su perfil. Subraya que “el abandono se combate reforzando la identificación, ya que al menos el 30 % de los perros no está microchipado y, de los abandonados, la inmensa mayoría”. Advierte de que las administraciones no pueden mirar para otro lado ante esta lacra. Reclama una verdadera voluntad política con campañas de sensibilización, por supuesto, y con control, vigilancia y sanciones. Piensa que, “de lo contrario, seguiremos igual”. Cambios en pro de la veterinaria ¿Qué cambios deberían hacerse en la legislación para apoyar y fortalecer la profesión? Sus demandas en este sentido son conocidas. “Por un lado,

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