IM VETERINARIA #57

69 Otro dato importante es proporcionar múltiples recursos ambientales por separado; es decir, la comida, el agua, áreas de descanso seguras y cajas de arena, que deben contar con barreras visuales y distancia entre cada uno. De hecho, se recomienda que los gatos sean alimentados en lugares separados, lejos de la vista de los demás, incluso si son miembros del mismo grupo social. Asimismo, la comida debe ubicarse lejos del agua y de las cajas de arena. Estado emocional Entender el comportamiento social felino es fundamental para crear mejores condiciones de vida para los gatos y, por lo tanto, ayudar a prevenir la tensión entre ellos y maximizar la armonía en el hogar que cuenta con varios gatos. Para ello, otro de los puntos que se destacan en las Directrices de la AAFP es el hecho de proporcionarles oportunidades para que jueguen y muestren su comportamiento depredador, ya sea de manera individualizada o dentro de grupos sociales. Si bien se debe tener en cuenta que el juego social entre gatos disminuye en la edad adulta, mientras que el juego con objetos es importante durante toda la vida. Así, por ejemplo, el manejo de la alimentación, es decir, cada gato comiendo en un lugar diferente, independientemente de su grupo social, es un componente importante del comportamiento depredador (de caza). Pero los dueños deben vigilar los juegos entre los gatos y evitar este comportamiento depredador (caza) con suficientes juegos interactivos y oportunidades para que el gato juegue por su cuenta. El cuarto pilar destacable para evitar el conflicto entre los gatos es ofrecer una interacción social positiva, consistente y predecible entre humanos y gatos, así como aprender a interpretar y controlar el lenguaje corporal felino. Y en cuanto a las interacciones sociales, los expertos señalan que es importante no tratar a todos los gatos por igual y se recomienda no interactuar nunca físicamente con gatos que muestren altos niveles de excitación emocionales o que tengan comportamientos que aumenten la distancia. Aquí es donde entra en juego el adiestramiento basado en recompensas para lograr un cambio de comportamiento. Por último, se aconseja proporcionar un entorno que respete los sentidos felinos (olfato, incluidas las feromonas, oído, vista y tacto), por lo que sí es posible usar feromonas felinas sintéticas en caso de que surgiera algún tipo de tensión o conflicto entre los gatos, ya que pueden mejorar el estado emocional de los gatos, aunque los signos de mejora pueden ser sutiles. Además de ofrecer estímulos sensoriales deseables y evitar estímulos indeseables, tales como olores o ruidos, que puedan causar miedo, ansiedad o frustración en el felino. La tensión entre gatos puede surgir como resultado de la introducción de un nuevo gato o bien de cambios en una relación entre gatos ya existente. Sobre todo, porque la introducción de un nuevo gato puede causar estrés entorno al espacio personal del gato (o gatos) residente, de tal manera que estos pueden competir por los lugares seguros disponibles, fundamentalmente si son insuficientes o de difícil acceso. Asimismo, un gato nuevo en el hogar puede alterar los equilibrios del juego social y generar patrones de juego no deseados, como, por ejemplo, el juego depredador de un gato hacia otro. Y también es fundamental subrayar que, en este caso, la atención humana es un recurso importante, por lo que la introducción de un nuevo gato puede alterar las interacciones sociales ya existentes entre el dueño y el gato residente. Disciplina Por todo ello, los profesionales veterinarios deben ser capaces de reconocer, clasificar y ofrecer asesoramiento a los dueños de los gatos en caso de tensión entre ellos, y determinar cuándo remitir al cliente a un veterinario conductista y especialista en comportamiento felino. En cualquier caso, la gestión de un determinado comportamiento u otro debe seguir el principio general de las de las “tres erres”; a saber: gestión del riesgo, restricción del problema y resolución del mismo. La gestión de riesgos implica la evaluación inicial de los riesgos para la salud y el bienestar físico y emocional de los animales, y, en su caso, de la familia que convive con el animal. El riesgo, que varía tanto de la probabilidad de producirse como de la gravedad (el tipo) del daño, debe ser supervisado. De tal manera que puedan adoptarse medidas inmediatas y a largo plazo para minimizar el peligro lo más razonablemente posible. FACTORES QUE INFLUYEN EN EL BIENESTAR FELINO DINÁMICAS SOCIALES DISPONIBILIDAD DE RECURSOS NECESIDADES INDIVIDUALES DEL GATO FACTORES AMBIENTALES

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