54 jos las enfermedades más comunes que se encuentra un veterinario en la práctica de pequeños animales. Estas condiciones producen un dolor significativo, así como infecciones locales y potencialmente sistémicas. Como tal, la WSAVA considera que las patologías bucales subtratadas o que no reciben tratamiento representan una preocupación importante para el bienestar animal. De hecho, un capítulo completo del documento los expertos de la guía lo dedican a tratar temas de bienestar animal relacionados con la salud dental. A modo introductorio recuerdan que en el núcleo de la profesión veterinaria se encuentran los cinco principios centrales del bienestar animal: que los animales deben cuidarse de manera que minimicen el estrés, el miedo, el sufrimiento y el dolor, así como ser libres de expresar comportamientos naturales. Por tanto, la calidad y el cuidado dental regular son necesarios para proporcionar una salud y calidad de vida óptimas en pacientes veterinarios. Si no se tratan, las enfermedades de la cavidad oral pueden crear un dolor implacable, contribuir a otras enfermedades locales o sistémicas graves e impedir la expresión natural de los comportamientos orales y faciales debido a la falta de mecanismos fisiológicos apropiados. La enfermedad dental es muy común Históricamente, era una creencia generalizada que los animales de compañía requerían poco o ningún cuidado dental; sin embargo, ahora sabemos que la enfermedad dental es la condición médica más común en los animales de compañía. Más del 80 % de los perros y el 70 % de los gatos tienen evidencia de periodontitis a la edad de tres años. Además, el 10 % de los perros tienen algún diente fracturado con dolorosa exposición pulpar directa (denominadas fracturas complicadas de la corona). Golden (1982), Chidiac (2002) y Bellows (2009) encontraron que entre el 20 y el 75 % de los gatos maduros están afectados clínicamente con lesiones de resorción oral, dependiendo de la población examinada. Se estima que el 50 % de los perros de razas grandes tienen fracturas pequeñas (denominadas fracturas de corona sin complicaciones) con exposición dolorosa a la dentina. Por lo tanto, la gran mayoría de los pacientes veterinarios están lidiando con dolor significativo, infección, o ambos a diario. Es decir, igual que está bien documentado en humanos que el dolor dental puede ser extremo, relacionándolo con alteración del sueño, disminución en la productividad, e impactos sociales y psicológicos significativos, también causa dolor y sufrimiento en los animales, por más estoicos que sean. Cabe recordar que los umbrales de dolor de personas y animales son bastante similares, y aunque se trata de una experiencia única para cada individuo, a menudo los propietarios y veterinarios pueden pasar por alto las demostraciones conductuales de dolor, especialmente el dental. Existen muchas afecciones que causan dolor en los pacientes, entre las que se incluyen la enfermedad periodontal, las fracturas de dientes y mandíbulas, la reabsorción dental, las caries, las maloclusiones traumáticas, el síndrome de dolor orofacial felino y algunas neoplasias orales. En este sentido, es importante que los profesionales entiendan que la ausencia de un cambio de comportamiento debido al dolor dental crónico no significa que el dolor no esté presente, ni implica ninguna falta de gravedad. Lamentablemente, muchos perros y gatos simplemente no muestran el dolor que se ven obligados a soportar diariamente de ninguna manera observable. Cuando sí se observan, predominan comportamientos como pasarse las manos por la boca, mutilación de la misma y disminución del apetito. Como veterinarios, recalca la WSAVA en el informe, “es absoluta responsabilidad diagnosticar, tratar y aliviar el dolor y el sufrimiento de nuestros pacientes animales”. Asimismo, “permitir que una enfermedad dental no tratada cause dolor continuo sin terapia es un problema importante de bienestar animal; es nuestro deber como veterinarios diagnosticar de forma proactiva estas afecciones dolorosas, ofrecer una terapia adecuada y educar a los propietarios sobre los problemas de bienestar de no tratar estas afecciones”, prosiguen subrayando. La guía reconoce que interpretar las señales de comportamiento del dolor oral puede ser complejo, sin embargo, “es un hecho simple que los animales continuarán comiendo a pesar del dolor dental extremo y debilitante”. Las mascotas requieren alimento para sobrevivir, y el instinto de supervivencia es más fuerte que el deseo de evitar el dolor. Es importante recordar que, si bien la mayoría de los animales demostrará comportamientos orales normales, como jugar con juguetes, marcar con las glándulas faciales o usar la boca para explorar su entorno a pesar de experimentar un dolor dental, es posible que otros no puedan expresar estos signos naturales y comportamientos esenciales debido a las molestias crónicas. Si bien no se dispone en este momento de una guía conductual definitiva para evaluar los cambios de comportamiento debidos a la enfermedad oral y la incomodidad, los autores sugieren que esta es un área que merece investigación adicional. Al mismo tiempo, un apartado de la guía señala por qué el dolor dental y la infección causan signos fisiológicos de estrés. Al respecto, se plantea que las etiologías infecciosas, como la afección endodóntica y especialmente la enfermedad periodontal, conllevan una importante carga de MÁS DEL 80 % DE LOS PERROS Y EL 70 % DE LOS GATOS TIENEN EVIDENCIA DE PERIODONTITIS A LA EDAD DE TRES AÑOS
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