60 por lo que esa cuerda que lo sujeta apenas trabaja y tiende a romperse por un evento traumático”. Otras afecciones que engloban la traumatología en animales son luxación de rótula, especialmente en perros toy; enfermedad del desarrollo del codo canino (antes conocida como “displasia de codo), displasia de cadera, tenosinovitis del tendón del bíceps braquial… y múltiples lesiones de origen traumático que implican fracturas óseas, lesiones parciales o completas de ligamentos, etc.” En el caso de los gatos, “lo que vemos más frecuentemente son pacientes politraumatizados por caídas desde cierta altura, más conocidos como ‘gatos paracaidistas’, y también por atropellos. La rotura del ligamento cruzado craneal en el gato, por ejemplo, es poco frecuente y no siempre se resuelve de forma quirúrgica; también vemos lesiones asociadas a displasia de cadera, luxaciones de rótula, etc.” Sea el motivo que sea, cada vez son más los pacientes que acuden al veterinario por estos temas: “Esto se debe a que la sociedad ha ido avanzando hacia una cultura de afecto y cariño hacia nuestras mascotas, generándose un mayor sentimiento de preocupación por su bienestar, mientras que la formación de los futuros veterinarios cada vez es más completa y llega a un mayor número de alumnos”. Según Treceño Marta, si nos fijamos en los censos regionales, es evidente que hay un mayor número de perros y gatos en los hogares, lo que aumenta la población susceptible de necesitar un servicio veterinario, ya sea generalista o de alguna especialidad. “En el caso concreto de la traumatología y ortopedia, tiene también una gran importancia la existencia de razas puras, ya que ciertas anomalías o enfermedades están ligadas a la genética de estos individuos”, razona. También existen otros factores como el área geográfica o la situación económica, entre otros, que afectan de forma necesaria al tipo de paciente que acude a la consulta, qué tipo de lesión sufre y el nivel y complejidad del servicio que se va a llevar a cabo. En AniCura Vetsia, “es mucho más frecuente atender pacientes toy con fracturas respecto a perros de gran tamaño, mientras que operamos más perros medianos o grandes con lesiones de ligamento cruzado craneal”. Tratamientos principales en traumatología Varían mucho en función de la enfermedad o el tipo de lesión de la que se está hablando. Así, según Treceño Mata, en ocasiones, el tratamiento médico es suficiente para el control de ciertas enfermedades en sus estadios más leves, y puede ir desde la administración de suplementos alimenticios hasta medicamentos concretos con años de desarrollo e investigación a sus espaldas; tratamientos con anticuerpos monoclonales o infiltración local de ciertos componentes tales como células madre o factores de crecimiento, elementos basados en el concepto de medicina regenerativa. “En otras ocasiones, la resolución es únicamente quirúrgica y nuestros pacientes tienen que pasar por quirófano. Sin embargo, aunque pueda parecer lo contrario, muchas veces las lesiones más importantes y que necesitan un tratamiento quirúrgico se suelen resolver de una forma más definitiva y concreta que aquellas más sutiles. Los implantes y técnicas que utilizamos hoy en día están a la vanguardia de la ciencia, con innovaciones constantes en materiales y diseños. Utilizamos una mezcla de conceptos mecánicos, biológicos, fisiológicos, anatómicos… para poder dar siempre la mejor solución a cada problema”. Asimismo, el veterinario hace mención aparte para la fisioterapia y rehabilitación, “que siempre resultan de gran ayuda en el manejo de casi cualquier condición ortopédica, postoperatorios… y el control del peso”. Una gran can- “SE CONVIERTE EN LA ESPECIALIDAD MÁS COMPLEJA, PERO A LA VEZ MÁS COMPLETA” tidad de animales, tanto perros como gatos, padecen sobrepeso, lo que genera una condición inflamatoria sistémica que tiene una repercusión grave en las articulaciones, entre otros sistemas. Un paciente sano comienza por tener un peso adecuado. Investigaciones y estudios en traumatología veterinaria En el caso de la cirugía,Treceño Mata destaca que las investigaciones y estudios están muchas veces apuntando a la traumatología y ortopedia humana. “Estamos aún un par de escalones por debajo, a mi modo de ver. Muy probablemente se debe a diversos factores, como que la especialización en veterinaria es privada y no existe una diferenciación en el máximo nivel entre cirugía de tejidos blandos y traumatología y ortopedia, ya que las diplomaturas, europea o americana, engloban toda la cirugía de pequeños animales; o que el volumen de trabajo es mayor para los traumatólogos de humana, además de la diferencia en los recursos económicos que se utilizan en la medicina veterinaria respecto a la medicina humana, lo que retrasa o limita ciertos avances”, valora. A día de hoy no existe todavía a un veterinario especialista únicamente en rodilla, cadera o codo, “algo que es lo habitual en nuestros homónimos de medicina humana”. Aún así, resalta que poco a poco se están posicionando cada vez mejor, surgiendo múltiples oportunidades de formación en cada campo de especialidad y, en el caso de la traumatología y ortopedia, empresas de dedicación exclusiva a implantes para veterinaria o ramas de empresas de medicina humana que están dando cada vez más importancia al mundo de la cirugía veterinaria. En cuanto a los tratamientos no quirúrgicos, “existen múltiples líneas de investigación y avances continuos para el tratamiento de diversas afecciones, como la osteoartrosis, que cada año muestran
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