IM VETERINARIA #56

35 Este documento tiene como objetivo destacar las ventajas de la telemedicina mientras se mitigan los riesgos que podrían afectar la calidad de los servicios veterinarios y la posición independiente de los veterinarios. La telemedicina es una herramienta valiosa que puede complementar otros métodos de consulta y diagnóstico, facilitando el acceso a los servicios veterinarios. Sin embargo, la FVE enfatiza que las consultas físicas, la prescripción y la dispensación de medicamentos veterinarios deben ser preferidas sobre los métodos electrónicos. Las normativas nacionales sobre telemedicina y las reglas de prescripción veterinaria deben prevalecer siempre para garantizar la calidad y la seguridad en la atención veterinaria. La profesión veterinaria se considera una profesión liberal, lo que significa que los veterinarios deben mantener una posición profesionalmente independiente en el ejercicio de la medicina veterinaria. En la legislación de la UE, las profesiones liberales son aquellas que se practican basadas en cualificaciones profesionales relevantes, de manera personal, responsable e independiente, proporcionando servicios intelectuales y conceptuales en beneficio del cliente y del público. Para proteger a los clientes, al público y a los animales contra servicios veterinarios de calidad inferior, las autoridades competentes regulan la medicina veterinaria. Solo las personas que poseen las cualificaciones necesarias y que mantienen estándares científicos, profesionales y éticos relevantes están autorizadas para ejercer. La concesión de licencias y la aplicación de estos estándares son responsabilidad de las autoridades competentes, que en muchos países delegan esta función a los Cuerpos Estatutarios Veterinarios Nacionales autónomos. Avances en la telemedicina veterinaria La telemedicina ha permitido a los veterinarios intercambiar información con clientes y compañeros de maneras que trascienden las interacciones cara a cara tradicionales. Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) han sido unu de los principales impulsores del desarrollo de la telemedicina, permitiendo el intercambio remoto de datos clínicos de alta calidad, incluyendo videos e imágenes, para facilitar diagnósticos y tratamientos. La FVE define la telemedicina veterinaria como el intercambio y uso de información sobre la salud y el bienestar de los animales a través de plataformas tecnológicas entre un veterinario y un receptor (cliente, veterinario u otros profesionales de la salud) en el contexto de una relación veterinario-cliente-paciente (VCPR). La relación VCPR es fundamental para la práctica de la medicina veterinaria. Se inicia cuando el veterinario acepta formalmente la responsabilidad del cuidado de un animal, implicando un conocimiento adecuado del historial y el entorno del animal para proporcionar servicios veterinarios seguros e informados en beneficio de la salud y el bienestar animal, la salud pública y el medio ambiente. En el caso de consultas de segunda opinión y derivaciones, la VCPR debe ser establecida por el veterinario que refiere y el cliente. La telemedicina veterinaria ofrece numerosos beneficios, como la capacidad de superar barreras geográficas, facilitando el acceso a servicios veterinarios de calidad en áreas remotas. También permite a los veterinarios intercambiar datos e información de manera más efectiva y permite a los clientes consultar a diferentes profesionales, estableciendo comparaciones y eligiendo según sus necesidades. Sin embargo, la FVE también reconoce los riesgos asociados con la telemedicina, como la posible dependencia excesiva de las tecnologías digitales y la inteligencia artificial, y la asimetría de la información entre veterinarios y clientes. Para evitar el mal uso de la telemedicina, los veterinarios deben cumplir con obligaciones éticas y legales en su uso. Pilares de la telemedicina veterinaria La FVE identifica cuatro pilares principales de la telemedicina veterinaria: 1. Consultas en remoto. Las consultas en remoto implican el intercambio de asesoramiento o referencias del veterinario al propietario del animal. Este asesoramiento debe basarse en la confianza mutua y la calidad adecuada de la información intercambiada. Las consultas en remoto pueden ser especialmente útiles para superar barreras geográficas y pensando en el mejor interés del animal. La FVE recomienda que los organismos reguladores definan los casos en los que se puede realizar una consulta en remoto, permitiendo al veterinario determinar si es necesaria una consulta física adicional.

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