IM VETERINARIA #55

51 Las enfermedades zoonóticas transmitidas por vectores plantean desafíos de salud significativos tanto para los animales como para los humanos, representando el 61% de las enfermedades humanas de origen zoonótico. Estas enfermedades son cada vez más prevalentes en el continente europeo debido a la globalización y el cambio climático. Factores como el aumento de las temperaturas, el movimiento de vectores, el incremento de la migración y el turismo, y la gestión inadecuada de medidas de control de enfermedades, entre otros, contribuyen a esta tendencia. La leishmaniosis canina se presenta como una enfermedad zoonótica transmitida por vectores causada por Leishmania infantum, un parásito protozoario que afecta tanto a animales como a humanos, siendo los perros el principal reservorio doméstico. Sus vectores primarios en la Península Ibérica son las especies Phlebotomus perniciosus y Phlebotomus ariasi. Su distribución es cosmopolita y dinámica, tanto espacial como temporalmente, sujeta a múltiples factores sociales y ambientales. En Europa, los países situados en la cuenca mediterránea (Francia, Grecia, Italia, España y Portugal) son endémicos, con una incidencia mucho mayor de leishmaniosis canina que de leishmaniosis humana. En todo el territorio peninsular e insular de España y Portugal, la mayor parte de su superficie se considera endémica. En España, las seroprevalencias reportadas oscilan entre 0,86 y 24,66 %, con los informes más altos en el sur y en la costa mediterránea. En Portugal, la leishmaniosis canina se encuentra en todo el territorio con una distribución heterogénea, observándose la mayor seroprevalencia en el centro del país, con valores cercanos al 30 %. En el contexto de la prevención y control de la leishmaniosis animal y humana, es esencial destacar las diversas herramientas utilizadas para la prevención de la infección. Una de ellas es la cartografía para visualizar áreas donde existe riesgo de infección por enfermedades, ya que permite la identificación temprana de áreas de riesgo, facilita la planificación de intervenciones, optimiza la asignación de recursos, apoya la vigilancia epidemiológica y mejora la comunicación del riesgo a la población. Las herramientas de ecoinformática, como los Sistemas de Información Geográfica (GIS) y los modelos de nicho ecológico (ENM), pueden emplearse para gestionar las parasitosis zoonóticas. Estas herramientas facilitan la modelización de la distribución de la enfermedad al considerar las variables bioclimáticas y ambientales necesarias para su mantenimiento. Los ENMs asignan valores de idoneidad a los hábitats ambientales donde vive un organismo, logrado a través de la correlación entre los registros de distribución conocidos de la especie y las variables ambientales que la influyen. Estos modelos ya se han utilizado para evaluar el riesgo potencial de transmisión de enfermedades zoonóticas utilizando registros de presencia de parásitos, huéspedes infectados y vectores transmisores potenciales. Para la leishmaniosis, estas herramientas se han aplicado específicamente a la cuenca mediterránea y otras partes del mundo para modelar el riesgo de infección en relación con variables ambientales como precipitación, temperatura y vegetación. Estudios locales en la Península Ibérica han evaluado el riesgo de infección por L. infantum utilizando herramientas GIS. El mapa de riesgo inicial se construyó en la comunidad de Madrid basado en la distribución de vectores (Ph. perniciosus y Ph. ariasi), indicando núcleos de alto riesgo en focos individualizados en el centro y sur de la región. El segundo estudio, en el centro-este de Portugal, se centró únicamente en la presencia de huéspedes infectados, y sugiere que los cultivos irrigados y los olivares, los bosques abiertos y los cursos de agua influyen en la distribución de la infección. Sin embargo, estos estudios no integraron modelos de nicho ecológico de los vectores con el desarrollo del parásito dentro de SE PUEDE OBSERVAR UN AUMENTO EN EL RIESGO DE INFECCIÓN POR L. INFANTUM EN LA MAYOR PARTE DEL TERRITORIO ellos, extrayendo el potencial completo de estas técnicas y siendo mucho más realistas. La capacidad de modelar el desarrollo del parásito dentro de los vectores junto con la distribución de estos últimos a través de ENMs, ha hecho que la cartografía del riesgo de infección sea una herramienta complementaria en los planes de control de otras enfermedades transmitidas por vectores, como la dirofilariosis a mayor escala. El objetivo de este estudio fue desarrollar un mapa de riesgo de infección para L. infantum en la Península Ibérica (España y Portugal) y las Islas Baleares, así como su proyección hasta 2080 mediante el uso de ENM, teniendo en cuenta la idoneidad del hábitat de Ph. perniciosus, su principal vector en el área de estudio, y el cálculo de la tasa de infección de L. infantum en el vector. Resultados El modelo de nicho ecológico desarrollado para Ph. perniciosus mostró una alta idoneidad del hábitat en varias regiones de la Península Ibérica y las Islas Baleares. Las áreas con mayor idoneidad incluyeron el suroeste de la península, la región central y la costa mediterránea. Las Islas Baleares también presentaron una alta idoneidad para el vector. El modelo demostró una buena capacidad predictiva, con un valor de AUC de 0,84, indicando una alta precisión en la predicción de la distribución del vector. La tasa de infección promedio de L. infantum en Ph. perniciosus se calculó en un 15 %, con variaciones regionales que oscilaron entre el 10 % y el 25 %. Estas tasas se integraron en el modelo de nicho ecológico para ajustar la idoneidad del hábitat según la probabilidad de infección del vector. Las áreas con mayor riesgo de transmisión incluyeron las mismas regiones de alta idoneidad para el vector, principalmente el suroeste, el centro y la costa mediterránea de la península, así como las Islas Baleares. Las proyecciones futuras bajo el escenario de cambio climático SSP2-RCP4.5 indicaron un aumento significativo en el riesgo de infección por

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