IM VETERINARIA #54

42 Marina Portugués forma parte del equipo de Consulta Felina como veterinaria dedicada a la medicina felina a domicilio en Murcia; y también es miembro de la International Society of Feline Medicine y del Grupo de Especialidad de Medicina Felina de AVEPA. “La medicina felina es una especialidad relativamente nueva, de hecho, apenas se estudia en las facultades”, explica, y añade: “Sin embargo, es una de las más demandadas porque cada vez más personas deciden compartir su vida con un gato”. Así, la especialidad estudia en profundidad desde el comportamiento del gato hasta las enfermedades más complejas. “Todo ello guarda relación, pues muchas patologías en esta especie presentan alteraciones de la conducta, lo que provoca que éstas sean el único signo de enfermedad”, nos comenta. Marina Portugués ejerce su labor diaria en una clínica veterinaria pero móvil, pues, a excepción de Marina Portugués (Consulta Felina, Murcia) pruebas de imagen o cirugías, todo lo hace en casa. “Esto nos permite además ver el entorno en el que vive el gato y aconsejar a los cuidadores sobre cómo mejorar su ambiente de una manera más directa”. Su prioridad es el estrés mínimo, ya que el gato es un animal muy territorial y todo lo que suponga salir de su territorio, le provoca estrés: “Cosas tan simples como poner una vacuna o medir la presión arterial podemos hacerlas mientras el gato se encuentra tranquilamente descansando en su torre rascador”. Como la veterinaria es una profesión en equipo, explica, “trabajamos con distintos especialistas para dar un servicio de mayor calidad. Por ejemplo, las ecografías de nuestros pacientes las hace una compañera especialista en diagnóstico por imagen y las cirugías las llevan a cabo expertos en cirugía y anestesia”. En cuanto a vacunas, en el caso de los gatos, la imprescindible es la trivalente, “ya que proporciona protección frente a virus que nosotros mismos podemos vehicular”; y sobre las patologías más frecuentes, “la más comunes son las digestivas”. Sin embargo, “una de mis mayores preocupaciones como clínica son las resistencias antibióticas y la falta de unos protocolos frente a éstas. Cada vez veo más resultados de antibiogramas que me dan verdadero miedo, y creo que es un problema moral que tarde o temprano todo veterinario clínico tendrá que afrontar”. Le cuestionamos sobre el convenio colectivo veterinario, y así lo ve: “Aunque ha supuesto un avance con respecto al salario mínimo, es preciso que se hagan inspecciones para obligar a que se cumplan el resto de los aspectos que contempla”. Otra de las cuestiones urgentes, según Marina Portugués, es regular la figura del auxiliar veterinario y atajar el intrusismo. “En esto último, el Consejo General tiene mucho trabajo que hacer”, asegura, y se despide: “Gan parte del intrusismo está en las redes sociales, donde personas que no tienen formación veterinaria hacen un simple curso y ejercen, por ejemplo, de nutricionista o etólogo clínico, especialidades que solo debería practicar el veterinario”.

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