IM VETERINARIA #52

67 Estas cifras son más acuciantes en países menos desarrollados o con menos ingresos, donde las emisiones suelen ser más pronunciadas. Por ejemplo, un brote de enfermedad en el ganado que afecte al 20% de un grupo de animales se asocia con un aumento estimado del 60% de las emisiones de GHG en los países de bajos ingresos, mientras que en países más ricos se asocia a un incremento del 42%. En este sentido, el informe también desgrana cómo en poblaciones con mayores índices de desnutrición y de inseguridad alimentaria existen tasas más altas de enfermedades entre el ganado. A este respecto, el informe recoge: “Cada ganado adicional vacunado en un año se asocia a una disminución de 0,674 en el número de personas desnutridas a nivel nacional. Esto sugiere que a nivel mundial, de media, cada dos bovinos vacunados se contribuye a que una persona evite el hambre”. Otro aspecto relacionado con el medio ambiente es el uso del suelo. Si los animales resultan enfermos se necesitan mayores porcentajes de tierra para lograr la misma producción. Por ejemplo, si un 20% de aves resultan enfermas, se necesita un 8,6% más de tierra para conseguir los mismos resultados de producción. La tecnología podría ser una aliada en la reducción de emisiones. Según calcula la UNFAO, para 2050 podría haberse reducido con un uso responsable de estas tecnologías entre un 18 y un 30% la intensidad de las emisiones en las prácticas relacionadas con sanidad animal y cría. El caso de Nigeria El informe analiza el caso específico de Nigeria, donde aproximadamente 29 millones de personas sufren hambre o inseguridad alimentaria grave. Si en este país se aumentara la vacunación del ganado repercutiría, sostiene el informe, en un significativo aumento del suministro de alimentos para la población. De manera más específica, aumentar la tasa de vacunación en el país en un 40% para el ganado vacuno supondría una reducción en la inseguridad alimentaria grave de un 8,1%; lo que equivaldría a ayudar alimentariamente a 2,4 millones de personas. En definitiva, del informe se deduce que las medidas que se tomen en lo relativo a la salud animal, así como la infraestructura veterinaria -haciendo especial hincapié en la vacunación- son elementos claves en los niveles de producción de la ganadería; especialmente en países en vías de desarrollo donde algunas enfermedades siguen siendo endémicas. “Controlar las enfermedades del ganado en todos los contextos tiene beneficios multiplicadores para la sostenibilidad económica, ambiental y social. Esto incluye reducciones de las emisiones, el hambre, la desnutrición y la pobreza en línea con las metas establecidas por los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030”, concluye el informe. Tras realizar este informe, se extrae la conclusión de que las enfermedades en los animales reducen significativamente la productividad ganadera mundial cada año, lo que supone un fuerte impacto en los ingresos de los productores. Alerta en los datos desde 2018 El informe analiza cómo ya en 2018 se estaba produciendo un importante descenso de la producción mundial de aves de corral -en torno a 2,8 millones de reducción- a causa de estas enfermedades. Al mismo tiempo, la producción mundial de huevos se redujo en tres millones de toneladas a causa de estas enfermedades; una cifra que a nivel económico supone una pérdida de alrededor de 5.600 millones de dólares. La vacunación de estos animales es una de las soluciones más efectivas que plantea este informe: “Aumentar la vacunación del ganado vacuno en un 60% a nivel mundial provocaría un aumento del 52,6% de la producción. Según los niveles de productividad global, este aumento equivale a las necesidades de consumo de carne vacuna de 3.100 millones de personas”. Si estas cifras las concretamos en los principales países productores de carne, encontramos que, por ejemplo en Brasil, vacunando al 1% del ganado vacuno se lograría un aumento del 0,7% de la producción. El informe realizado por Oxford Analytica desgrana que las enfermedades en el ganado reducen la producción mundial en 80.000 millones de kilos de carne y 179,5 mil millones de kilos de lácteos cada año, lo que a su vez deriva en pérdidas de 358,4 mil millones de dólares en los ingresos resultantes de esta producción. Como propuesta, el informe anticipa que cada reducción en un 1% en las tasas de enfermedades del ganado vacuno permitiría el suficiente aumento de la producción como para satisfacer las necesidades de consumo promedio de carne de vacuno de 317 millones de personas. Además elevaría los ingresos de los productores en 3.200 millones de dólares estadounidenses. Por su parte, cada reducción también de un 1% en las tasas de enfermedades del ganado lechero permitiría aumentar la producción lo suficiente como para satisfacer la demanda de leche de aproximadamente 80,5 millones de personas, incrementando a su vez los ingresos de los productores en 3.800 millones de dólares. Una apuesta por la sostenibilidad El aumento de las enfermedades en los animales de consumo está estrechamente vinculado a los incrementos significativos en las emisiones de gases de efecto invernadero (GHG) del ganado y en el uso de la tierra. En consecuencia, apostar por la salud de estos animales y por la vacunación permitiría una reducción de esas emisiones, mejorando así la sostenibilidad medioambiental. La Unión Europea estima que cada persona emite cada año 6,8 toneladas de CO2. Si las emisiones se redujeran en diez puntos, las emisiones analizadas descenderían en más de 800 millones de toneladas en total. La producción mundial de huevos se redujo en tres millones de toneladas a causa de las enfermedades en los animales

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