IM VETERINARIA #52

42 im veterinaria Aproximación al LSA alimentario felino El linfoma alimentario felino es el tipo de neoplasia intestinal más frecuente en esta especie, seguida del adenocarcinoma y el mastocitoma. La edad media de presentación oscila entre los 10 y 13 años. El linfoma alimentario se caracteriza por la infiltración de células linfoides tumorales en las capas del tracto gastrointestinal, con o sin afectación de los ganglios linfáticos abdominales u otros órganos. En función del tipo de linfocito tumoral, el linfoma alimentario felino se clasifica en 3 grupos diferentes: • Linfoma alimentario de bajo grado (LABG) • Linfoma alimentario de grado alto-intermedio (LAAG) • Linfoma alimentario de células granulares (LACG) El LABG, también llamado linfoma linfocítico, se caracteriza por la infiltración de linfocitos T bien diferenciados y presenta epiteliotropismo marcado (infiltración del epitelio intestinal). Su comportamiento biológico es poco agresivo y el pronóstico suele considerarse favorable, con tiempos de supervivencia media de 20-30 meses. En cuanto al LAAG se caracteriza por la infiltración de células linfoides tumorales de gran tamaño, con un grado de desdiferenciación mayor y alto índice mitótico. Este tipo de linfoma puede ser de células B o T, pudiendo infiltrar capas más profundas del tubo digestivo. El pronóstico es reservado, con tiempos de supervivencia de 7-10 meses. EMPRESA Por otra parte, el LACG tiene su origen en las células natural killer (NK) y se caracteriza por presentar gránulos eosinofílicos en su citoplasma. El comportamiento biológico de este tipo de linfoma es muy agresivo, con tiempos medios de supervivencia pobres. La sintomatología clínica se deriva de la infiltración del tejido intestinal por las células tumorales, por lo que se ve afectada su funcionalidad. Ya que la porción afectada con más frecuencia es el yeyuno, el principal signo clínico es la pérdida de peso, seguida de vómitos, diarrea y/o anorexia. Puesto que se trata de una sintomatología inespecífica, la historia clínica es importante a la hora de elaborar un listado de diagnósticos diferenciales. Los signos clínicos en un gato con LABG pueden estar presentes durante meses, sin embargo, en el LAAG son más agudos y severos. En ocasiones, en el caso de LAAG, en la exploración física se pueden palpar masas abdominales que se corresponden con el propio crecimiento del tumor o con la presencia de linfadenopatía marcada. El procedimiento diagnóstico incluye la realización de análisis sanguíneos completos (que incluyan los niveles de T4), y es la ecografía la que dará la clave en la sospecha de linfoma alimentario, ya que permite evaluar todas las capas del tracto intestinal, así como los ganglios linfáticos regionales y otros órganos y, normalmente, permitirá la toma de muestras para su estudio citológico. En el LABG es frecuente el engrosamiento difuso de las asas intestinales, con o sin linfadenopatía mesentérica, hallazgos que no necesariamente serían diferentes de la imagen de enfermedad inflamatoria intestinal felina. Hay que tener en cuenta que un intestino de apariencia normal con ganglios linfáticos de aspecto ecográfico normal no descarta la posibilidad presencia de LABG. En cambio, en el LAAG es común el engrosamiento de la pared intestinal y la pérdida de la estructura de las diferentes capas intestinales, junto con hipomotilidad localizada y linfadenopatía mesentérica o lesiones en otros órganos abdominales; incluso, en ocasiones, se puede observar efecto masa en la pared intestinal con riesgo de obstrucción intestinal (o, incluso, perforación). La toma de muestras para su estudio citológico es el procedimiento de elección para identificar un LAAG o un LACG. En el caso del PAF de ganglio mesentérico en un gato con engrosamiento de la pared intestinal marcado en el que se observa la presencia de linfoblastos, compatible con LAAG (Imagen de VETSCAN Imagyst). Autora: Sandra Márquez Garrido Veterinaria del equipo de oncología de Surbatan

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=