IM VETERINARIA #51 ANUARIO 2023

53 anuario 2023 El 2023 ha sido un año intenso para el sector veterinario, con cambios normativos de todo tipo que afectan sustancialmente a la labor de los veterinarios. Dos ejemplos significativos son el Real Decreto 364/2023, “que regula entre otras cuestiones la figura del veterinario de explotación, que tiene la responsabilidad de llevar a cabo el diseño, redacción y supervisión del Plan sanitario integral de la explotación de cualquier especie ganadera”, explica Manuel Martínez Domínguez, presidente de la Federación Estatal de Sindicatos Veterinarios. Y también la Ley 7/2023, de protección de los derechos y el bienestar de los animales, “que cuando adquiera su desarrollo reglamentario pleno dará protección y garantizará el bienestar de los animales de compañía y silvestres en cautividad”. Por otro lado, “la publicación del II Convenio colectivo de centros y servicios veterinarios marcará las relaciones laborales en las empresas con actividades asistenciales a los animales”, señala. En cuanto a los eventos llevados a cabo desde la federación, Martínez remarca que la principal actividad sindical se realiza regionalmente por cada uno de los sindicatos federados. En cuestiones de eventos nacionales, “ha sido muy viva la participación y colaboración en actividades institucionales, como las del Centenario del Consejo General de Colegios Veterinarios de España, y científicas como en el II Congreso de Sanidad y Bienestar Animal o el XXIX Congreso de la Sociedad Científica de Salud Pública Veterinaria”. Asimismo, “estamos llevando a cabo reuniones con diferentes colectivos de la Organización Colegial Veterinaria, la Conferencia de Decanas y Decanos de Facultades de Veterinaria, sociedades científicas, el Consejo Nacional de Estudiantes de Veterinaria, etc. para apoyar e impulsar temas de tanto calado como el incremento de los planes de estudio de los graduados en Veterinaria a 360 ECTS, el desarrollo de las Especialidades Veterinarias, especialmente en Ciencias de la Salud, estudio para que la veterinaria sea considerada una profesión de riesgo, etc.” Representación profesional Los sindicatos o federaciones de sindicatos, como es el caso de FESVET, “son organizaciones de trabajadores, cuya finalidad primordial es la representación, promoción y defensa de los intereses económicos, sociales, profesionales, laborales, culturales y jurídicos de sus afiliados, así como la defensa de políticas generales que puedan afectar a dichos intereses”. Los derechos y las condiciones laborales de los veterinarios “se defienden formando parte de los órganos de negociación y acuerdos laborales”. Por ello, “desde FESVET defendemos el derecho a la negociación colectiva, al ejercicio del derecho de huelga, al planteamiento de conflictos individuales y colectivos de trabajo, al diálogo social, a la participación institucional en los organismos de las administraciones públicas y a la presentación de candidaturas para la elección de Comités de Empresa y Delegados de Personal, y de los correspondientes Órganos de Representación sindical”. En términos de condiciones de trabajo para los veterinarios, el actual Convenio Colectivo “tiene un amplio margen de mejora, dicho con el máximo respeto a los que lo han negociado”. Este convenio “regula las relaciones de trabajo en las empresas que realicen actividades de asistencia a los animales en centros y servicios sanitarios veterinarios o fuera de ellos”. Según los datos del informe de ‘Inserción Laboral de los Egresados Universitarios’, los veterinarios se sitúen entre los peor pagados. Mientras que la media retributiva de los médicos a los cuatro años de su graduación se sitúa en cerca de 40.000 euros, “los veterinarios apenas superan los 25.000”. Por ello, “nuestro primer punto de preocupación es la mejora retributiva de todas las áreas del trabajo, no solo en los primeros años de ejercicio profesional, sino a lo largo de toda su vida laboral y en cualquiera de los ámbitos en los que se ejerza la profesión”. A partir de esta cuestión general “las consultas que recibimos se sitúan individualmente en los problemas de movilidad funcional o geográfica, interpretación de las tablas salariales, especialmente en lo relativo a los complementos de disponibilidad y carrera profesional o la jornada y tiempo de trabajo, entre otras cuestiones, que necesitan en muchos casos el asesoramiento de nuestros servicios jurídicos”. Una legislación deficitaria Por lo que respecta a la Ley 7/2023, de 28 de marzo, de protección de los derechos y el bienestar de los animales, “es una ley fundamental en un país con más de 28 millones de mascotas que conviven en el 40% de los hogares españoles”. En opinión del presidente de FESVET, “no se ha contado con el consenso necesario de la profesión veterinaria, que es el eje fundamental para un correcto desarrollo y aplicación”. Por eso, “y por su inconcreción en parte de su articulado, está generando desconcierto entre los propietarios de los animales y preocupación entre los veterinarios”. Sin entrar en detalles, “diremos que las propias definiciones de la ley generan confusión y encima no definen figuras clave de la misma, como sería el veterinario perito/forense y el municipal”. Según Martínez, “ignora a los veterinarios como técnicos, asesores y científicos en todo tipo de organismos de gestión que crea y como únicos valedores con conocimientos profesionales de la protección y el bienestar animal, llegándose al despropósito de no tenernos en cuenta ni siquiera como formadores”. No contempla a los veterinarios en su condición de etólogos, “y únicos facultativos capacitados para discernir trastornos o comportamientos patológicos”. Sin duda, “la gestión de la eutanasia va a provocar situaciones conflictivas, que hubieran resultado innecesarias si en la redacción de la ley se hubieran tenido en consideración la experiencia y los conocimientos científicos de los veterinarios”. Finalmente, “la falta de suficiente financiación de la mayor parte de los ayuntamientos para la aplicación de las medidas que impone la ley y la carencia de servicios veterinarios municipales, en muchos de ellos, va a generar permanentes lagunas e incumplimientos de la misma”. Otro de los grandes problemas que está generando la ley en sus primeros meses de aplicación “son las incongruencias o incompatibilidades que se están observando en su aplicación con respecto al resto del marco normativo sectorial y regional vigente”, además de las dudas relacionadas con “la identificación, comunicaciones de bajas, incineración/enterramiento de mascotas, seguro obligatorio de responsabilidad civil, curso de formación, gestión de las colonias felinas, esterilización de las mascotas y listado definitivo de especies exóticas”.

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