50 varias aclaraciones por parte del Ministerio y, al menos, en estos asuntos importantes pudimos desbloquear la situación. Desafortunadamente, una vez más, el mundo veterinario está en la situación de tener que arreglar una normativa en la fase de su aplicación por no conseguir influir lo suficiente en las fases previas antes de su aprobación”, expresa. Piensa que ha pasado muy poco tiempo para poder hacer balance por el cumplimiento de sus objetivos, aunque, de todas maneras, “va a ser imposible cumplirlos sin un reglamento de aplicación”. No duda de que los dos temas de preocupación para los miembros de su organización de cara al futuro inmediato son la dispensación del medicamento veterinario y la aplicación de la Ley de Bienestar Animal. En estos dos asuntos, considera que “la legislación está muy alejada de la realidad y tiene como consecuencia la generación de una gran inseguridad jurídica para la empresa”. “Como sector, además de conseguir mayor seguridad jurídica, tenemos objetivos a largo plazo que ofrezcan una posición estratégica, abriendo nuevas posibilidades de mercado en todos estos cambios sociales y tecnológicos que se están produciendo”, completa Saleno. Esto pasa por entender como está cambiando el mundo en esta década y encontrar alianzas para realizar actuaciones ordenadas y coordinadas que les permita aprovechar este período de cambios como una gran ventana de oportunidad. En ese sentido, pretenden colocar el sector veterinario “en un lugar importante en el que debería haber estado hace muchas décadas”. La presidenta de CEVE advierte de que, si ahora no lo hacen y no presionan lo suficiente, el sector volverá a ser irrelevantes al menos otro medio siglo: “No nos podemos permitir estar de brazos cruzados y no influir mientras el mundo toma decisiones que nos afectarán; porque esto mermará la rentabilidad, las competencias sectoriales y, finalmente, el bienestar de los trabajadores”. Le cuestionamos si se sienten escuchados en sus peticiones de cambios en el Real Decreto de medicamentos veterinarios. Admite que “no, en absoluto”, y que, “además, otros actores del mundo veterinario que deberían estar alineados con las históricas reivindicaciones del veterinario no sólo que no ayudan, sino que entorpecen la consecución del objetivo”. En el apartado de retos, subraya que hay que hacer las múltiples reuniones necesarias, tanto en el Parlamento como en los ministerios, “para poder avanzar en esta nueva legislatura en la dispensación del medicamento veterinario a favor del sector veterinario, en conseguir el IVA reducido, en cambiar ciertos aspectos de la ley de bienestar animal, que son lesivos no sólo para el sector sino incluso para el propio bienestar animal, y, por supuesto, con- “Se está normalizando la existencia de un convenio” ¿Qué análisis hacen de los acuerdos alcanzados por ustedes en el convenio colectivo veterinario? “La existencia de un convenio colectivo ofrece paz social y crea un clima de diálogo entre las empresas y los trabajadores. Sin diálogo es difícil que haya entendimiento y finalmente avance”, contesta Delia Saleno. Menciona que un aspecto positivo es que “se está normalizando la existencia de un convenio”. Matiza que, siendo el segundo convenio, tocaba hacer una actualización al cambio normativo y una adaptación a ciertos conceptos en base a la experiencia vivida en la aplicación del primer convenio. Como punto destacado, “se ha deseado dar un nuevo impulso para la aplicación de la carrera profesional, ya que ambas partes negociadoras entendieron la importancia de la formación continuada en este sector y una recompensa a cambio”. Piensa que habrá que hacer mucha pedagogía tanto para la empresa, como también para los trabajadores para que se entienda cómo funciona y para qué sirve. El objetivo es que se consiga finalmente implementar como una herramienta legal de once niveles para diferenciar y reconocer un veterinario más formado y experimentado. “Como sector, tenemos objetivos a largo plazo que ofrezcan una posición estratégica, abriendo nuevas posibilidades de mercado” seguir que la actividad veterinaria sea reconocida como una actividad sanitaria y que sea integrada como actor natural del sistema sanitario”. El gran deseo que tiene es que los distintos actores del mundo veterinario colaboren y que entiendan que la unidad hace la fuerza.
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