31 im veterinaria Joaquín Laliena, veterinario especializado en fauna silvestre y medio ambiente, decidió emprender su propio proyecto, al que llamó Nakuru Centro Veterinario, tras varios años trabajando en clínicas como especialista en animales exóticos y centros zoológicos. “El nombre proviene del lago Nakuru de Kenia, que para mí aúna la pasión que siento por África y por las aves, al ser conocido por los ornitólogos como uno de los mayores espectáculos de aves sobre el planeta”, explica. Su especialidad abarca todos los animales distintos al perro y al gato. “A diario me encargo de explicar a los propietarios de estos animales cómo deben cuidarlos para asegurar su máximo bienestar y evitar que caigan enfermos”. Sin duda, “cada día es una aventura que como profesional supone un reto donde aprender cosas nuevas y ganar experiencia con diferentes especies y casos”. En palabras de Joaquín Laliena, “existe mucho revuelo sobre la última ley de bienestar animal redactada de ámbito nacional”. Y se posiciona: “Creo que todo avance en bienestar animal debe ser bienvenido, pero siempre basándose en criterios científicos”, ya que “no puede ser que se saque adelante con una carta firmada por 900 científicos en contra reclamando que no se les ha tenido en cuenta y que dicha ley es un atentado contra la biodiversidad”. Su especialidad en fauna silvestre y medio ambiente aporta una visión global dentro de la profesión veterinaria, actualmente denominada One health’ “Estas tres piezas del puzle (las personas, los animales y el medio natural) deben estar en un perfecto equilibrio para asegurar la viabilidad futura de todas ellas y gracias a nuestra formación los veterinarios somos los únicos profesionales con capacidad para entenderlas”. En su opinión, “durante la pandemia de la Covid-19, se nos ha mantenido al margen como sanitarios y es un gran error, ya que se ha salvado este virus, pero no se ha cambiado nada para evitar otro futuro”. El modelo más eficiente por el que debería apostar el gobierno de cara al futuro “sería que nos reconocieran como los profesionales sanitarios que somos”. Más allá de la bajada del IVA veterinario al 10%, “que también es importante”, se trata de “una cuestión ya de visualización ante la sociedad para que sean conscientes de que todo lo que se comen y beben pasa por nuestras manos, de que a diario mantenemos bajo control para que no diezmen a la sociedad”. Sea como fuere, “la sociedad está muy sensibilizada y es el momento perfecto para fomentar proyectos que nos hagan avanzar como sociedad en la conservación de la fauna y el medio ambiente”. Y remarca: “Nos hemos centrado mucho en los últimos años en nosotros mismos como especie e irónicamente, siendo egoístas, deberíamos cuidar al resto de especies con las que compartimos planeta para asegurar nuestra supervivencia futura”. En relación con la forma de asegurar la sostenibilidad de la clínica veterinaria en los próximos años, considera claves “unas condiciones laborales dignas para nuestro gremio”. En la actualidad, aunque un gran porcentaje del sector se ha derivado a las clínicas veterinarias en detrimento del trabajo del veterinario rural, “no debemos caer en un deterioro de las condiciones laborales que ya están produciendo la huida hacia otros sectores sanitarios y de educación”. No es admisible “ser una de las profesiones con mayores índices de suicidio, afecciones psicológicas o rotación laboral”. En cuanto al futuro y retos de la profesión, es optimista y cree que, “aunque, poco a poco, aprendemos de nuestros errores y mejoramos cada día”. “Es el momento perfecto para fomentar proyectos que nos hagan avanzar como sociedad en la conservación de la fauna y el medio ambiente” Joaquín Laliena (Nakuro Centro Veterinario, La Rioja)
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