9 im veterinaria Un Auxiliar de Veterinaria es aquella persona que se encarga de todas las tareas de ejecución del día a día que considere el clínico cualificado. Para buscar el equivalente en humana, sería la figura de enfermería y auxiliar de enfermería. Sin embargo, actualmente es una profesión no reglada, por lo que su formación tampoco lo está, tal y como expone Lara Domènech, veterinaria, Máster en Formación del Profesorado, fundadora de Vetformación y responsable académica de una entidad cuya misión es “capacitar a los alumnos para entrar al mundo laboral real, por lo que además de un un temario de calidad adaptada a la realidad del sector, nos basamos mucho en las prácticas en los centros, ofreciendo hasta 500 horas y en colaboración estrecha con dichos centros”. Vetformación lleva algo menos de siete años de actividad, y en este tiempo “ya nos ha permitido formar a más de 3.000 profesionales, así como colaborar con más de 700 centros veterinarios acogiendo alumnos en prácticas”, indica. Respecto a las funciones potenciales de un Auxiliar de Veterinaria, la experta recalca que son “muy, pero que muy amplias e importantes”. Dentro de las distintas áreas de trabajo de un centro (recepción, consulta, quirófano, hospitalización, laboratorio, diagnóstico por imagen...), expone, “existe una larga lista de tareas que puede realizar y que pueden aportar un gran valor en la gestión del día a día del centro, a la vez que descarga de muchas funciones rutinarias a los clínicos cualificados”. Esto es, “desde una gestión integral del cliente (seguimientos, recordatorios, venta...), un control de stock eficiente del centro (tanto en material hospitalario, de tienda, consumo interno), unas funciones vitales en hospitalización en todas las tareas de mantenimiento y gestión del paciente, soporte en quirófano (preparación del paciente, ayudante en la cirugía, material, limpieza y esterilización...), preparación y realización de pruebas laboratoriales, preparación de pruebas de diagnóstico por imagen, etc.”, agrega. Las competencias del Auxiliar de Veterinaria Estas funciones, en mayor o menor especialización y dedicación dependiendo de las características propias del centro (número de trabajadores, volumen de trabajo, dimensiones de las instalaciones, etc.), se pueden desarrollar en cualquier centro. Por contra, las labores que no puede desarrollar esta figura se limitan a toda la parte de diagnóstico y ejecución de algunas tareas clínicas. No obstante, toda la parte de ampliación de información, orientación y ayuda al cliente y paciente, “la puede desarrollar perfectamente, convirtiéndose en una parte fundamental”, asegura Domènech. Igualmente, prosigue, “algunos tratamientos o acciones clínicas deberán ser únicamente realizadas por clínicos capacitados, a la vez que algunas otras, a pesar de ser realizados por un auxiliar, deberán estar supervisadas y controladas por los veterinarios”. Por todo, “en la mayoría de los protocolos de trabajo que se realizan en un centro, cerca del 70-80% de las acciones las debería realizar un auxiliar, separando las tareas de más valor clínico”, manifiesta la veterinaria, recalcando que “todas las otras tareas que puede realizar la auxiliar, también son absolutamente imprescindibles para el buen funcionamiento del centro y la resolución de la incidencia clínica”. O lo que es lo mismo, “entender que disponer de auxiliares bien formados y capacitados en un centro es la clave para el futuro de cualquier centro veterinario”. Y esto es algo que en la mayor parte del continente europeo lo tienen muy claro, declara Domènech. “Prueba de ello es que la ratio de veterinarios versus auxiliares allí es de 1:3 (por cada veterinario hay tres auxiliares trabajando). Actualmente en nuestro país es prácticamente al revés”. A su juicio no es viable mantener esta estructura, “y menos en un momento en el que existen una enorme cantidad de facultades de veterinaria, pero hay una falta de profesionales que quieran dedicarse a la clínica”. “Hemos visto anteriormente la cantidad de acciones que podemos delegar a un auxiliar. Pero no tan solo estamos descargando de trabajos rutinarios y repetitivos a los veterinarios, sino que el hecho de poder dedicarse a aspectos clínicos de valor, hace que el nivel sanitario que ofrecemos a nuestros pacientes mejore, a la vez que aumentamos mucho la motivación del veterinario que quiere profundizar más en dichos conocimientos técnicos”, insiste. Domènech también aporta una razón económica para contar con un auxiliar. “Si tenemos que repartir la masa salarial entre los profesionales, es mucho más eficiente hacerlo entre auxiliares (que además estarán muy motivados de poder realizar este tipo de tareas del día a día en nuestra clínica), que entre veterinarios”. De esta forma, añade, “nos permite tener pocos veterinarios con buenas condiciones laborales, y más carga de auxiliares también con buenas condiciones de trabajo”. Vetformación “ha formado a más de 3.000 profesionales, así como colaborado con más de 700 centros” LARA DOMÈNECH
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