IM VETERINARIA #38

36 im veterinaria Germán Quintana cumple 20 años en la profesión ejerciendo de forma ininterrumpida como veterinario clínico. Después de una larga trayectoria laboral y formativa, decidió abrir su primer centro junto a dos compañeros de promoción. “Fue en 2006 cuando inauguramos el Centro Veterinario AMarosa en la costa de Lugo, que hoy cuenta con dos centros y con 16 profesionales, y que aspira a ser un centro de referencia en varias especialidades”. Aunque colabora regularmente con la actividad clínica diaria en los dos centros, su especialidad es la dermatología y la medicina del comportamiento. “Considero esencial mantener los conocimientos en medicina general actualizados, aunque la mayor parte de mi trabajo se centra en estas áreas de especialización”. ¿De qué se ocupa mayoritariamente la dermatología? “Muchas personas creen que los dermatólogos nos pasamos la jornada entre alergias y parásitos, y, aunque estos procesos suponen un elevado porcentaje de la casuística, tenemos un amplio abanico de patologías tales como enfermedades endocrinas conmanifestación cutánea, procesos oncológicos en piel y anejos o enfermedades infecciosas e inmunomediadas, entre otras muchas”. La aportación de la dermatología a la veterinaria no es baladí, prueba de ello es que los procesos dermatológicos suponen aproximadamente el 30% de las consultas en la clínica generalista. “Además, es frecuente que estos procesos coexistan con otras enfermedades o que sean consecuencia directa de éstas, por lo que es fundamental que el dermatólogo se apoye en el veterinario generalista y en otros especialistas para conseguir la resolución o control exitoso de las enfermedades dermatológicas, especialmente en aquellas crónicas”. En cuanto a la pandemia, y a pesar de la aportación de la veterinaria a la salud animal y humana, Germán Quintana ha echado en falta la consideración del colectivo por parte de las autoridades públicas. “Hemos sido los grandes olvidados y hemos tenido que salir al paso tomando las medidas de protección y prevención que considerábamos oportunas”, asegura, y continúa: “Tampoco se han sabido aprovechar nuestros conocimientos en enfermedades infecciosas zoonóticas, lo cual es inexplicable”. Pese a ello, el sector avanza poco a apoco. “Ya hemos dado un paso importante con la aprobación del primer convenio para Centros Sanitarios Veterinarios, que esperemos que ayude a corregir algunas irregularidades. Pero quedan muchas cosas por hacer: actualizar normativas enmateria de identificación animal o del medicamento veterinario, digitalizar nuestras empresas, aumentar la especialización, etc.”. También conseguir un entorno de trabajo más atractivo para las nuevas generaciones. De cara a los próximos años será esencial apostar por el modelo One Health en el que exista una comunicación fluida entre todos los sanitarios, públicos y privados, de medicina humana y animal. “Debemos estar a la altura de las expectativas de la familia de nuestros pacientes, manteniendo actualizados nuestros conocimientos y equipos, adaptando nuestros servicios para facilitar la conciliación, siendo una fuente fiable de información y conociendo nuestras limitaciones”. La función pública de la veterinaria es primordial como también lo es la actividad clínica. “Ambas deben coexistir”. ¿Cuestiones clave para el futuro? “Profesionalizar el sector, adaptar nuestros centros y personal a los nuevos avances tecnológicos y mejorar la gestión de las clínicas”. “Muchas personas creen erróneamente que los dermatólogos nos pasamos la jornada entre alergias y parásitos”

RkJQdWJsaXNoZXIy NTI5ODA=