IM VETERINARIA #35

74 im veterinaria Vermes cardiacos en gatos en el laboratorio Probablemente, la verdadera prevalencia de la dirofilariosis felina esté subestimada debido a las limitaciones en el diagnóstico, y a la mayor tendencia de los gatos a mostrar signos clínicos solo transitorios o a morir sin confirmarse la infección. El gato no es el hospedador natural de la Dirofilaria immitis. Los signos clínicos suelen relacionarse con enfermedades cardiacas y pulmonares. La lesión vascular provocará una trombocitopenia con la liberación com- pensatoria de plaquetas jóvenes. Asimismo, podemos encontrar anemia, debido a la respuesta crónica inflamatoria frente a los vermes cardiacos. En el hemograma podemos encontrar valores bajos de hematocrito, hemoglobina, VCM, reticulocitos y plaquetas, mientras que el valor del volumen plaquetario será alto. Un valor temprano que aparecerá en la infección, cuando las larvas migran, es la eosinofilia. Sin embargo, la basofilia (también presente) es menos importante que la eosinofilia. En cuanto a la bioquímica, tendremos unos valores normales, salvo que derive en una azotemia prerrenal y conges- tión hepática debido a la insuficiencia cardiaca, entonces podremos ver valores elevados de BUN, creatinina y ALT. Las proteínas totales elevadas junto con las globulinas y valores bajos de albúmina. Enfermedad por vermes cardiacos: dirofilaria Muchos gatos toleran su infección sin ningún signo clínico perceptible, o con signos que solo se manifiestan de forma transitoria. Los signos clínicos asociados con la dirofilariosis felina pueden ser leves e inespecíficos, o pueden manifestarse con una sintomatología predominantemente respiratoria, síntomas gastrointestinales (p.ej . emesis) u ocasionalmente neurológicos, y pueden presentarse de forma crónica o aguda. Los signos respiratorios crónicos son los más comunes, como la taquipnea persistente, tos intermitente y mayor esfuerzo respiratorio. Según la forma de la enfermedad (temprana, leve, moderada o grave) tendremos distinta sintomatología. Esta va desde: ninguna, tos, intolerancia al ejercicio, dificultad respiratoria, aumento tamaño del hígado, líquidos en ab- domen, sonidos cardiacos anómalos... Estos signos son debidos a que los vermes cardiacos producen enfermedad valvular cardíaca, congestión hepática, disminución de la perfusión pleural y enfermedad por inmunocomplejos. Las reacciones antígeno-anticuerpo provocan enfermedad renal y arteritis. También pueden aparecer lesiones en pulmones, riñón o cerebro, debido a los trombos producidos por los parásitos. Según la evolución de la enfermedad, podemos observar alteraciones en las pruebas de laboratorio: • Encontraremos una eosinofilia y basofilia producida por la reacción alérgica frente a los parásitos. • La destrucción mecánica de los hematíes provocará anemia, hemoglobinuria, hemoglobinemia. • En la bioquímica podremos ver: • Aumento del BUN, por la disminución del flujo sanguíneo renal (Azotemia prerenal). • Elevación de la AST y la ALT producida por la necrosis hepática debido al aumento de la presión portal. • Podemos ver también un aumento de los valores de GGT y fosfatasa alcalina debido al daño hepático. • Proteinuria e hipoalbulinemia Bibliografía Greene, C.E. (Ed) Infectus Deseases of the Dog and Cat. 4th ed. Philadelphia, PA: W.B. Saunders, 2011 Schmidt GD, Roberts LS: Foundations of Parasitology. 5th ed. William C Brown, Dubuque, Io., 1996 Navarrete Lópe-Cózar I y col.: Guía Práctica de Parasitología y Enfermedades Parasitarias. Lab Esteve Veterinaria, Barcelona, 1997 KAUFMANN J: Parasitis Infections of Dpmestics Aniumals. Birkhäuser Verlach, Basilea, 1996 Feline Heartworm Guidelines. 2014. Los signos acostumbran a estar relacionados con las larvas que causan un síndrome respiratorio denominado enfermedad respiratoria asociada a dirofilariosis • Signos generales, como letargo o pérdida de peso. • Signos respiratorios similares a los del asma: dificultad respira- toria, jadeo, respiración con la boca abierta y tos. • Signos gastrointestinales, especialmente vómitos (de comida o espumosos). Estos signos son generalmente de duración corta, y pueden desaparecer a pesar de la persistencia de la infección, ya que los gatos parecen tolerar la enfermedad sin efectos patológicos aparentes. Si los vermes adultos (en el caso de que las larvas ha-

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