IM VETERINARIA #35

sea, que efectivamente los perros también padecen de las arti- culaciones. Se les inflaman, se les degeneran… En gatos quizás es más difícil verlo, porque se muevenmenos y la gente lo asocia a que ya es mayor. Y no, se mueve menos porque le duele” . La traumatología humana y animal se dan la mano De manera que el escenario de las enfermedades traumato- lógicas en pequeños animales tiene mucho en común con la medicina humana. En palabras de David Heredero, “a lo mejor no el origen, porque no es tanto genético como un des- gaste propio del paso de los años, pero el resultado es el mismo, aunque haya una base genética. Y los tratamientos son muy parecidos: las prótesis y los antiinflamatorios se utilizan tanto en traumatología humana como en veterinaria. Al final, somos todos mamíferos”. Con lo cual, “lo que más ha cambiado es el diagnóstico y el tra- tamiento de estas patologías traumatológicas” , como expresa Heredero. Apunta, por ejemplo, que desde hace algunos años “se vienen practicando una serie de cirugías que dan buenos re- sultados, y la gente está dispuesta a tratarlas”. “Antes no es que se desahuciaran a las mascotas, pero el envejecimiento ha provocado siem- pre a los animales ciertas enfermeda- des como la displasia de cadera o de codo, que afectan a la movilidad del perro” , agrega. Hay una pregunta muy frecuente a este respecto, que hoy todavía les hacen las familias a los profesionales, aunque en menor medida: “’Con la edad que tiene, ¿me- rece la pena?’ Hoy en día, con la tera- péutica que hay nueva, los animales consiguen una calidad de vida mucho mayor, y, por consiguiente, que los dueños se deciden más a tratar a su mascota”. Cuando reciben esta difícil cuestión por parte de los propie- tarios, “sabemos que no podemos presionar, aunque es cierto que no nos la plantearíamos si estuviésemos en medicina hu- mana” . Admite que sí que es verdad que hay un condicio- nante económico (un tratamiento de rotura de ligamento cruzado ronda en torno los 1.500 euros), y que hay gente que no puede permitírselo. “Pero mucha veces el que más puede es la que más se echa atrás y la más humilde es la que intenta solucionarlo de la que la forma que sea”. En este sentido, lo que ha mejorado en relación a la supervi- vencia es que se sacrifican menos mascotas cuando tienen una enfermedad de este tipo. “Ningún perro se muere por una displasia de codo, pero la calidad de vida ha mejorado gracias al diagnóstico precoz y los nuevos tratamientos, y eso es funda- mental” , manifiesta el veterinario. De hecho, han sacado nue- vos antiinflamatorios al mercado que tienen menos efectos secundarios y que ayudan a controlar la enfermedad. Asimis- mo, cuenta que, “desde hace unos meses, disponemos de una terapia que ni siquiera hay en medicina humana, los anticuer- pos monoclonales, que son agentes contra el factor de creci- “Ningún perro se muere por una displasia de codo, pero la calidad de vida ha mejorado gracias al diagnóstico precoz y los nuevos tratamientos, y eso es fundamental” miento nervioso. Es decir, bloquean la conducción neuronal del dolor, de manera que el impulso doloroso no llega al cerebro”. Es una terapia que ha salido al mercado hace unos meses, funciona muy muy bien, y además es relativamente sencilla, porque es una inyección mensual. Desde su punto de vista, “está siendo revolucionaria. La única pega es que no es dema- siado barata” . Aún así, revela que “estamos con falta de stock desde que llegaron a la Clínica hace tres meses, porque hay una demanda grandísima de estos productos”. Las asignaturas pendientes Es más entendible aún el éxito de estas nuevas terapias te- niendo en cuenta que son enfermedades que mayoritaria- mente no se pueden prevenir, solo mejorar. “Normalmente todas estas patologías traumatológicas tienen una base gené- tica. Para prevenir, por tanto, habría que hacer una buena se- lección y eso hoy en día los criadores no los suelen hacer” . Al margen, “lo que podemos conseguir es mejorar un poco que no se desarrolle la enfermedad, que lo haga en un nivel más bajo o que el animal las lleve un poco mejor” , detalla Heredero. De manera que, a su juicio, la selec- ción de los animales sería una asig- natura pendiente “clarísima”. Igual- mente, desde la perspectiva de la formación, “aunque cada vez los vete- rinarios estemos más especializados y dediquemos más horas a la traumato- logía, sí que falta una especialización académica en España, un título” . Existe la diplomatura europea, “pero alguna vez tendrá que haber una especializa- ción española. Y ya no solo en trauma- tología, sino también en otras especia- lidades” , comenta. “Ahora mismo, este tipo de cirugías, teóricamente, las puede hacer cualquiera”. Es más, esto era muy frecuente hace 25 años, si bien ahora los veterinarios están “ mejor formados, tienen un material especí- fico y realizan varias cirugías a la semana” . Así pues, prosigue, “ suele haber en las clínicas de ciudades grandes un traumatólo- go. En cambio, en centros más pequeños, especialistas ‘ambu- lantes’ van a operar y llevan su propio material, o bien remiten al paciente a clínicas donde sí haya un especialista”. No obstante, vuelve a recalcar en la relevancia de que los clientes favorezcan el poder avanzar en el abordaje de estas patologías. “El TAC, la resonancia, etc., no son técnicas nuevas. Hoy en día incluso se usan placas bloqueadas, es decir, tienes una fractura o una resección de un hueso por un tumor, man- das un TAC y te hacen una placa a medida para quitar un trozo de hueso. Eso es como en humana”. En este punto, “se pueden pagar, pero, sobre todo, el dueño está dispuesto a pagarlas” , in- siste, concluyendo que “ si tienes unos métodos y unas técnicas buenísimas, pero no las hace nadie, no avanzaríamos; esa pre- disposición de las familias a pagar por encontrar la mejor solu- ción para la enfermedad de su mascota nos ayuda mucho, y es algo que ha cambiado muchísimo de diez años atrás”. 47 im veterinaria

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