IM VETERINARIA #18

92 im veterinaria UZZIEL apareció en estado de caquexia (extrema delgadez), de- terioro severo, lesiones dérmicas, oftálmicas y sanitarias. Tan solo pesaba seis kilos debido a una anemia regenerativa máxi- ma, positivo en leishmania, con las mucosas pálidas por la anemia. Además tenía un soplo cardiaco por posible ane- mia, QCS pigmentaria bilateral, halitosis con mucho sarro, alopecias en región de flancos, dermatitis por pulgas, hi- poecogenicidad en la próstata, disminución en el tamaño de los testículos, paranquimia esplénico y un largo etcétera. Cuando llegó a la asociación pensaron que moriría, pues, aparte de todas las enfermedades enumeradas, temblaba sin parar debido a que había sido abandonado en una ces- ta a la intemperie. Pasó dos días ingresado, pero empezó a mejorar, y aunque un mes después tuvo problemas con el riñón se recuperó totalmente. Ahora es un perro gordito y feliz. TINA llegó muy enferma. Tina sufría, tenía dolores, se arrastraba, era incapaz de dar un solo paso, sangraba con las heces y con la orina, positiva a leishmania en su grado máximo, de hecho las máquinas eran incapaces de medir su leishmania porque superaba los límites de la máquina… También tenía heridas infectadas por toda la piel, las uñas clavadas en la carne y la arruguita de la trufa era un foco de infección, lo que le provocaba fiebre. Apenas veía ya que tenía los ojos en unas condiciones lamentables, una anemia iracunda, por lo que estaba al borde de la transfusión, una artrosis terrible en sus patas e infección en una de las rótu- las. Durante cinco meses estuvo en acogida. Fueron unos meses repletos de pinchazos para la leishmania, gotas en los ojos, medicación para la anemia, condroprotectores... pero, sobre todo, amor, mucho amor. Su recuperación, se- gún nos comentan, fue asombro- sa y ver el cambio tan drástico que tuvo desde que llegó el primer día hasta verla correr cuando la adoptaron fue, sin duda, el mejor regalo. FREYA pesaba 4 kg cuando la recogieron unos laceros en una cuenca de un río seco. Tenía anemia máxima, una infec- ción terrible y un tumor en la vagina que le salía por fuera. Los veterinarios comentaron que habría que esperar unos días para operarla, pero al hacerle pruebas vieron que tenía piometra y no podían esperar mucho tiempo, por lo que fue operada “a vida o muerte”. Solo había un 50% de posibi- lidades de que saliera de la operación con vida. ¡Pero salió! Pasó ingresada 15 días con transfu- siones de plasma y goteros de medicación para tratar la anemia y la infección. Pasados esos 15 días se fue a casa, pero unos meses más tarde le detectaron dos tumores mamarios por lo que hubo que extirparle media cadena mamaria. Pero Freya siguió adelante. Le calcularon unos 11 años. Este año 2019 cumplirá los 13 y ahora pesa casi 7 kg. Como nos cuentan desde SOS Carlinos Pugs, los casos más duros siempre son los de aque- llos animales que no lo superan, aquellos a los que no se les puede devolver la dignidad, enseñarles que el humano también es bueno y regalarles una nueva vida en la que sean queridos. Sin embargo, algunos de los perretes que, a pesar de su complicada existencia, han logrado tener un final de película. Casos difíciles, futuros sonrientes MAY apareció sola sin collar, sin chip y sin nada que la pu- diera identificar, en un estado lamentable. Las personas de la asociación calcularon que tendría unos siete años. Tenía la boca mal, un oído con infección, una de las patitas trase- ras no le reaccionaba como debería, ya que, según el trau- matólogo que la trató, tenía antiguas fracturas en la cadera y el sacro, además de falta de musculatura y afectación neu- rológica. En otra patita tenía una herida en una almohadilla y estaba infectada, además de que tenía piedras en el riñón lo que le producía incontinencia. A May los veterinarios le colocaron una prótesis en la cadera y le quitaron las piedras de la vejiga, que prácticamente ocupaban todo el espacio. Ahora lleva una vida feliz y es una “sargento” con sus her- manos.

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