IM VETERINARIA #13 ANUARIO

55 anuario 2018 quimioterapia con los mismos fármacos en ambos casos. Sin embargo, las dosis en veterinaria son menores para limitar los efectos secundarios y permitir que las mascotas realicen una vida normal durante el tratamiento. “En oncología veterinaria valoramos más la calidad de vida que la cantidad de vida. El prin- cipal objetivo de la oncología veterinaria es prolongar la supervi- vencia manteniendo calidad de vida”, apostilla. Avances de la especialidad Continuar avanzando en el diagnóstico de las alteraciones ge- néticas responsables del desarrollo del cáncer es, para Eva Ro- llón, el fundamento de la oncología que vendrá. A su parecer, eso permitiría diseñar tratamientos más específicos. “Este cam- po está empezando a desarrollarse en medicina veterinaria con la comercialización de los primeros anticuerpos monoclonales, junto con la terapia dirigida y la terapia inmunogénica”, explica Eva Rollón, quien considera que será un aspecto básico en el manejo de sus pacientes en los próximos años. En cuanto a los progresos dentro de la especialidad, uno de los principales desde el punto de vista de diagnóstico es la posibilidad de realizar pruebas de imagen avanzadas (TAC, resonancia magnética), a las que actualmente tienen acceso los veterinarios. “Eso nos ayuda a diagnosticar tumores en zonas poco definidas por radiografías convencionales, por ejemplo la cavidad nasal o el cerebro, y a valorar de forma más detallada la extensión de las lesiones para planificar mejor las intervencio- nes quirúrgicas”, comenta. Y desde la perspectiva terapéutica, la implantación en España de instalaciones para administrar radioterapia, “de las que carecíamos hasta hace dos años, nos ha permitido ampliar el espectro de tumores tratables”, recalca Eva Rollón. Sostiene, no obstante, que esta modalidad terapéutica está condicionada por su elevado precio y por la necesidad de D e “muy satisfactoria ” califica la situación que vive actualmente la oncología veterinaria la doctora Eva Rollón , oncóloga veterinaria . Para ella hay varios fac- tores que han contribuido al desarrollo de esta es- pecialidad. En primer lugar, el hecho de que el cáncer ya no sea sinónimo de eutanasia como lo era hace 25 años, algo en lo que, en su opinión, “han contribuido los medios de comuni- cación y su labor difusora de los avances en el tratamiento de la enfermedad en medicina humana”. En segundo lugar, “los pro- pietarios son cada vez más exigentes en la búsqueda de atención para sumascota como paciente oncológico”, sostiene la experta, quien añade que las mascotas se consideran “un miembro más de la familia” y los lazos afectivos entre propietarios y animales son cada vez más estrechos. “Quienes tienen un animal de com- pañía demandan un mejor diagnóstico, que instauremos las me- didas terapéuticas necesarias para que superen la enfermedad o que consigamos el máximo tiempo de supervivencia con una buena calidad de vida”, afirma. Finalmente, el tercer factor aportado por Rollón es la existencia de “cada vez más veterinarios especializados en este campo con una excelente formación para atender la creciente demanda” . Si bien, la especialidad ha avanzado con cierto retraso respecto a otros países europeos o a EE.UU. , lugares donde el cambio social de relación con las mascotas se produjo antes y donde el vínculo emocional aumentó particularmente en ambientes urbanos. Retraso en investigación También en investigación señala Rollón que nos quedamos algo atrás respecto a otros países en los que hay mayores par- tidas presupuestarias de los gobiernos o una fuerte aporta- ción económica de empresas privadas, y en los que, además, la oncología comparada está más avanzada. Respecto a esta última, indica que en EE.UU . llevan apostando por ella desde hace más de treinta años. La define como una especialidad en la que médicos, veterinarios e investigadores trabajan juntos para entender mejor el cáncer y los tratamientos que pueden vincular a mascotas y personas. “Se necesitan modelos de inves- tigación con animales que imiten el sistema inmunológico hu- mano para estudiar por qu é algunos fármacos funcionan en el hombre y otros no”, explica. En su opinión, está demostrado que los perros tienen cáncer de manera similar al hombre. Asegura en este sentido que “ambos comparten algunas mutaciones genéticas causantes del cáncer y lo padecen de forma natural, a diferencia de los ratones, a los que hay que inducírselo. Además, sus tumores no son gené- ticamente tan complejos como en los humanos y las respuestas inmunitarias son diferentes”, recalca. Recuerda Rollón que por ello los ensayos clínicos que se están llevando a cabo en la ac- tualidad incluyen estudios para animales de compañía con tu- mores cerebrales, osteosarcoma, linfoma y sarcoma de tejidos blandos, entre otros. También los tratamientos oncológicos que existen en medici- na veterinaria son los mismos que se emplean en la humana: cirugía y radioterapia para tratar tumores de forma local, y Veterinaria e investigadora Eva Rollón es licenciada en Veterinaria por la Universi- dad de Córdoba, donde obtiene el grado de doctor en 2003 con la tesis titulada “Correlación citohistológica en el diagnóstico de tumores caninos y felinos”. Acreditada en Oncología por Avepa desde 2012, es investigadora aso- ciada del Grupo BIO 287, biomarcadores tumorales, de la Universidad de Córdoba, y miembro de la European Society of Veterinary Oncology (ESVONC) y del comité científico del grupo de especialistas oncólogos de Ave- pa (GEVONC). Desempeña su trabajo en la Clínica Veteri- naria Canymar, en Cádiz, y en el servicio de Oncología y Citología del Hospital Veterinario Guadiamar, en Sanlú- car La Mayor (Sevilla). Es autora de comunicaciones en congresos y diversas publicaciones en revistas científi- cas nacionales e internacionales.

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