"Este es un perro muy dominante" - ¿Quién no ha escuchado una frase similar al hablar con personas amantes de los perros? Investigadores del Proyecto Canino Familiar de la Universidad Eötvös Loránd diseñaron una herramienta para investigar la dinámica social de los perros que conviven con familias. Sus resultados fueron ...
"Este es un perro muy dominante" - ¿Quién no ha escuchado una frase similar al hablar con personas amantes de los perros? Investigadores del Proyecto Canino Familiar de la Universidad Eötvös Loránd diseñaron una herramienta para investigar la dinámica social de los perros que conviven con familias. Sus resultados fueron publicados en Animal Cognition.
"La dominancia" es un término comúnmente utilizado, especialmente en relación con los perros, pero esto tiene un significado diferente en etología y psicología humana. La utilidad del término, junto con "rango" y "jerarquía", ha generado debates en la última década no solo entre propietarios y entrenadores de perros, sino también entre investigadores del comportamiento. Mientras que el término "dominancia" en el caso de los humanos es principalmente considerado como un rasgo de personalidad, en etología solo se entiende como una medida cualitativa de las relaciones sociales. Pero incluso si se acepta la definición estrecha del término "acceso preferencial a recursos limitados", es fácil ver el problema: los perros de compañía no tienen que competir por recursos como lo hacen otros animales sociales en la naturaleza, entonces ¿por qué se molestarían en establecer jerarquías de dominancia?
Sin embargo, investigaciones previas sobre grupos de perros han encontrado comportamientos consistentes que se alinean con dominancia/subordinación, y la estructura grupal de estos perros se asemejaba a una jerarquía establecida. Otros estudios también encontraron que los rangos individuales en esta jerarquía tienen asociaciones con sus personalidades y pueden afectar las interacciones sociales, aparte de la competencia directa por recursos, como el aprendizaje mutuo o de un humano. En definitiva, parece que investigar jerarquías dentro de grupos de perros familiares tiene aplicaciones en la vida real. Sin embargo, medir las relaciones de dominancia entre perros familiares parece más fácil de lo que en realidad sería lograble.
Los investigadores tradicionalmente confían en métodos de ciencia ciudadana, principalmente cuestionarios, porque la observación empírica de perros en sus hogares no sería factible debido a la ocurrencia esporádica de comportamientos relacionados con el rango. Las encuestas suelen basarse en un puñado de preguntas y pueden servir para obtener una visión sobre cuál es el perro de rango más alto o más bajo, pero ¿qué tan confiables son en comparación con la realidad? En este nuevo proyecto, que consta de 8 preguntas sobre las interacciones diarias de los perros de compañía que conviven y que corresponden a tres aspectos diferentes de rango: rango formal basado en señales comunicativas sumisas, rango agonístico basado en interacciones alrededor de recursos y liderazgo/defensa grupal. Cuando los propietarios de perros completan el cuestionario, se asigna un ´puntaje de rango´ a los perros involucrados en el estudio. Sin embargo, el problema antiguo aún permanecía sin resolver: ¿este puntaje refleja la ´realidad´ entre los perros? Para resolver la cuestión de una vez por todas, idearon dos experimentos para validar su sistema de puntuación. Luego examinaron cómo los comportamientos de los perros en las pruebas de ´Posesión de Juguetes´ y ´Saludo´ podrían asociarse con el ´puntaje de rango´ derivado del DRA-Q. Su objetivo principal era ver si el comportamiento de los dos perros en ambas pruebas se asociaría consistentemente con sus diferentes posiciones en la jerarquía del hogar, predicha por el puntaje del DRA-Q. Los perros con puntajes más altos en dos de los tres aspectos de rango y puntajes generales más altos obtenían el juguete con más frecuencia, independientemente de su tipo, y lo mantenían hasta el final del ensayo. Ninguno de los perros mostró agresión durante la Prueba de Posesión de Juguetes. En el escenario de saludo, los perros con puntajes generales más altos mostraron comportamientos menos sumisos, como lamer el hocico del otro perro, y puntajes más altos en dos aspectos predijeron comportamientos más dominantes, como ponerse sobre el otro perro. "Estos resultados muestran que el DRA-Q puede ser una herramienta útil para evaluar las relaciones de rango entre los perros familiares que conviven no solo de manera cualitativa, dominante-subordinada, sino que también hace que la posición jerárquica sea cuantificable, lo que lo hace útil para investigar dinámicas sociales en grupos más grandes, midiendo la firmeza de la jerarquía", dice Kata Vékony, estudiante de doctorado y primera autora del estudio.
Se sabe por investigaciones previas que diferentes tipos o aspectos de rango, aunque no eran independientes entre sí, no se superponían completamente. "Nuestros resultados ahora mostraron que es el caso también en los perros de compañía. Diferentes tipos de rango podrían ser más relevantes en diferentes contextos, por lo que si bien creemos que el concepto de jerarquías de dominancia en grupos de perros de compañía tiene su lugar en investigar e interpretar el comportamiento, usar ´dominancia´ o ´rango´ como una explicación general en cualquier contexto podría ser más que engañoso", concluye el investigador principal Péter Pongrácz.