Entre las preocupaciones comunes de los dueños de los perros está que puedan padecer sordera. Entre el 5% al 10% de todos los perros pueden experimentar algún grado de sordera en algún momento de sus vidas dependiendo de factores como la genética, la edad y el propio entorno, según datos ...
Entre las preocupaciones comunes de los dueños de los perros está que puedan padecer sordera. Entre el 5% al 10% de todos los perros pueden experimentar algún grado de sordera en algún momento de sus vidas dependiendo de factores como la genética, la edad y el propio entorno, según datos de la Real Sociedad Canina de España (RSCE) y de su homólogo británico, el Kennel Club británico, dados a conocer con motivo del Día Internacional de la Audición que se celebra este domingo.
Después del olfato, el oído es el segundo sentido más desarrollado en los perros. Estos animales exhiben una destacada capacidad auditiva y orientativa, especialmente eficaz en actividades de búsqueda o rastreo. El oído canino se distingue por su notable sensibilidad a frecuencias altas, alcanzando hasta 60.000 Hz, en contraste con los 20.000 Hz de los seres humanos, es decir, tres veces más.
La sordera congénita es la más común en perros como el Dálmata, el Bóxer y el Bull terrier, y detectarla a tiempo es un desafío, pero con la orientación adecuada se pueden identificar síntomas tempranos que prevengan mayores daños a futuro. Es por ello que la RSCE ofrece unas pautas muy sencillas para detectar a tiempo la pérdida de audición en estos animales y ponerle remedio garantizando así su bienestar y calidad de vida.
#Comportamiento del perro, un buen indicador
Es importante observar de cerca su comportamiento y advertir si responde a sonidos cotidianos o se muestra indiferente a ellos, como el timbre de la puerta o la propia voz de su dueño. Asimismo, vigilar su estado de ánimo, si es diferente al habitual, o si manifiesta algún tipo de incomodidad cuando se expone a ruidos.
#Sencillas pruebas de respuesta auditiva
Es recomendable realizar pruebas muy sencillas en casa, de respuesta auditiva, como llamar al perro desde otra habitación o hacer ruidos suaves detrás de él para ver cómo reacciona.
#Consultar al veterinario para prevenir
Programar una visita regular al veterinario puede ayudar a detectar a tiempo cualquier anomalía de salud en el perro, también la sordera. Hacer pruebas especializadas, como el test de Respuesta Auditiva Provocada del Tronco Encefálico (BAER) puede ser muy útil para tener información detallada sobre la capacidad auditiva del mismo.
El BAER recoge la actividad eléctrica que hay en las vías que llevan la información auditiva del oído al cerebro, mediante la introducción de un auricular en el animal que se hace bajo sedación, y emite sonidos a determinados decibelios. No obstante, hay que recordar que la sordera relacionada con la edad es, como en las personas, común en perros mayores.
#Atención a los detalles desde pequeños
Algunos perros tienen una mayor predisposición a la sordera congénita o hereditaria, y requieren mayor atención desde una edad temprana. Asimismo, la pueden adquirir por enfermedades relacionadas con el cerebro, lesiones en los órganos auditivos internos, exposición a ruidos fuertes, o si se produce un taponamiento en los oídos a causa de la otitis o el cerumen.
#Comunicación efectiva perro-dueño
Si se confirma la sordera en el perro, el método de comunicación entre la persona y el animal debe ajustarse utilizando señales visuales, como gestos o lenguaje de señas para perros, que permita la comunicación efectiva y clara con el perro, Además, asegurarse de mantener un entorno seguro y prestar atención adicional a su bienestar en situaciones donde la audición podría ser un factor de riesgo, como los paseos cerca del tráfico o en entornos extremadamente ruidosos.