La esterilización de los gatos, que es de obligado cumplimiento según la reciente Ley de bienestar animal y una práctica clave para prevenir la superpoblación gatuna y el abandono, conlleva el riesgo de que nuestro felino sufra obesidad. Picart, fabricante de productos nutritivos para el bienestar de perros y gatos, detalla seis medidas para prevenir esta enfermedad que lastra la calidad de vida de nuestro animal.

Aunque existe un amplio consenso sobre los beneficios de la esterilización felina para evitar embarazos no deseados, enfermedades y conductas problemáticas, también representa un desafío a la hora de preservar el bienestar de nuestro gato. Desencadena una serie de cambios hormonales que tiende a reducir su actividad física y anula su necesidad de reproducirse. Es la tormenta perfecta para que el riesgo de sobrepeso se multiplique.

Este problema afecta al 28% de los gatos en España, según datos de la Asociación para la Prevención de la Obesidad en las Mascotas, y escala hasta el 33% en el caso de la obesidad. La podemos detectar cuando no notamos las costillas al acariciar a nuestro gato o cuando se desdibuja la forma de su cintura.

"La esterilización no supone necesariamente un aumento de peso significativo de nuestros gatos, pero sí que nos obliga a un mayor control de su alimentación", señala Xavier Barà, director técnico de Picart. "Encontrar el frágil equilibrio entre una dieta baja en energía y, a la vez, nutritiva y con una alta palatabilidad solo es posible con alimentos naturales y frescos".

Para prevenir esta problemática, Picart recomienda:

• Evitar el exceso de grasas: la etapa que los felinos empiezan tras la esterilización exige un cambio de dieta. Una alimentación natural, diseñada para reducir la ingesta calórica y formulada específicamente para gatos esterilizados es lo más recomendable, tanto en comida seca como en húmeda. Para compensar la menor aportación calórica, será conveniente cuidar el aporte de proteínas, recomendándose las del salmón, la trucha o el huevo.
• Dieta personalizada: prebióticos para alimentar la flora intestinal "buena" y el bloqueo de las bacterias nocivas; unos niveles apropiados de fibra que además pueden ayudar a eliminar las bolas de pelo y evitar la regurgitación; levadura de cerveza para mejorar la calidad proteica y la palatabilidad y aumentar la vitalidad del gato… En función de las necesidades de cada felino, debemos poner el foco en unos u otros nutrientes para fomentar su equilibrio.
• Fomentar el placer de comer: para que el nuevo plan alimentario tenga éxito, hay que evitar que el gato rechace la nueva comida. Por eso tiene que ser sabrosa, saciante y con un buen aroma. En definitiva, tiene que ser apetitosa para satisfacer a nuestra mascota.
• Ajustar la cantidad: al observar un rápido aumento de peso en el gato, es aconsejable consultar a un veterinario y reducir la cantidad de comida de manera adecuada y paulatina.
• Facilitar el acceso a agua limpia y fresca en todo momento: una hidratación apropiada facilitará la diuresis y la dilución de la orina, al tiempo que contribuirá a una función renal saludable.

Jugar y respetar los tiempos de descanso: aunque el gato esterilizado apreciará los paréntesis de reposo, incentivar el ejercicio físico a través del juego le mantendrá activo. Estar bien provisto de juguetes, pelotas, rascadores y refugios a distintas alturas fomentará su movimiento.