El crecimiento de la anestesiología veterinaria en los últimos años ha sido exponencial. En los últimos veinte o veinticinco años se ha potenciado su estudio y su implementación desde las universidades, tal y como comenta el veterinario Mario Arenillas. El también profesor universitario en la Universidad Complutense de Madrid reconoce ...
El crecimiento de la anestesiología veterinaria en los últimos años ha sido exponencial. En los últimos veinte o veinticinco años se ha potenciado su estudio y su implementación desde las universidades, tal y como comenta el veterinario Mario Arenillas. El también profesor universitario en la Universidad Complutense de Madrid reconoce que la especialidad ha vivido "una potenciación importante", aunque aún le queda mucho camino por recorrer: "Todavía no está en el sitio que le corresponde". "Es decir -matiza Arenillas-, veterinario en ACV (Anestesia y Cirugía Veterinarias)–, ha habido una tendencia positiva en los últimos años, se le ha dado a esta especialidad más importancia en los planes de estudio universitarios, ya que hasta principios de los 90 era una parte residual dentro de Cirugía. Pero a partir de los años 90, se le da importancia en el temario. Por lo tanto, una parte del crecimiento viene de la mano de las universidades".
También a nivel académico se ha desarrollado esta especialización gracias a másteres y a otras formaciones complementarias de posgrado. "Hace 20 años, por ejemplo, en España, sólo había cuatro diplomados y ahora ya son más de 20", continúa el veterinario. Sin embargo, si se compara con otros países, aún queda mucho trabajo por realizar. "Comparado con Estados Unidos, y en Europa con el Reino Unido, creo que todavía la especialidad de anestesia no tiene la identidad que tienen otras, como la medicina interna, la cirugía u otras especialidades. Eso también se nota en la remuneración que reciben los anestesistas", explica el veterinario. "En España, aunque la figura del anestesista ha aumentado con respecto a los últimos años, todavía le queda mucho por crecer. Hay muchas clínicas que no lo consideran todavía una parte tan importante como para tener solo veterinarios especialistas en anestesia, sino que forma parte de la labor que realizan los denominados veterinarios generalistas", continúa.
Diferencias entre especies en la anestesia
En el campo de la anestesia veterinaria, uno de los aspectos que más intervienen a la hora de aplicarla es el tipo de animal que la necesita. Por ejemplo, "los animales que son productores; esto es, que nos generan productos para el consumo humano (ovejas, cabras, vacas…); respecto a estos existe una restricción importante en cuanto al uso de fármacos que podemos utilizar". Además, añade el veterinario, "se busca una medicina más colectiva". "Es importante que se enfermen lo menos posible, y eso afecta a cómo practicamos la anestesia. Con otros animales, como los animales domésticos, lo que nos importa es el individuo: el perro, el gato, el caballo, o tantos exóticos que se tienen como mascotas hoy en día". En definitiva, mientras con los animales de ganadería se utilizan técnicas más económicas y de campo, en los animales domésticos "la especialización es mucho mayor, se utilizan más recursos, no solo farmacológicos, sino también de monitorización".
La anestesia también tiene en cuenta la peculiaridad de cada especie. Por ejemplo, los caballos, señala Mario Arenillas, tienen más tendencia al estrés, a agitarse. Los animales carnívoros responden de otra manera al trato humano. "Las diferencias vienen en cuanto a la cantidad de sedación que necesitan, sus accesos vasculares, las peculiaridades fisiológicas de cada especie. Y muy importante, disponibilidad de técnicas analgésicas, y la valoración del dolor, que en unas especies están más avanzadas que en otras". Ante estas diferencias, uno de los papeles más importantes del veterinario es "participar activamente en el bienestar del animal; es decir, no se trata solo de mantener a un animal vivo durante una cirugía, sino hacerlo de la mejor manera posible, de la forma que la anestesia le repercuta lo menos posible en su fisiología. El anestesista influye mucho en el bienestar animal". En este sentido, otro aspecto importante es el posoperatorio: "Es el manejo del dolor, la administración de analgésicos".
Pero el papel del veterinario no solo interfiere en relación al animal, sino también al resto del personal, como señala el especialista: "Desde luego facilitamos la tarea de otros compañeros para que puedan centrarse especialmente en lo que tienen que trabajar, en la cirugía, en un diagnóstico por imagen o en un tratamiento médico que requiera que el animal esté sedado. Agilizamos también el trabajo de los demás en el sentido de que un veterinario pueda estar pendiente solo de lo que está haciendo, sin tener que estar concentrado en la anestesia porque hay otro compañero que la lleva a cabo; de este modo el trabajo es mucho más eficiente y el riesgo para el paciente es menor".
Los veterinarios del futuro
Mario Arenillas, que también es profesor en la Facultad de Veterinaria, tiene esperanza en los nuevos veterinarios y veterinarias, más especializados y con "las cosas más claras acerca también de los trabajos que no quieren aceptar". "Los estudiantes que salen de la carrera quieren ser buenos y buenas veterinarias pero quieren también ser respetados como trabajadores. Creo que es un cambio natural y necesario y que a la larga puede ser beneficioso para la profesión. Hay un grupo de estudiantes muy motivados y que quieren hacer de su profesión algo mejor. Eso sinceramente no ha cambiado. Creo que son más inconformistas en cuanto a las malas condiciones laborales. Y eso creo que es normal y es muy lícito. No lo digo como una crítica, todo lo contrario, sino que creo que es una realidad y que espero que eso sea mejor para todos los trabajadores y la profesión en general", sostiene el veterinario.
También es optimista en cuanto a la investigación, un camino que va hacia el estudio de las técnicas que rodean a la analgesia y a la anestesia de los animales. "Una vía de investigación importante nos lleva a saber más sobre la analgesia; es decir, a buscar herramientas eficientes para valorar el dolor, para poder tratarlo de una manera más efectiva. Cada vez tenemos animales más mayores, viven más y uno de los síntomas que más sufren es dolor: necesitamos mejores herramientas para evaluarlo y para tratarlo".
Puedes leer el artículo completo en el PDF adjunto.