El calentamiento global está dilatando la época de reproducción de muchas especies y, a la vez, esto está provocando que aceleren su metabolismo, de tal manera que se reproducen más veces en un mayor espacio de tiempo. Así, mosquitos, cucarachas, garrapatas y ratas, es decir, todas aquellas especies plaga cuya ...
El calentamiento global está dilatando la época de reproducción de muchas especies y, a la vez, esto está provocando que aceleren su metabolismo, de tal manera que se reproducen más veces en un mayor espacio de tiempo. Así, mosquitos, cucarachas, garrapatas y ratas, es decir, todas aquellas especies plaga cuya presencia es más frecuente en la época estival, son vectores transmisores de peligrosas enfermedades como el virus Zika, el virus del Nilo Occidental, la enfermedad de Lyme o la leptospirosis, entre otros. Porque, como apunta Jorge Galván, director general de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (ANECPLA), las temperaturas que se alcanzaron en buena parte del territorio español el pasado mes de abril, y que la propia Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) llegó a calificar, de forma muy gráfica, como de `horno ibérico´, "han adelantado el ciclo reproductivo de todas aquellas especies plaga, cuya presencia es más habitual en la época estival".
Una acuciante cuestión, esta del calentamiento global, que está provocando que el problema de las plagas afecte a todos los países a nivel mundial. Una problemática que ha traído consigo la creación de un acuerdo global para poder prevenir los posibles brotes de enfermedades. "A nivel mundial existe el enfoque One Health, promovido por parte de organismos mundiales tan relevantes como la Organización Mundia de la Salud (OMS) o la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), desde hace más de 20 años, y que es en la actualidad cuando se le está empezando a dar cabida en la agenda mundial. Este enfoque considera que la salud humana, la salud animal y la salud ambiental se encuentran estrechamente interrelacionadas y conforman un espacio común, tal y como nos ha venido a poner de manifiesto, por ejemplo, la pandemia del coronavirus", matiza Galván. En este sentido, y mostrando su total compromiso con este enfoque, ANECPLA forma parte de la Plataforma Española One Health, siendo coordinadora del Área de Sanidad Ambiental. Por este motivo, desde ANECPLA se ha alertado recientemente del riesgo que supone la proliferación de este tipo de plagas, por lo que se han puesto manos a la obra con el objetivo de prevenir y afrontar esta problemática. "Desde ANECPLA trabajamos activamente en la divulgación de estos riesgos, a fin de hacer llegar esta información tanto a la ciudadanía como a las Administraciones Públicas, con quienes ANECPLA mantiene un diálogo fluido a fin de fomentar las acciones preventivas necesarias, fundamentalmente a nivel local", señala Galván.
Una serie de directrices marcadas por parte de la Asociación que inciden, sobre todo, y en primer lugar, en la prevención. "Sabemos cuál es la tendencia, intensificada a consecuencia del cambio climático, y conocemos los riesgos que ello implica. Por este motivo tenemos que adelantarnos a los acontecimientos. No podemos tener un enfoque reactivo, por lo tanto, hemos de actuar de forma preventiva si queremos evitar desastres. Es importante que nos adelantemos y trabajemos la prevención", destaca el director general de ANECPLA), y pone como ejemplo algunas enfermedades que comenzamos a sufrir en nuestro país. "Hay enfermedades muy graves que hasta hace poco nos sonaban muy ajenas en España y de las que, sin embargo, hemos empezado a sufrir ya importantes brotes. Es el caso de la Fiebre del Nilo Occidental, que acabó con la vida de ocho personas en 2020, o la fiebre hemorrágica Crimea-Congo, que afectó en el mismo año a cuatro personas, una de las cuales falleció. Estas enfermedades son transmitidas por el mosquito común (Culex pipiens) y la garrapata, respectivamente, es decir, especies con una elevada presencia en nuestro país. Por ello cabe comentar que cuando hablamos de prevención en este tipo de enfermedades, debe ser siempre entendida desde la Salud Pública", matiza. De ahí la necesidad, como apunta Galván, de que la gestión de organismos nocivos mediante procesos de Sanidad Ambiental Aplicada deba ser llevada a cabo por profesionales cualificados, pertenecientes a empresas de Sanidad Ambiental, para garantizar la eficacia de los tratamientos y que puedan realizarse con las mayores garantías posibles.
Peligro para la salud humana
Porque si bien al pensar en estas plagas o en las garrapatas, por ejemplo, siempre las asociamos con las picaduras y transmisión de enfermedades a los animales de compañía (fundamentalmente al perro), estas plagas pueden afectar también a la salud humana. "Desde luego que todas estas plagas suponen un alto riesgo para la salud humana, tal y como señalábamos anteriormente y poníamos de ejemplo algunas de las enfermedades graves que pueden infectar, al tratarse de vectores transmisores de graves enfermedades. En esta línea se ha pronunciado recientemente la OMS, que ha advertido de un aumento de brotes de enfermedades tan peligrosas como el Dengue, el Zika o el Chikungunya, zoonosis todas ellas, en este caso, transmitidas por mosquitos, considerados los animales más letales del planeta".
En este sentido, cabe destacar que, en la actualidad, las enfermedades de transmisión vectorial están provocando más de 700.000 muertes cada año en todo el mundo. Sobre todo, porque el papel que juegan los vectores en la transmisión de zoonosis es clave: hasta la mitad de las zoonosis que se conocen actualmente están causadas por vectores como los mosquitos, las garrapatas o las ratas, entre otras plagas. "Y no es un dato desdeñable si tenemos en cuenta que hasta el 75% de las nuevas enfermedades infecciosas que afectan a los humanos tienen un origen animal. Un porcentaje que podría incrementarse en los próximos años si la tendencia sigue como hasta ahora", puntualiza Galván.
Paralelamente, estas plagas pueden transmitir una serie de enfermedades a los animales de compañía, por lo que habría, en lo relativo a los vectores transmisores de enfermedades o con capacidad para comprometer la salud de los animales de compañía, habría que tener en cuenta a la oruga procesionaria, los flebótomos y las garrapatas. "La oruga procesionaria es especialmente peligrosa en el caso de los perros ya que, debido a la curiosidad que generan, no es infrecuente que rocen con el morro o con las patas sus pelillos (tricomas), los cuales acumulan una alta toxicidad con todos los riesgos que esto conlleva. Un mínimo contacto suele ocasionar al animal síntomas como la inflamación del hocico y la cabeza, picores intensos en las partes afectadas y abundante salivación. Además, si llegan a comérselas, la ingestión del tóxico que lleva sus tricomas puede provocar la necrosis de lengua o garganta". Por otro lado, en lo referente a la leishmaniosis, una enfermedad que se transmite mediante la picadura de un mosquito flebótomo que está infectado, "si no se trata adecuadamente puede llegar a causar importantes problemas de salud, pudiendo incluso derivar en la muerte del animal", afirma el director general de ANECPLA. Por último, las garrapatas pueden llegar a transmitir numerosas enfermedades graves a los perros, entre ellas, babesiosis, ehrlichiosis monocítica, hepatozoonosis, etc., gravedad que dependerá de la especie de garrapata implicada.
Garrapatas, un peligro añadido
Cabe señalar que el progresivo aumento de las temperaturas ha convertido a España en un país tan propicio para el desarrollo de las garrapatas como lo es África, por lo que su población no para de aumentar en los últimos años. Por ello, desde Anecpla destacar la importancia de que se activen, cuanto antes, los protocolos de control necesarios contra esta especie y que, tanto desde las Administraciones como desde el sector de la Sanidad Ambiental y los propios ciudadanos, se realicen labores de prevención. "El método de control empleado en cada caso variará en función de la toma en consideración de factores como el ciclo biológico en el que se encuentre la plaga, las condiciones ambientales o el nivel de infestación".
Porque como se apunta desde la Asociación, fenómenos como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la degradación de los ecosistemas naturales están favoreciendo la aparición de enfermedades emergentes. Todo ello como consecuencia del mayor contacto entre la vida silvestre, los animales de abasto y los humanos. "Enfermedades que, a su vez, se están extendiendo rápidamente debido a la creciente comunicación e interdependencia entre los distintos países, la intensa movilidad de personas y animales, así como la concentración de la población en las zonas urbanas. Un peligroso cóctel que solo puede ser atajado desde una perspectiva multidisciplinar como la que plantea One Health", matiza Galván.
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