Para muchos, el 23 de junio está marcado en el calendario en rojo. Es la víspera de San Juan, la noche más corta del año y el preludio del verano. En muchas regiones, lo celebran con hogueras, quema de piras, fuegos artificiales, cohetes y petardos. Sin embargo, lo que puede ser una noche llena de diversión para las personas, puede convertirse en una pesadilla para los animales domésticos y salvajes que viven en ambientes urbanos y semi urbanos.

Tal y como recuerda el Col·legio Oficial de Veterinaris de Barcelona (COVB), "los animales son mucho más sensibles a los sonidos que los seres humanos, y, por ejemplo, los perros, de media, tienen un rango de audición de 10.000 a 50.000 Hz, mientras que el del ser humano solo alcanza de 16.000 a 20.000 Hz. La distancia a la cual puede percibir un sonido un perro es cuatro veces superior a la de un humano. Su oído es cuatro veces más sensible que el nuestro y puede registrar 35.000 vibraciones por segundo. En el caso de los gatos, su oído está todavía más desarrollado, teniendo incluso una sensibilidad acústica superior, por lo que son todavía más sensibles a la contaminación acústica provocada por la pirotecnia".

Además de quemaduras por el fuego o problemas estomacales e intestinales, uno de los principales problemas estas fechas es la ansiedad y el estrés provocado por estas situaciones. De hecho, como indican desde el COVB, en "esta época aumentan las consultas veterinarias y las prescripciones de ansiolíticos para el tratamiento preventivo y paliativo de los animales durante estas celebraciones".

Así, tal y como recuerdan desde AniCura, algunos de las medidas de prevención pasan por sacar a pasear a nuestro perro en lugares alejados a las celebraciones. evitar regañarlo si se siente asustado, cerrar puertas y ventanas para mitigar el ruido. Además de poder causar daños en el aparato auditivo de las mascotas, los petardos pueden provocar ataques de pánico y nervios en los animales (ladridos o maullidos excesivos, temblores, incontinencia y hasta convulsiones).

Afortunadamente, además de estos consejos, en el mercado existen algunos productos que pueden ayudar a tratar la ansiedad por ruido en el perro. Es el ejemplo de Sileo, de Ecuphar, un innovador medicamento destinado a aliviar el miedo y la ansiedad aguada asociados al ruido en perros. Recientemente, la compañía ha lanzado un nuevo diseño, con una práctica jeringa oral precargada selectora de dosis, que permite asegurar la dosis correcta en incrementos de 0,25 ml y que no se puede desbloquear accidentalmente.

Una de las ventajas de Sileo es su rápido inicio de acción (concentración máxima en 0,6 horas) y también una eliminación corta (entre 0,5-3 horas).

Dexmedetomidina

El principio activo de Sileo es la dexmedetomidina, un agonista de los receptores adrenérgicos alfa-2 muy potente y selectivo. Su efecto ansiolítico está mediado a través del locus coeruleus en el tronco encefálico, donde la noradrenalina (NA) es el principal neurotransmisor.
La dexmedetomidina se une a los receptores adrenérgicos alfa-2 presinápticos en el locus coeruleus, evitando o reduciendo la liberación de noradrenalina. Los niveles más bajos de noradrenalina a su vez reducen la manifestación fisiológica y conductual del estrés, el miedo y la ansiedad.

La eficacia de dexmedetomidina se ha estudiado en varias investigaciones. Uno de ellos es el estudio "In-hospital administration of dexmedetomidine oromucosal gel for stress redution in dogs during veterinary visits: A randomized, double-blinded, placebo-controlled study", publicado en Journal of Veterinary Behavior, en el que se ha ha demostrado que el uso de gel bucal de dexmedetomidina reduce el estrés durante los procedimientos menores en la clínica veterinaria y alivia la ansiedad aguda y el miedo asociados con el ruido en los perros. El objetivo de este estudio fue evaluar la eficacia del gel oromucoso de dexmedetomidina para aliviar el estrés agudo durante las visitas veterinarias estandarizadas para exámenes físicos cuando lo administran los propietarios en el hospital.

Este estudio fue un ensayo aleatorizado, cruzado, doble ciego, controlado con placebo. Cuarenta perros sanos propiedad de clientes con antecedentes de ansiedad y/o miedo durante las visitas veterinarias se presentaron para dos visitas y se asignaron al azar a dos grupos de tratamiento. Un grupo de tratamiento recibió placebo en la primera visita, luego gel bucal de dexmedetomidina en la segunda visita y el otro grupo lo recibió en el orden inverso.

Los resultados mostraron que el gel oromucoso de dexmedetomidina disminuyó significativamente la probabilidad de que los perros exhibieran las categorías de comportamiento de vocalización de estrés/miedo (lloriqueos, aullidos, gruñidos) (P < 0.01), comportamientos de evitación (orientados hacia la puerta, tratando de salir de la habitación, tratando de saltar de la mesa) (P < 0,01), y otras actividades relacionadas con el estrés (jadeos, temblores, orinar, defecar) (P ¼ 0,016) durante el examen físico. La vocalización de estrés/miedo ocurrió con menos frecuencia durante la segunda visita en comparación con la primera visita y era más probable que ocurriera en perros jóvenes y machos. El gel oromucoso de dexmedetomidina reduce los signos de estrés (vocalizaciones, comportamientos de evitación, jadeo, temblor, micción, defecación) en perros durante los exámenes veterinarios. Al disminuir el estrés en los perros durante los exámenes físicos, podemos diagnosticar con mayor precisión y mejorar el bienestar de nuestros pacientes.