A Eva Carrillo el amor por la profesión veterinaria le viene de herencia. Su padre fundó su propio consultorio en el año 1987 equipado tan sólo con un termómetro, un fonendoscopio, un martillo y un plexímetro. Poco a poco, a base de formación, fue aumentando el equipamiento de la clínica. ...
A Eva Carrillo el amor por la profesión veterinaria le viene de herencia. Su padre fundó su propio consultorio en el año 1987 equipado tan sólo con un termómetro, un fonendoscopio, un martillo y un plexímetro. Poco a poco, a base de formación, fue aumentando el equipamiento de la clínica. En 1991 hizo un cambio de domicilio que le permitió aumentar los servicios prestados añadiendo algunos de los equipamientos hasta el momento: analizador de sangre, radiología, ecografía o quirófano. En 2004 se inauguró Vetersalud y, más tarde, Vetersalud Asis. "Me incorporé comenzando un proyecto de emprendimiento fundando Vetersalud La Glorieta, lo que me permitió ganar autonomía, y con ello conseguimos aumentar los servicios prestados".
Ante los cambios en la profesión veterinaria optaron por adaptarse a la actual evolución de este grupo uniéndose en 2019 a Alianza Petsalud. "En la actualizad dirijo una clínica generalista habiendo realizado un máster en medicina interna de pequeños animales e insistiendo en los planes de medicina preventiva".
Y es que apostar en prevención es apostar en salud. "Como clínica generalista aportamos medicina preventiva. También prestamos especial atención a especies poco habituales como son los animales exóticos, y además trabajamos con técnicas de mínima invasión".
¿Qué ha traído de nuevo el Covid-19? "Hemos notado una mayor vinculación del dueño con su mascota, ha habido un notable aumento de cachorros y animales adoptados en los últimos meses por las familias, y, debido a las restricciones de movilidad, hemos experimentado un mayor movimiento de clientes entre las clínicas".
Desgraciadamente, el esfuerzo no ha sido reconocido por las instituciones públicas. "El gobierno ha olvidado los conocimientos de la profesión veterinaria en el tema de zoonosis y epidemiología".
Además de un mayor reconocimiento social, existen otras problemáticas que se deben abordar como es la revisión de la legislación, que debe estar unificada en todo el territorio nacional; otras demandas son la bajada del IVA y potenciar el corporativismo. "El veterinario tiene que recuperar su autoestima y valorarse a sí mismo, también debe estar unido para hacer fuerza como colectivo".
Junto a ello, es necesario llevar a cabo acciones como los planes de bienestar y promover la adaptación a las nuevas tecnologías. "Deberíamos aplicar unas tarifas que remuneren con justicia el valor de nuestro trabajo. Buscar la excelencia en la satisfacción del cliente ajustando nuestra labor diaria a la buena praxis veterinaria, de tal manera que nos permita fidelizar a los clientes".
En cuanto a las clínicas veterinarias, deberían gestionarse como empresas privadas. "Consideramos que los funcionarios deben dedicarse a su trabajo funcionarial, y los trabajadores privados a su trabajo privado. Tienen que existir las incompatibilidades ocupando cada uno su trabajo y sus objetivos".