El farmacéutico es un profesional sanitario con una formación extensa. De hecho, sabe muchas cosas sobre animales de compañía, pero no es consciente de que lo sabe, porque su formación siempre se ha basado en la especie humana. La fisiología y la patología de los animales no son exactamente iguales que ...
El farmacéutico es un profesional sanitario con una formación extensa. De hecho, sabe muchas cosas sobre animales de compañía, pero no es consciente de que lo sabe, porque su formación siempre se ha basado en la especie humana.
La fisiología y la patología de los animales no son exactamente iguales que las de los humanos, pero tampoco son muy diferentes. Al farmacéutico le bastaría con aprender algunas variantes específicas para poder asesorar a sus clientes sobre las patologías menores de sus mascotas. Podrá recomendar medicamentos para problemas tan usuales como alergias, conjuntivitis, dermatitis, catarros, diarreas, picores, higiene dental, etc.
No se trata de que el farmacéutico sustituya al veterinario, de la misma forma que el farmacéutico no sustituye al médico. Basta con que complemente la función del veterinario en la misma medida que complementa la del médico, recomendando un medicamento sin receta o una visita al veterinario si el problema parece algo más serio.
Dispensación
La dispensación de medicamentos veterinarios se hace a través de las oficinas de farmacia legalmente establecidas, tal y como ocurre con los medicamentos de uso humano. Sin embargo, los medicamentos veterinarios también pueden ser dispensados en establecimientos comerciales detallistas autorizados y entidades o agrupaciones ganaderas (para el uso exclusivo de sus miembros); en ambos casos, la dispensación se ha de hacer bajo el control de sus servicios farmacéuticos.
El Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos ha publicado recientemente, en septiembre de 2016, una guía práctica que se centra en dos posibles situaciones que pueden presentarse al farmacéutico comunitario en relación a los medicamentos de uso animal.
En primer lugar, la dispensación en la oficina de farmacia, tanto de medicamentos veterinarios, como de aquellos de uso humano que van a ser usados en animales. Y en segundo lugar, el suministro de estos medicamentos desde la oficina de farmacia directamente a los veterinarios para el ejercicio de su actividad profesional.
En primer lugar, la guía recuerda que es obligatoria la prescripción veterinaria mediante receta para la dispensación de:
Receta
El farmacéutico debe comprobar que la prescripción es legítima y que recoge toda la información necesaria conforme a la legislación vigente; sin los siguientes datos mínimos, la receta veterinaria no será válida a efectos de su dispensación: (…)
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