Un equipo de investigadores de la Universidad Agrícola de Sichuan (China) ha identificado y caracterizado por primera vez el gen ubq-2 en Toxocara canis, el parásito intestinal que causa la toxocariasis, una zoonosis de creciente preocupación sanitaria global. El estudio, publicado en la revista Frontiers in Veterinary Science, no solo ...
Un equipo de investigadores de la Universidad Agrícola de Sichuan (China) ha identificado y caracterizado por primera vez el gen ubq-2 en Toxocara canis, el parásito intestinal que causa la toxocariasis, una zoonosis de creciente preocupación sanitaria global. El estudio, publicado en la revista Frontiers in Veterinary Science, no solo arroja luz sobre el papel biológico de esta proteína en el desarrollo del parásito, sino que también propone su uso como marcador en pruebas serológicas para el diagnóstico de la enfermedad.
La toxocariasis afecta tanto a perros como a humanos, siendo estos últimos hospedadores accidentales que pueden desarrollar síndromes graves por la migración larval del parásito a órganos vitales. La detección temprana es fundamental, pero las técnicas actuales presentan limitaciones: la observación de huevos en heces es poco sensible en ciertas fases de infección y puede confundirse con otras especies similares.
Ante esta necesidad, el equipo científico centró su atención en TcUBQ-2, una proteína del sistema ubiquitina-proteasoma, esencial para el desarrollo y supervivencia de los nematodos. En otras especies, su inhibición se ha asociado a alta mortalidad larval, lo que la convierte en un objetivo atractivo tanto para diagnóstico como para desarrollo de tratamientos.
Tras aislar y clonar el gen Tcubq-2, los investigadores realizaron un completo análisis bioinformático que reveló su alto grado de conservación con proteínas homólogas de otros nematodos como Ascaris suum y Parascaris univalens, pero con diferencias suficientes respecto a los hospedadores que permiten evitar reacciones cruzadas en humanos o perros.
Luego expresaron la proteína recombinante en bacterias y confirmaron su inmunorreactividad mediante Western blot e inmunofluorescencia. TcUBQ-2 se localizó en tejidos clave del parásito adulto, como el músculo, el intestino y el sistema reproductor femenino, lo que sugiere una función relevante en el desarrollo y la reproducción.
Con la proteína recombinante en mano, el equipo desarrolló una prueba ELISA para detectar anticuerpos contra T. canis en muestras de suero. Los resultados fueron alentadores: en ratones, la prueba mostró una sensibilidad del 100% y una especificidad del 95,8%; en perros, el test alcanzó una sensibilidad del 79,2% y una especificidad del 83,3%.
Además, no se detectaron reacciones cruzadas con sueros positivos a otros parásitos comunes como Ancylostoma caninum o Dipylidium caninum, lo que refuerza la especificidad del test.
Este hallazgo abre la puerta a desarrollar herramientas diagnósticas más eficaces para detectar infecciones por Toxocara canis, tanto en veterinaria como en medicina humana. Si bien el test todavía requiere validación frente a otros parásitos cercanos como T. cati, los autores destacan que el uso combinado con otros antígenos podría elevar aún más su precisión.