Cada año, con la llegada del buen tiempo, se repite un problema que pone en riesgo la salud de los animales de compañía: la oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa). En Tiendanimal, especialistas en el bienestar animal, se observa cada primavera cómo aumentan las consultas en los centros veterinarios Clinicanimal ...
Cada año, con la llegada del buen tiempo, se repite un problema que pone en riesgo la salud de los animales de compañía: la oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa). En Tiendanimal, especialistas en el bienestar animal, se observa cada primavera cómo aumentan las consultas en los centros veterinarios Clinicanimal debido al contacto con esta plaga. Ante el desconocimiento general sobre su peligrosidad, la compañía considera esencial informar sobre cómo reconocerla, qué daños puede ocasionar y las medidas a seguir en caso de exposición.
¿Por qué es peligrosa la oruga procesionaria?
La oruga procesionaria es famosa por su inusual forma de desplazarse en fila india y por los finos pelos (tricomas) que recubren su cuerpo. Estos tricomas contienen una toxina irritante capaz de producir desde leves quemaduras en la piel y las mucosas hasta reacciones alérgicas graves, que en casos extremos pueden poner en peligro la vida de los animales de compañía.
Eva Sánchez-Paniagua, experta veterinaria de Clinicanimal, explica que "durante los meses de mayor riesgo, entre febrero y mayo, es muy frecuente encontrar en consulta urgencias relacionadas con el contacto con la oruga procesionaria. El incremento de estos casos, que se ha observado en los últimos años, podría estar vinculado a los efectos del cambio climático".
Formas de contacto y zonas afectadas
Los perros son, sin duda, los animales de compañía más expuestos a esta amenaza debido a su forma de explorar el entorno. Con frecuencia, estos animales tocan la oruga con el hocico o la lengua, e incluso llegan a intentar ingerirla, lo que aumenta significativamente el riesgo. Las áreas que suelen verse afectadas son:
Síntomas y protocolos de actuación
Entre los síntomas más comunes tras el contacto con la oruga procesionaria se encuentran:
El primer paso recomendado por Eva Sánchez-Paniagua es descontaminar la zona afectada de manera inmediata, lavándola con agua tibia sin frotar, para evitar la liberación adicional de sustancias irritantes. A continuación, es imprescindible acudir al centro veterinario lo antes posible para realizar una evaluación clínica detallada y determinar el tratamiento adecuado, que puede incluir antiinflamatorios, antihistamínicos, corticoides e incluso terapias de emergencia, como fluidoterapia u oxigenoterapia en casos críticos.