Un reciente artículo publicado en la revista científica Frontiers in Veterinary Science destaca los prometedores resultados de los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2i) en el tratamiento de la diabetes mellitus en gatos. Esta clase de fármacos, utilizada con éxito en humanos con diabetes tipo 2, ha comenzado a ...
Un reciente artículo publicado en la revista científica Frontiers in Veterinary Science destaca los prometedores resultados de los inhibidores del cotransportador sodio-glucosa tipo 2 (SGLT2i) en el tratamiento de la diabetes mellitus en gatos. Esta clase de fármacos, utilizada con éxito en humanos con diabetes tipo 2, ha comenzado a aplicarse en medicina veterinaria felina, abriendo una nueva vía terapéutica que podría mejorar tanto el control glucémico como la calidad de vida de los animales.
La investigación, firmada por un equipo internacional de especialistas de la Universidad de Cornell (EE.UU.), la Universidad Estatal de Río de Janeiro (Brasil) y la Universidad de Ross (San Cristóbal y Nieves), destaca que los gatos comparten muchas similitudes fisiológicas con los humanos en cuanto al desarrollo de la diabetes tipo 2. Esta cercanía convierte a los felinos en un modelo animal ideal para evaluar la efectividad de tratamientos antidiabéticos desarrollados para personas.
Los inhibidores de SGLT2 funcionan bloqueando la reabsorción de glucosa en los riñones, lo que favorece su eliminación a través de la orina. Esta acción no solo ayuda a controlar los niveles de azúcar en sangre, sino que además se ha relacionado con beneficios adicionales a nivel cardiovascular y renal, tanto en humanos como, potencialmente, en gatos. En 2023 y 2024, la FDA aprobó dos fármacos de este tipo específicamente para uso veterinario: velagliflozina y bexagliflozina.
El artículo también recoge estudios recientes en los que se evaluó la eficacia y seguridad de estos medicamentos en gatos diabéticos. Los resultados muestran que los inhibidores de SGLT2 consiguen un buen control glucémico sin necesidad de administrar insulina, lo que supone una ventaja importante para los cuidadores de los animales. Sin embargo, los autores advierten que aún es necesario seguir investigando, especialmente para conocer los efectos a largo plazo y el impacto en gatos con enfermedades renales o cardíacas preexistentes.
Con esta revisión, la comunidad científica veterinaria da un paso más hacia una medicina felina más innovadora y personalizada, donde los avances terapéuticos desarrollados para humanos puedan adaptarse a las necesidades específicas de las mascotas.
Enlace al estudio completo: https://doi.org/10.3389/fvets.2025.1480977