Y esa es la esencia de la conexión humana que no puede medirse. Abel era una persona entrañable y generosa a la vez que inteligente y profesional, cualidades que todos conocimos y disfrutamos en vida suya y que ahora podemos recuperar con la tranquilidad y el orgullo de sentirlas sinceras por ...
Y esa es la esencia de la conexión humana que no puede medirse.
Abel era una persona entrañable y generosa a la vez que inteligente y profesional, cualidades que todos conocimos y disfrutamos en vida suya y que ahora podemos recuperar con la tranquilidad y el orgullo de sentirlas sinceras por haberlas reconocido cuando era el momento.
Abel nos ha dejado, fue una persona con un espíritu de lucha y sacrificio diferente al que todos consideramos y muy por encima del que la mayoría aspiramos. Fue una persona siempre dispuesta a ayudar, a colaborar, a formar parte de lo que propusieras, tan sólo porque se lo proponías tú.
Muchos dicen que es fácil hablar de alguien cuando nos deja.
Sin embargo yo pienso que es lo más difícil, precisamente porque todos piensan que es fácil y es en estos momentos, cuando uno necesita encontrar esas palabras que no existen, cuando se siente lo difícil que es.
Y es aún más difícil cuando te toca despedir a un amigo que se había convertido en uno de mis referentes, que me ha acompañado en la aventura con una fortaleza extraordinaria y me ha apoyado en las duras y en las maduras.
Siempre conciliador, pero a la vez firme en sus convicciones y con un sentido de la justicia que iba más allá de la mera apariencia. Era siempre el que tenía la última palabra con la solución a los problemas.
Abel transmitía seguridad, confianza y determinación. Afrontaba igual hablar de los lobos desde su enorme conocimiento y experiencia que de proyectos digitales, aunque los viese de forma tangencial y todo por su gran humanidad, por ser como era, dibujando momentos que dejaron huella indeleble en todos los que tuvimos la suerte de compartir tiempo con él.
Abel trabajó incansablemente en la organización, en la Comisión de Sanidad de CEOE, en el grupo de trabajo de Digitalización, fundó la sección de CEVE Agro para dar respuesta a esa parte de la actividad económica que estaba huérfana en nuestra organización.
Tiró de contactos políticos para hacer una encomiable labor de lobby, participando en multitud de reuniones de trabajo en Ministerios y otras administraciones.
Fundó la patronal de CEVE en Castilla la Mancha y en los momentos de crisis más profundas, manejó con firmeza la organización para que se mantuviera en el buen rumbo.
En esencia, era un trabajador incansable y un innovador.
Nosotros hemos perdido a un amigo pero el sector ha perdido a uno de sus mejores referentes.
Nos ha dejado Abel Martín González, ese amigo veterinario que ni el tiempo conseguirá que nos deje de verdad.
Desde estas humildes palabras, honramos su recuerdo.
SEBASTIÀ ROTGER
Presidente de CEVE