El artículo "The effects of anesthetic drug choice on heart rate variability and echocardiography parameters in cats", publicado por la revista Scientific Reports, llega a la conclusión de que el propofol es el fármaco anestésico que menos altera la estabilidad cardiovascular en gatos sanos. Por el contrario, la alfaxalona ejerce ...
El artículo "The effects of anesthetic drug choice on heart rate variability and echocardiography parameters in cats", publicado por la revista Scientific Reports, llega a la conclusión de que el propofol es el fármaco anestésico que menos altera la estabilidad cardiovascular en gatos sanos. Por el contrario, la alfaxalona ejerce un potente efecto simpático, mientras que la administración de ketamina o xilacina con tiletamina/zolazepam conlleva un mayor riesgo de disfunción diastólica y bradicardia.
La variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC) se conoce como la variación en el tiempo que transcurre entre los intervalos RR del electrocardiograma y refleja la actividad del sistema nervioso autónomo sobre la función cardiaca. Este parámetro puede ser utilizado como predictor de mortalidad en pacientes con patologías cardiovasculares y se encuentra influido por los efectos de ciertos medicamentos utilizados en veterinaria, como es el caso de los anestésicos.
Durante los procedimientos anestésicos, se pueden producir complicaciones cardiovasculares, lo que ha hecho que se mejoren los protocolos anestésicos para aumentar la seguridad de las intervenciones quirúrgicas. En animales, se ha relacionado la VFC con la hipotensión, de forma que cambios en la VFC permite predecir episodios de hipotensión en anestesia general.
Evaluar protocolos anestésicos
El objetivo de este estudio fue evaluar en gatos sanos la eficacia de la VFC para valorar los efectos de distintos protocolos anestésicos sobre la actividad del sistema nervioso autónomo sobre la función cardiaca. Para ello, se llevaron a cabo cuatro protocolos anestésicos diferentes: el protocolo 1 (diazepam [0,3 mg/kg] y propofol [2-4 mg/kg] IV), el protocolo 2 (diazepam [0,3 mg/kg] y alfaxalona [1-3 mg/kg] IV), el protocolo 3 (diazepam [0,3 mg/kg] y ketamina [3-5 mg/kg] IV) y el protocolo 4 (xilacina [1 mg/kg] y tiletamina/zolazepam [5 mg/kg] IM).
La frecuencia cardiaca disminuyó en todos los grupos, excepto en aquellos gatos en los que se administró el protocolo 2. Así, los gatos que se anestesiaron según el protocolo 4 (xilacina y tiletamina/zolazepam) presentaron la menor frecuencia cardiaca (90 latidos por minuto), mientras que aquellos del protocolo 2 (alfaxalona) mostraron las frecuencias cardiacas más elevadas (181 latidos por minuto).
La variabilidad de la frecuencia cardiaca (VFC) aumentó en todos los pacientes, excepto en aquellos incluidos en el protocolo 2 (alfaxalona), lo que indica una actividad simpática significativamente elevada y se relaciona con la mayor frecuencia cardiaca hallada en este grupo. Por el contrario, los gatos que recibieron el protocolo 1 (propofol) presentaron un menor impacto en la VFC, manteniendo un equilibrio de la actividad del sistema nervioso autónomo favorable.
Estos gatos también fueron sujetos a pruebas de ecocardiografía para valorar la función cardiaca. La fracción de acortamiento (FS), un indicador de la función contráctil del ventrículo izquierdo, disminuyó significativamente en el protocolo 2 (alfaxalona), reflejando disfunción diastólica leve. El protocolo 4 (xilacina y tiletamina/zolazepam) causó un alargamiento del tiempo de relajación isovolumétrica (IVRT), un signo temprano de disfunción diastólica. Sin embargo, este parámetro permaneció estable en los gatos del protocolo 3 (ketamina).
Diferencias significativas
El estudio destaca diferencias significativas entre los anestésicos en términos de impacto cardiovascular en gatos. El propofol (protocolo 1) se posiciona como la opción más segura para mantener la estabilidad autonómica y cardiovascular. La alfaxalona (protocolo 2), aunque efectiva, requiere precaución en gatos con antecedentes cardíacos debido a su efecto sobre la actividad simpática y la dilatación del atrio izquierdo. La ketamina (protocolo 3) y la xilacina con tiletamina/zolazepam (protocolo 4) ofrecen ventajas específicas, como analgesia y relajación muscular, pero conllevan un mayor riesgo de disfunción diastólica y bradicardia.
En conclusión, los autores recomiendan la monitorización de la VFC y parámetros ecocardiográficos como herramienta para identificar riesgos cardiovasculares y mejorar los resultados anestésicos en gatos. Los investigadores también indican que el propofol es el anestésico con menor impacto sobre el aparato cardiovascular, siendo el protocolo 1 el que contribuye a una mayor estabilidad cardiovascular en gatos anestesiados.