La profesión veterinaria ha venido experimentando en las últimas décadas una progresiva feminización. "Este debería ser uno de los valores del sector que resulte oportuno proteger, ya que no suelen ser muchos los sectores que ofrecen de forma tan notoria tantos puestos de trabajo de alta cualificación a mujeres trabajadoras ...
La profesión veterinaria ha venido experimentando en las últimas décadas una progresiva feminización. "Este debería ser uno de los valores del sector que resulte oportuno proteger, ya que no suelen ser muchos los sectores que ofrecen de forma tan notoria tantos puestos de trabajo de alta cualificación a mujeres trabajadoras con formación superior". Así lo manifiesta la nueva edición del Informe socioeconómico y laboral del sector veterinario en España 2024, elaborado por Óscar Gutiérrez Aragón, director del Departamento de Empresa de la Escola Universitària Mediterrani de Barcelona (Universitat de Girona), y Miguel Guillén Pujadas, profesor del mismo departamento.
En el apartado que analiza el escenario sociodemográfico del sector veterinario, el texto destaca cómo, históricamente, la profesión ha tenido un marcado carácter masculino. Esta tendencia se mantuvo hasta la segunda mitad de la década de los ochenta del siglo pasado, un punto de inflexión en el cual se inició una progresión hasta superar en porcentaje en el año 2019, por vez primera, el número de colegiadas veterinarias, con un 50,07 %, a sus compañeros hombres, con el 49,93 % del total. En 2023 el número de colegiadas veterinarias alcanzó un 53,64 % sobre la cifra global de colegiados, con lo cual, la tendencia continúa en la misma senda.
Además, de seguir la actual tendencia en cuanto al crecimiento en porcentaje del número de alumnas universitarias matriculadas y egresadas en veterinaria con respecto al número de alumnos, en el plazo de pocas décadas el predominio de las mujeres como profesionales en este sector será muy notable. En la segunda mitad de los años 90 del siglo XX ya había más mujeres matriculadas que hombres. De igual modo, el crecimiento progresivo del número de matriculaciones y de graduaciones femeninas hace que, en la actualidad, según los datos que recoge el Ministerio de Universidades para 2024, un 77,94 % de las personas matriculadas y un 77,5 % de quienes acaban sus estudios en veterinaria en las universidades españolas sean mujeres. Otro dato interesante es que, aproximadamente, un 15% de las personas egresadas son de origen extranjero.
Masa laboral de las clínicas veterinarias
Por lo que respecta al caso particular de las clínicas veterinarias, el estudio aporta otros datos muy interesantes sobre la composición sociodemográfica de su masa laboral. Así, por ejemplo, se señala que, en 2022, el 26,7 % del personal veterinario en activo ejercía su empleo en el sector público, mientras que un 73,3 % lo hacía en el sector privado (de este total, un 60,2 % trabajaban en la clínica de pequeños animales).
Del total del personal que trabaja en clínicas veterinarias de pequeños animales en España el 49,9 % son veterinarios, mientras que el 50,1% es el resto de personal auxiliar (principalmente, en su mayoría, auxiliares de clínica veterinaria). Por género, trabajaban en este subsector un 32 % de hombres y un 68 % de mujeres. Por tipo de empleo y género, la propiedad de las clínicas estaba regentada por un 47 % de hombres y un 53 % de mujeres, un 20 % de los veterinarios contratados eran hombres y un 80 % muje-res, y un 5 % de los auxiliares de clínica eran hombres y un 95 % mujeres.
En general, destacan los autores, "los excelentes datos del sector que determina la participación más equilibrada de hombres y mujeres en su mercado laboral, no deben ocultar que en España, debido a las circunstancias ampliamente descritas en este y los anteriores informes socioeconómicos, los profesionales veterinarios (tanto mujeres como hombres y, sobre todo, los más jóvenes) se han encontrado en las primeras décadas del siglo ante una grave situación de precariedad laboral de múltiples orígenes, tales como el propio modelo contractual y laboral derivado de la crisis económica de 2008 o el adverso escenario creado tras el aumento del 8 % al 21 % del tipo de gravamen del IVA en los servicios veterinarios prestados a animales de compañía de 2012, que acabaron perjudicando a su vez a la calidad del empleo". De hecho, si se examina la composición del conjunto de colegiados veterinarios por tramos de edades en el año 2023, queda patente que, cuanto menor es la edad de los profesionales veterinarios, mayor es la presencia femenina, alcanzando el 73,11 % en los menores de 35 años.
Puesto que la precarización laboral, tanto en este sector como en muchos otros, afecta en mayor medida a los trabajadores más jóvenes (los contratos de los empleados de mayor edad o que llevan más años trabando suelen gozar de mejores condiciones), la conclusión que se extrae del informa es que en este sector concreto, debido a su particular composición demográfica (el 70,53 % de las profesionales de menos de 45 años son mujeres), son las veterinarias las que en mayor número están trabajando en un peor contexto laboral y con unos menores salarios (aunque sin diferencias relevantes con sus compañeros varones del mismo rango de edad). En cualquier caso, "lo más probable es que, en los próximos años, se produzca un incremento paulatino de las jubilaciones de hombres con sueldos altos, por lo que, presumiblemente, las diferencias salariales entre géneros se han de ir reduciendo", vaticinan los expertos al respecto.
Diferencias salariales: mujeres y jóvenes, los más perjudicados
El Instituto Nacional de Estadística no ofrece datos de salarios medios desagregados por género referidos a cada una de las actividades integradas en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas, por lo que no es posible obtener estos datos para las actividades veterinarias en concreto. Sin embargo, sí los ofrece por secciones de actividad. La sección en la que estarían englobadas las actividades veterinarias (junto con otras como las jurídicas, la contabilidad, la consultoría, la arquitectura, etc.), sería la correspondiente a actividades profesionales, científicas y técnicas. En esta sección, en el año 2021 (no se han publicado los de 2022), el salario medio masculino era un 35,68 % mayor que el femenino. Entre el año 2012 y el 2021 la media de esta diferencia salarial ha sido de un 43,17 %.
Por otro lado, los datos del Instituto Nacional de Estadística de 2024 sobre salarios anuales medios por tramos de edades para el conjunto de todas las profesiones revelan que, si se toma como valor 100 el tramo de mayor rango salarial (entre los 55 y 59 años), en el año 2021 los trabajadores menores de 24 años al acceder al mercado laboral percibían un 45,37 % de este salario, entre 25 y 29 años un 65,49 % y entre 30 y 34 años un 75,90 % .
El INE tampoco facilita citas sobre salarios medios en España por sector y tramos de edades, por lo que, para comprobar si en el sector veterinario el comportamiento de este indicador es similar, es necesario acudir a otras fuentes que proporcionen cifras fiables. Así, un estudio de la Federation of Veterinarians in Europe de 2015 determinaba que el salario anual medio de los veterinarios españoles crecía de manera progresiva con la edad, situándose el de los menores de 40 años en menos de la mitad del mayor rango salarial en el mejor de los casos (28,57 % los menores de 30 años, 34,22 % entre 30 y 34 años y 48,98 % entre 35 y 39 años).
Teniendo en cuenta que, según otro estudio de la Federation of Veterinarians in Europe (2019), el número de profesionales veterinarios menores de 40 años está por encima del 51 %, podría afirmarse que, siendo factible la existencia de una brecha salarial en el sector veterinario, esta va a afectar principalmente a las trabajadoras femeninas, aunque no por el hecho de ser mujeres, sino por ser más numerosas aquellas más jóvenes (las cuales además han accedido a la profesión en peores condiciones laborales y salariales).
Sea como fuere, la existencia de una brecha salarial generacional, por la que los trabajadores más jóvenes, por empleos similares, reciben salarios peores que sus compañeros de más edad, en la actualidad es un hecho aceptado por diversos estamentos académicos, económicos, sociales y políticos. En este contexto, hay que tener presente que el riesgo de precarización del empleo de los jóvenes recién graduados también se ve perjudicado por el ratio de veterinarios por millón de habitantes de España, el más alto de todos los países de Europa y más del doble que Francia o Suecia.
Además, el indicador de ingreso de nuevos estudiantes en las facultades de veterinaria de las universidades españolas también es el más alto, llegando a sextuplicar a Francia o cuadruplicar a Alemania o Suecia. La combinación de ambas magnitudes refleja la existencia de un excesivo número de veterinarios (en ejercicio y graduados) que la oferta de trabajo existente es incapaz de absorber, provocando un alto nivel de precarización que afecta de manera principal a los más jóvenes y en consecuencia, facilitando que en ocasiones puedan producirse prácticas empresariales improcedentes que contribuyen a la existencia de unos inaceptables niveles de precarización en el trabajo, que afecta sobre todo a los más jóvenes.
Excesiva oferta de facultades de veterinaria
Además, al número de veterinarios ya en el mercado laboral, habrá que sumar los que también en exceso anualmente acaban sus estudios (a causa del desproporcionado número de facultades existentes en España) y tratan de incorporarse al mismo.
En este sentido, la ratio de nuevos estudiantes por cada 1.000 veterinarios en activo en España (50 nuevos estudiantes), solo es superada por Dinamarca (58) y Portugal, con más del doble (109). En países de nuestro entorno económico, como Francia, Italia o Alemania, esta ratio está en cifras en torno a la mitad que en España.
Los estudios socioeconómicos sobre el sector veterinario realizados previamente por el grupo de investigación encargado del estudio contribuyen a aclarar muchos de los aspectos, particularidades y circunstancias que configuran social, económica y laboralmente el sector, pero, de forma simultánea, también han generado nuevos interrogantes que han abierto líneas de investigación. Uno de ellos es el referido a las expectativas laborales y salariales de los estudiantes que están cursando estudios universitarios en veterinaria, tanto si estas son muy bajas, lo cual, en su opinión, "sería un pésimo indicador sobre las perspectivas que se les abren una vez acabados sus estudios, como si estas son excesivamente altas, pues solo pueden acabar conduciendo a la frustración una vez que comience su ejercicio laboral". Aun con todo el margen de mejora que que ciertos indicadores reflejan referentes a la calidad del empleo, parece que las condiciones laborales de los profesionales veterinarios van a ir mejorando, como hasta ahora, de forma paulatina.
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