Tras analizar la situación y recabar la opinión de expertos en salud pública, el Colegio de Veterinarios de Valencia (ICOVV) recomienda a todos los responsables de perros de la provincia, más aún a los que residan en las zonas afectadas por la DANA, que acudan al veterinario para asegurarse de ...
Tras analizar la situación y recabar la opinión de expertos en salud pública, el Colegio de Veterinarios de Valencia (ICOVV) recomienda a todos los responsables de perros de la provincia, más aún a los que residan en las zonas afectadas por la DANA, que acudan al veterinario para asegurarse de que están correctamente vacunados frente a la Leptospirosis (provocada por la bacteria Leptospira). A este respecto la corporación considera que las calles enfangadas, las zonas urbanas con aguas estancadas e incluso la presencia de basura entremezclada con escombros y material orgánico pueden facilitar que los perros que salgan a pasear y no mantengan las condiciones adecuadas de higiene lleguen a contraer esta enfermedad, incrementando el riesgo de que esta zoonosis (enfermedad de origen animal que puede afectar a personas) se convierta en un problema de salud pública.Son necesarias pues tomar las necesarias medidas de prevención, tanto por parte de los responsables de los animales como de los residentes y los voluntarios que están ayudando en las labores de limpieza.
Esta es la opinión coincidente de Anna Vila, especialista en Medicina Interna del Hospital Veterinario de la Universidad Católica de Valencia (UCV), de Salvador Peiró, coordinador científico del grupo de respuesta de Salud Pública creado por la Generalitat y el Ministerio de Sanidad para afrontar esta crisis y de la propia Comisión de Salud Pública del ICOVV, quienes remarcan que "pese a que la inmensa mayoría de cachorros son vacunados contra Leptospirosis, no siempre son revacunados o se cumple la pauta de revacunación de forma correcta, por lo que conviene revisar si esa inmunización continua siendo efectiva".
Aunque es muy variable, la sintomatología fundamental de esta zoonosis en los canes es: letargia (somnolencia y falta de energía), anorexia (pérdida del apetito), deshidratación (identificada por los ojos hundidos y la boca, encías y nariz secas y nula elasticidad en la piel), fiebre, signos gastrointestinales (vómitos, diarrea), dolor abdominal, poliuria/polidipsia (mayor volumen de orina tras una mayor ingesta de líquidos), ictericia (coloración amarillenta de la piel y mucosas), signos oftalmológicos, afectación cardíaca, diátesis hemorrágica (sangrado leve/moderado) y dificultad respiratoria. Los gatos también pueden padecer Leptospirosis, suelen ser asintomáticos pero, aun así, juegan un papel en la expansión de la enfermedad a través de las orinas infectadas. Los roedores infectados son, sin embargo, el principal vector de propagación, a través de sus fluidos y micciones. Tanto Vila como Peiró alertan en este sentido del riesgo que representan las ratas: "Las inundaciones habrán ahogado a muchas pero la mayoría habrán huido del que era su hábitat previo (las alcantarillas, se entiende) y ahora buscan dónde alimentarse. De ahí, que la basura acumulada y con materia orgánica o las aguas donde orinan sean ahora potenciales focos de infección para los perros".
Para facilitar la prevención y la atención de los posibles casos, homogeneizar las pruebas a realizar y el protocolo recomendado, se está distribuyendo entre los veterinarios de la provincia una guía práctica suscrita, además de por el ICOVV y por el citado Hospital Veterinario de la UCV, por el Hospital Veterinario de la Cardenal Herrera-CEU, la patronal del sector clínico veterinario AEVETVAL, el Ministerio de Agricultura y la Generalitat Valenciana.. El documento, redactado para el contexto actual de inundaciones, aborda tanto el diagnóstico como el tratamiento (con determinados antibióticos) o las recomendaciones para los tutores de perros.
Hasta el pasado viernes, 15 de noviembre, se habían identificado en humana hasta cuatro casos sospechosos (dos confirmados y dos pendientes de resultados de pruebas) en residentes en la zona DANA o voluntarios. En el caso de los animales, se han identificado, tanto en los referidos hospitales veterinarios como en diversas clínicas particulares, algunos casos sospechosos. Hay que hacer notar la posibilidad de resultados iniciales falsos positivos (especialmente en perros vacunados) y falsos negativos, por lo que pueden ser necesarias pruebas complementarias para para confirmar o descartar los diagnósticos de sospecha.
En la citada guía se recuerda a los veterinarios que en la Comunitat la Leptospirosis es una de las 10 zoonosis de la Red de Vigilancia Epizootiológica que es de declaración obligatoria a la Red Informática Valenciana de Identificación Animal (RIVIA). El ICOVV y los citados expertos advierten que "la comunicación de los casos en perros es esencial para conocer la situación epidemiológica y localizar las zonas donde se puedan estar produciendo contagios, para identificar focos de infección y actuar más eficazmente en términos de sanidad animal pero también de salud pública".
En caso de tener sospecha de que un perro pudiera padecer Leptospirosis, el ICOVV recomienda la manipulación de la mascota con medidas de protección adecuadas (mascarilla, guantes y evitando el contacto de manos/guantes con boca, nariz y ojos) y su traslado inmediato a un centro veterinario. De confirmarse el diagnóstico, el animal sería in-mediatamente tratado con antimicrobianos, se deberá minimizar sus movimientos y se desinfectarán las áreas afectadas. A este respecto, conviene recordar que las personas pueden contagiarse por el contacto con agua o tierra mojada contaminada con orina, fundamentalmente de roedores afectados pero también de perros contagiados. La Leptospira puede entrar en el organismo a través de lesiones cutáneas o mucosas (boca, nariz, ojos). La transmisión de persona a persona, como se ha informado desde la Dirección General de Salud Pública de la Conselleria de Sanitat, es muy rara.
En las zonas afectadas por la DANA que aún presentan lodo o agua estancada se recomienda evitar los paseos con los perros en dichas áreas. Cuando sea posible, es preferible realizar las salidas en espacios seguros, como azoteas o superficies limpias. Si esta opción no es factible, sería crucial vigilar que los animales no beban ni entren en contacto directo con estas aguas contaminadas y, al regresar, limpiar minuciosamente al perro. Anna Vila, experta en zoonosis infecciosas, señala que "la Leptospirosis, una enfermedad causada por bacterias presentes en aguas estancadas y con-taminadas, puede afectar tanto a personas como a perros, siendo ambos susceptibles al contagio. El riesgo más probable es que la transmisión ocurra a partir de estas aguas, ropa enfangada o alimentos contaminados, y no tanto de los perros hacia las personas".
Como recuerda Salvador Peiró, un caso análogo en Europa se produjo en septiembre del año pasado en Grecia cuando tras las inundaciones producidas por la tormenta Daniel en la zona de Tesalia, se confirmaron 45 casos de Leptospirosis en humanos y una cantidad indeterminada de perros infectados