Un equipo de científicos de la Universidad de Medicina Veterinaria de Budapest ha realizado un estudio detallado sobre productos probióticos comercializados para mascotas, revelando la presencia de genes de resistencia antimicrobiana (ARG, por sus siglas en inglés). La investigación, liderada por Adam Kerek y Emese Szabó, analizó 10 productos disponibles ...
Un equipo de científicos de la Universidad de Medicina Veterinaria de Budapest ha realizado un estudio detallado sobre productos probióticos comercializados para mascotas, revelando la presencia de genes de resistencia antimicrobiana (ARG, por sus siglas en inglés). La investigación, liderada por Adam Kerek y Emese Szabó, analizó 10 productos disponibles para perros y gatos, con el objetivo de comprender mejor los riesgos asociados a la resistencia bacteriana en probióticos destinados a animales de compañía.
La resistencia antimicrobiana (RAM) es considerada una de las principales amenazas globales para la salud, y su combate se ha vuelto esencial en el enfoque de *One Health*, que aboga por una salud interconectada entre humanos, animales y el medio ambiente. Aunque los probióticos se promocionan como una alternativa segura para reducir el uso de antibióticos, pocos estudios han investigado si estos productos contienen genes que podrían propagar la resistencia antimicrobiana.
Los investigadores identificaron 19 tipos diferentes de genes de resistencia antimicrobiana en los productos analizados, y más de la mitad de ellos estaban presentes en plásmidos, fragmentos de ADN que facilitan la transferencia de genes entre bacterias. Se encontraron dos genes particularmente preocupantes: el *APH(3´)-Ia*, que inactiva los antibióticos aminoglucósidos, y el *tetS*, que reduce la sensibilidad a los antibióticos tetraciclinas. Ambos genes fueron identificados como elementos móviles, lo que implica un mayor riesgo de transferencia a otras bacterias, incluidas las patógenas.
El estudio concluye que es esencial ampliar la regulación y los estudios de seguridad de los probióticos para mascotas, de manera similar a los productos utilizados en la ganadería, con el fin de evitar la propagación de genes de resistencia que podrían impactar la salud pública. Los investigadores sugieren que es necesario realizar más estudios para garantizar que estos productos no contribuyan al problema global de la resistencia antimicrobiana.