El artículo "Association of proteinuria at time of diagnosis with survival times in dogs with lymphoma", publicado por la revista Journal of Veterinary Internal Medicine, concluye que la existencia de proteinuria en el momento del diagnóstico del linfoma canino reduce el tiempo medio de supervivencia entre 67 y 90 días. La ...
El artículo "Association of proteinuria at time of diagnosis with survival times in dogs with lymphoma", publicado por la revista Journal of Veterinary Internal Medicine, concluye que la existencia de proteinuria en el momento del diagnóstico del linfoma canino reduce el tiempo medio de supervivencia entre 67 y 90 días.
La proteinuria renal persistente consiste en el aumento de la eliminación de proteínas en orina durante un periodo superior a dos semanas. Esta condición se considera un marcador de enfermedad renal en perros, especialmente en el caso de enfermedad renal crónica, donde se relaciona con un mayor riesgo de progresión de la enfermedad.
La glomerulopatía paraneoplásica también puede conducir a la aparición de proteinuria persistente. Esta patología se ha identificado en varios tipos de tumores que afectan a perros, como carcinoma de células transicionales de vejiga, adenocarcinoma broncogénico, carcinoma hepatocelular, leiomiosarcoma intestinal, mastocitomas y linfomas. Además, los tumores con mayor incidencia de proteinuria son los mastocitomas, carcinomas de células escamosas, carcinoma nasal, melanoma oral, hemangiosarcoma dérmico y linfomas.
Independientemente del estadio
El objetivo de este estudio fue determinar si existe alguna relación entre la presencia de proteinuria y el tiempo de supervivencia en perros con linfoma. Se emplearon dos métodos para clasificar a los pacientes como proteinúricos o no: la detección de la proteinuria se hizo mediante tiras reactivas de orina (se consideraron proteinúricos a los pacientes con niveles de proteína iguales o superiores a 30 mg/dl) y la ratio UP : USG (ratio entre concentración de proteína en orina medida con tira reactiva y densidad urinaria), considerándose proteinúricos los perros con una ratio igual o superior a 1,5.
La prevalencia de proteinuria en los perros diagnosticados con linfoma en este estudio fue del 26% según las tiras reactivas de orina y del 48% según la ratio UP : USG. Sin embargo, no se demostró que existiera ninguna asociación entre el estadio, el subestadio o el tipo de linfoma con la prevalencia de proteinuria.
Los perros que presentaron proteinuria en el momento del diagnóstico del linfoma mostraron un menor tiempo medio de supervivencia que aquellos que no tenían dicha condición. Al clasificar a los pacientes utilizando las tiras reactivas, el grupo sin proteinuria presentó un tiempo de supervivencia medio de 335, mientras que los perros proteinúricos tuvieron un tiempo de supervivencia medio de 245 días, es decir, 90 días inferior. A su vez, utilizando la ratio UP : USG como medio de clasificación, los perros no proteinúricos mostraron un tiempo de supervivencia medio de 304 días, mientras que fue de 237 días (67 días menos) en el grupo de perros con proteinuria. Sin embargo, con los datos disponibles, los investigadores no pudieron esclarecer el motivo de esta menor supervivencia o si se encontraba relacionada con una posible glomerulopatía paraneoplásica.
En conclusión, los autores afirman que la detección de proteinuria en el momento del diagnóstico se relaciona con un tiempo de supervivencia entre 67 y 90 días inferior en perros con linfoma, independientemente del estadio (I al V) o tipo (B o T) del tumor.