Un reciente estudio internacional publicado en la revista Science of the Total Environment ha descubierto cómo el acoplamiento neural entre humanos y perros durante las interacciones sociales se ve afectado en perros con mutaciones genéticas relacionadas con el autismo. La investigación, dirigida por un equipo de la Universidad Europea y ...
Un reciente estudio internacional publicado en la revista Science of the Total Environment ha descubierto cómo el acoplamiento neural entre humanos y perros durante las interacciones sociales se ve afectado en perros con mutaciones genéticas relacionadas con el autismo. La investigación, dirigida por un equipo de la Universidad Europea y el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), revela que la interacción social entre humanos y perros genera una sincronización de la actividad cerebral, un fenómeno conocido como acoplamiento neural inter-especies, que se da en las regiones frontales y parietales del cerebro. Este fenómeno, asociado a la atención conjunta y la comunicación social, se fortalece con el tiempo y la familiaridad entre los individuos de ambas especies.
Sin embargo, el estudio ha mostrado que los perros con mutaciones en el gen Shank3, un modelo animal para el estudio del trastorno del espectro autista (TEA), no logran establecer este acoplamiento neural con los humanos. Este descubrimiento sugiere que los problemas de interacción social asociados al autismo podrían estar presentes también en otros animales, proporcionando un nuevo enfoque para estudiar la interacción social y sus alteraciones en los TEA.
Además, los investigadores encontraron que una dosis única de LSD (ácido lisérgico) fue capaz de restaurar el acoplamiento neural en estos perros, lo que abre la puerta a nuevas terapias para mejorar los déficits sociales en el autismo. Los hallazgos subrayan la importancia de seguir investigando la relación entre la sincronización cerebral y la interacción social en diferentes especies y su potencial en el tratamiento de trastornos del desarrollo.