Los perros con habilidades avanzadas de aprendizaje retienen vocabulario durante dos años

El estudio se centró en cinco perros border collie, conocidos por su habilidad única para aprender y retener vocabulario. A estos perros se les enseñaron 12 etiquetas de objetos en un periodo de una semana en 2020.

05/09/2024

Los avances en el estudio del comportamiento y las capacidades cognitivas de los animales continúan revelando asombrosas habilidades que, hasta hace poco, parecían exclusivas de los seres humanos. Un reciente estudio, publicado el 4 de septiembre de 2024 en Biology Letters, explora una de estas habilidades sorprendentes: la capacidad de ...

Los avances en el estudio del comportamiento y las capacidades cognitivas de los animales continúan revelando asombrosas habilidades que, hasta hace poco, parecían exclusivas de los seres humanos. Un reciente estudio, publicado el 4 de septiembre de 2024 en Biology Letters, explora una de estas habilidades sorprendentes: la capacidad de los perros para retener vocabulario durante largos periodos. El estudio, realizado por Shany Dror, Ádám Miklósi y Claudia Fugazza, revela que los perros "Gifted Word Learners" (GWL), o aprendices excepcionales de palabras, pueden recordar etiquetas de objetos aprendidas hasta dos años después de haberlas escuchado por última vez.

Este hallazgo no solo destaca la impresionante capacidad de memoria a largo plazo de algunos perros, sino que también arroja luz sobre los mecanismos de aprendizaje y retención de palabras en especies no humanas. Al investigar el proceso por el cual los perros son capaces de recordar etiquetas de objetos, los investigadores no solo ampliaron nuestra comprensión sobre el cerebro canino, sino que también ofrecieron una nueva ventana para estudiar las bases generales de la memoria y el aprendizaje en los animales.
Un estudio único: cinco perros excepcionales

El estudio se centró en cinco perros border collie, conocidos por su habilidad única para aprender y retener vocabulario. A estos perros se les enseñaron 12 etiquetas de objetos en un periodo de una semana en 2020. Tras la fase de aprendizaje inicial, los investigadores almacenaron los juguetes fuera del alcance de los perros y no volvieron a interactuar con ellos hasta dos años después, cuando se puso a prueba su capacidad para recordar los nombres de los objetos.

El resultado fue sorprendente: cuatro de los cinco perros lograron recordar entre tres y nueve de las etiquetas de objetos, mostrando una capacidad de retención significativamente por encima del nivel de azar. Este hallazgo pone de manifiesto que los perros GWL no solo pueden aprender palabras rápidamente, sino que también pueden consolidar estos aprendizajes en su memoria a largo plazo, manteniendo el vínculo entre la etiqueta y el objeto por largos periodos sin la necesidad de una práctica continua.

¿Qué hace especiales a los perros GWL?

No todos los perros tienen esta capacidad. Los "Gifted Word Learners" son un pequeño grupo dentro de la población canina que ha demostrado una capacidad excepcional para aprender palabras. Mientras que la mayoría de los perros no muestran evidencias claras de ser capaces de asociar etiquetas verbales con objetos de forma consistente, los perros GWL pueden aprender vocabularios extensos y recordar etiquetas con una precisión notable.

Este estudio muestra que los perros GWL retienen vocabulario de manera similar a como lo hacen los niños pequeños en las primeras etapas del desarrollo del lenguaje. La memoria a largo plazo juega un papel crucial en la adquisición de vocabulario en los humanos, ya que permite que los niños consoliden los vínculos entre las palabras y sus significados. De manera similar, estos perros muestran que, tras una breve exposición inicial, son capaces de retener esta información por un tiempo considerable, lo que plantea interesantes preguntas sobre las similitudes entre la memoria de las palabras en los perros y los humanos.

Un vistazo a la metodología

El experimento incluyó la reintroducción de los juguetes etiquetados después de dos años de no haber interactuado con ellos. Los dueños colocaron los juguetes en una habitación y pidieron a los perros que trajeran un objeto específico nombrando la etiqueta correspondiente. Los investigadores registraron cuántas veces los perros seleccionaron el juguete correcto, y los resultados mostraron que su rendimiento estaba muy por encima de lo que sería esperable por azar.

Además, se hizo una comparación entre los resultados del test de dos años y las pruebas anteriores realizadas uno y dos meses después del aprendizaje inicial. Aunque hubo una pequeña disminución en el rendimiento tras dos años, el hecho de que los perros aún recordaran una porción significativa de las etiquetas indica que sus capacidades de retención de palabras son notablemente duraderas.

Implicaciones para el estudio de la memoria y el lenguaje

Este estudio es significativo por varias razones. En primer lugar, expande nuestro conocimiento sobre las capacidades cognitivas de los perros, una especie que ha evolucionado en estrecha colaboración con los humanos. Durante mucho tiempo, los perros han sido objeto de estudio debido a su capacidad para entender ciertos comandos verbales, pero este estudio sugiere que su memoria verbal puede ser mucho más compleja de lo que se creía anteriormente.

El hecho de que estos perros puedan recordar palabras durante un periodo tan largo, sin haber sido expuestos a ellas durante dos años, tiene implicaciones importantes para la comprensión de cómo los animales no humanos almacenan y procesan la información. Estos hallazgos sugieren que la capacidad de los perros para recordar palabras podría ser una habilidad cognitiva general, no restringida únicamente a los humanos y posiblemente relacionada con otros aspectos de la cognición.

Además, los perros GWL pueden proporcionar un modelo interesante para estudiar la relación entre la memoria y el aprendizaje de palabras en una especie que, aunque no posee lenguaje como los humanos, muestra ciertas similitudes en su capacidad de retener etiquetas verbales. Esto puede ayudar a los investigadores a comprender qué aspectos del aprendizaje de palabras son exclusivos de los humanos y cuáles son compartidos por otros animales.