Así lo establece Raquel Francés Borrell, veterinario Senior del Servicio de Urgencias y Cuidados Intensivos de Aúna Especialidades Veterinarias IVC Evidensia donde trabaja desde el 2015. "También vemos con frecuencia pacientes intoxicados (rodenticidas, moluscocidas, drogas recreativas, fármacos del tutor, ingesta incorrecta de una dosis prescrita…). En estos pacientes la clave ...
Así lo establece Raquel Francés Borrell, veterinario Senior del Servicio de Urgencias y Cuidados Intensivos de Aúna Especialidades Veterinarias IVC Evidensia donde trabaja desde el 2015. "También vemos con frecuencia pacientes intoxicados (rodenticidas, moluscocidas, drogas recreativas, fármacos del tutor, ingesta incorrecta de una dosis prescrita…). En estos pacientes la clave está en intentar descontaminar al paciente del tóxico (inducción al vómito, lavado gástrico…), antes de que actúe y si ya presenta signos clínicos asociados saber reaccionar correctamente en cada caso". Según la experta, hay además urgencias que llaman estacionales como las reacciones urticantes por contacto con el gusano del pino (procesionaria) que suelen presentarse al inicio de la primavera o los golpes de calor que suelen verse a principio del verano con los primeros calores.
"Mientras que otras urgencias habituales se centran en aquellos pacientes que se presentan con signos digestivos más o menos intensos y requieren una aproximación muy protocolaria para no pasar por alto nada importante y que tras hacer una valoración completa con analíticas y pruebas de imagen podemos acabar diagnosticando cuerpos extraños obstruyendo el sistema digestivo y requiriendo intervenciones como cirugías o endoscopias, o también afecciones como la pancreatitis o colecistitis que requerirán hospitalización y ampliación de pruebas o enfermedades infecciosas como el parvovirus o la panleucopenia felina, sin olvidar endocrinopatías descontroladas como crisis addisionana o cetoacidosis diabética".
Sin duda, para Raquel Francés, las urgencias que suelen suponer un reto a su llegada son aquellos pacientes con distrés respiratorio que requieren atención inmediata, certera y decidida y un protocolo muy claro de pruebas para intentar estabilizar al paciente lo antes posible. En cuanto a cuidados intensivos, muchos de los retos llegan de la mano de los pacientes postquirúrgicos sometidos a cirugías complicadas que van a requerir mucho soporte intensivo durante las horas siguientes.
"Pacientes operados de peritonitis sépticas por úlceras o cuerpos extraños con perforación digestiva, piometras perforadas, pacientes a los que se les ha quitado un tumor extenso por ejemplo en pulmón o hígado o en adrenales o intracraneales… estos pacientes así como otros que llegaron de urgencia y siguen estando críticos (como los pacientes con daño renal agudo, anemias hemolíticas, shock séptico, cardiopatías descompensadas, pneumonías…) son el trabajo diario del veterinario intensivista, necesitando múltiples transfusiones sanguíneas, ventilación mecánica, monitorización continua y procedimientos invasivos", responde.
El funcionamiento del servicio
El Servicio de Urgencias y Cuidados Intensivos de Aúna, IVC Evidensia, funciona las 24 horas del día los 365 días al año. "Las urgencias pueden llegar remitidas directamente por su veterinario, en cuyo caso, el mismo compañero veterinario nos contacta y nos pone al tanto de antecedentes y pruebas realizadas, o bien, llegan directamente porque su veterinario se encuentra cerrado. En cuanto llega una urgencia se realiza un triaje del paciente para valorar la gravedad de la situación y decidir si necesita intervención inmediata, entonces es admitido directamente para empezar con su estabilización. Si el paciente está estable, esperará en la sala de espera y será atendido por orden de llegada".
Tras el triaje y la detección de una urgencia grave, el paciente pasará a la sala de urgencias para su estabilización donde se aplica un estricto protocolo guiado por el abordaje ABC (Airway, Breathing, Circulation). La sala de urgencias dispone de todo lo necesario para su estabilización, con monitorización multiparámetrica, fluidoterapia, oxigenoterapia, intervenciones de urgencia, ecografía POCUS… "Además se encuentra disponible una sala de rayos X, un TAC helicoidal de 12 cortes y laboratorio completo para abordar el protocolo diagnóstico indicado en cada caso, así como un stock de hemoderivados disponible para su uso en el caso de que fuese necesario".
Según la veterinaria, el personal del equipo de urgencias cuenta con el contacto directo de todas las especialidades del hospital para poder ofrecer la mejor calidad de atención a cada paciente. Si es necesaria una cirugía de urgencias se contacta con el equipo de cirugía y el equipo de anestesia para la intervención y el quirófano se pone en marcha. Y si necesita quedarse hospitalizado pasará a la zona de hospitalización o unidad de cuidados intensivos según la gravedad.
"En la unidad de cuidados intensivos se mantienen los pacientes más críticos, o bien en incubadoras, camas elevadas o box específicos. Lo que define un paciente crítico es la fragilidad de su estado y la intensividad de sus cuidados siendo necesaria una monitorización continua y el uso de tratamientos invasivos como sondas urinarias, drenajes, soporte nutricional enteral o parenteral, transfusiones de hemoderivados, catéterevenosos centrales o arteriales, oxigenoterapia o ventilación asistida".
En el trabajo en Urgencias y Cuidados Intensivos, intentan siempre mantener comunicación directa y continua con el veterinario remisor con el objetivo de que el tutor perciba siempre un trabajo en equipo entre su veterinario de confianza y nosotros e intentamos mantener al tutor informado en todo momento concertando visitas y manteniendo conversaciones diarias para consensuar el plan a corto y largo plazo. "Consideramos una parte importante de nuestro trabajo que el tutor entienda el trabajo que estamos realizando en cada momento en su animal y que nosotros podamos percibir sus expectativas, apoyando a las familias en cualquier decisión que tomen", asegura.
Acreditación de AVEPA
Raquel Francés Borrell acaba de obtener la acreditación de AVEPA de urgencias y cuidados intensivos, que es la forma que tiene la Asociación Española de Pequeños Animales de acreditar que un veterinario ha recibido una formación específica en una especialidad a la que dicho veterinario dedica su vida profesional. Se trata de un periodo de formación que puede durar entre 3 y 5 años donde cada aspirante estará tutorizado por otro compañero acreditado previamente.
Para poder conseguir el título necesitas presentar una serie de credenciales anualmente, presentar un listado de casos clínicos documentados que hayas tratado durante este tiempo y finalmente, cuando ya has conseguido todas las credenciales y tus casos clínicos han sido aprobados, debes presentarte a una prueba que se realiza en el congreso anual de los Grupos de Trabajo de AVEPA.
"En mi caso, la prueba consistió en la presentación oral de varios casos clínicos, discusión y respuesta de preguntas por parte de un Comité Evaluador compuesto por tres veterinarios acreditados. En cuanto a las credenciales consisten, por un lado, en demostrar tu dedicación a la especialidad cada uno de los años de la acreditación y, por otro lado, en sumar puntos que debes conseguir mediante méritos conseguidos a partir de formación recibida (congresos, cursos, estancias...), formación impartida (charlas, universidad…), publicaciones en revistas y congresos nacionales e internacionales y participaciones en libros o doctorados".
Según la experta, la función del tutor consiste en guiarte en todo este proceso, proporcionarte formación y ayudarte en la obtención de las credenciales. El título de la acreditación no es permanente, sino que para mantenerlo debes reacreditarte cada 5 años como mínimo, "para garantizar tus conocimientos y competencias, presentando los nuevos méritos obtenidos durante este tiempo a partir de formación impartida y recibida".
Conseguir la Acreditación de AVEPA de una especialidad tiene, para la veterinaria, tres puntos muy importantes. "En primer lugar, es una eficaz manera de asentar y asegurar la formación continua, la transmisión del conocimiento y de calidad de cada campo específico pudiendo aporta cada vez más profesionalidad y trabajo de alto nivel a nuestros pacientes y a la sociedad". También es un camino seguro a seguir para ir dando a la profesión veterinaria de pequeños animales la credibilidad y presencia que necesita en nuestro país en general y en el ámbito sanitario en particular. "Y por último lugar, para mí personalmente, ha sido una manera de poder "acreditar" el trabajo de prácticamente toda una vida profesional dedicado a las Urgencias y los Cuidados Intensivos".
Una especialidad en auge
Raquel Francés Borrell cree que la especialidad de Urgencias y Cuidados Intensivos está en auge. Las familias cada vez piden llegar más lejos con sus animales, la medicina intensiva crece en conocimientos y tenemos más accesibilidad al equipamiento necesario para poder realizar este tipo de trabajo "En poco tiempo ha pasado a ser la gran desconocida de las especialidades a tener un gran presencia y peso en todos los hospitales veterinarios. Y no es para menos: un porcentaje importante de los casos que llegarán a las otros servicios serán casos que entran por urgencias, es impensable proponer ciertas cirugías si no dispones de un buen equipo de intensivistas detrás y hasta los casos más estables manejados por compañeros de otras especialidades se complican y hay que darles respuesta de calidad cuando llegan de urgencias y necesitan que alguien vele por sus cuidados intensivos para darles soporte y que puedan continuar después con ellos".
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