FESVET critica el traspaso de competencias veterinarias a Agricultura como un grave riesgo para la salud pública

La expulsión del Cuerpo de Veterinarios del Ministerio de Sanidad pone en peligro la presencia veterinaria en futuras leyes sanitarias.

04/09/2024

Tal y como anunció FESVET a los medios de comunicación el 18 de marzo y el 21 de mayo, mediante sendas notas de prensa, finalmente se ha cumplido el peor de los presagios consumándose la expulsión de los facultativos veterinarios de Sanidad Exterior del Ministerio de Sanidad en favor del ...

Tal y como anunció FESVET a los medios de comunicación el 18 de marzo y el 21 de mayo, mediante sendas notas de prensa, finalmente se ha cumplido el peor de los presagios consumándose la expulsión de los facultativos veterinarios de Sanidad Exterior del Ministerio de Sanidad en favor del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, que desde hace tiempo ansiaba su control.

Se ha disfrazado este destierro como una "reorganización y delimitación de actuaciones de los ministerios de Sanidad y Agricultura" cuando claramente se trata de un secuestro ejercido desde Agricultura hacia competencias de Veterinaria de Salud Pública ejercidas desde el Ministerio de Sanidad, que corresponden al Cuerpo de Veterinarios Titulares y que exceden el ámbito de la sanidad de la cabaña pecuaria. Sin embargo, son competencias que Agricultura ambicionaba por la presión de agricultores y ganaderos, ya que le permiten ejercer de primera mano la inspección de los productos que se importan y, por lo tanto, aumentar o disminuir la presión de los controles según sus prioridades.

Pero lo más relevante de todo esto es que los facultativos veterinarios, concretamente el Cuerpo de Veterinarios Titulares del Ministerio de Sanidad, han sido la moneda de cambio y el chivo expiatorio que está pagando, y muy caro, los intereses, las presiones y las guerras comerciales del Ministerio de Agricultura.

La fuerza y competencias de este cuerpo profesional dentro del Ministerio de Sanidad antes del traspaso de competencias a las comunidades autónomas, en el que se agrupaban en torno a 6000 facultativos, fue sin duda, la razón principal, sino quizás la única, por la que la Veterinaria de Salud Pública figura como una actividad básica del Sistema Sanitario en el artículo 8.2 de la Ley General de Sanidad y por la que la Veterinaria figura como una profesión de nivel de Licenciado en el artículo 6 de la Ley de ordenación de las profesiones sanitarias.
Sin embargo, en las últimas décadas y sobre todo en los últimos años, ha habido un acoso constante hacia este cuerpo salubrista desde el Ministerio de Agricultura que, ayudado por la complicidad y complacencia del Ministerio de Política Territorial y M. D., y favorecido por el descuido y abandono del Ministerio de Sanidad, han ido horadando, tanto los efectivos, como las competencias de los Veterinarios Titulares.

Llegados a este punto, hay que ser conscientes de cómo se redactan y publican las leyes sanitarias de carácter estatal. Así, al igual que las leyes que afectan al ámbito agrícola las redacta y revisa antes de su publicación, fundamentalmente el personal que depende del Ministerio de Agricultura, las leyes estatales del ámbito de la salud las modifica, redacta y revisa antes de su publicación, fundamentalmente el personal que depende del Ministerio de Sanidad. De esta manera, sin un cuerpo profesional veterinario como el de Titulares dentro del Ministerio de Sanidad, y sin todas sus competencias salubristas fuertes y bien delimitadas, no habrá personal sanitario veterinario que participe activamente en la modificación de leyes sanitarias existentes o en la redacción de otras nuevas.

Así, con el absurdo destierro de la AESAN al Ministerio de Consumo, con la vergonzosa expulsión de las competencias veterinarias de Sanidad Exterior hacia Agricultura, y con el acoso y derribo ejercido desde el Ministerio de Agricultura y el de Política Territorial hacia el Cuerpo de Veterinarios Titulares, se está poniendo la alfombra roja a que, en las futuras modificaciones de las principales leyes sanitarias, entre ellas algunas tan importantes como las que acabamos de mencionar, se expulse a toda la profesión del ámbito de la salud. Es decir, se está poniendo en grave peligro el reconocimiento del carácter sanitario de la profesión veterinaria.

Unido a esto, hay que entender que las principales reivindicaciones de la profesión, tanto desde el ámbito de la medicina veterinaria clínica privada, como desde el ámbito de la Veterinaria de Salud Pública ejercida desde las distintas administraciones, están estrechamente ligadas al pleno reconocimiento sanitario de la Veterinaria, tanto en las leyes como en la práctica. No en vano, una de las principales reivindicaciones del campo del ejercicio privado es la aplicación del IVA sanitario a la clínica y el reconocimiento de sus centros como centros sanitarios, y una de las principales reivindicaciones del campo de la Veterinaria de Salud Pública es la inclusión de la plantilla en el Sistema Nacional de Salud y el desarrollo de especialidades propias en el campo de las Ciencias de la Salud. Esto es así hasta tal punto, que las dos únicas manifestaciones nacionales de veterinarios que se han conocido hasta la fecha y que discurrieron por Madrid tenían como lema, "SOMOS VETERINARIOS, SOMOS PROFESIONALES SANITARIOS".

Así, desde FESVET, que es una organización sindical coherente con los anhelos y aspiraciones de la Veterinaria, y que tiene entre sus objetivos la mejora de las condiciones laborales de los facultativos veterinarios y el pleno desarrollo y reconocimiento sanitario de la profesión, no puede más que denunciar como un grave riesgo y peligro la expulsión de los veterinarios de Sanidad Exterior del Ministerio de Sanidad, a la vez que apoya firmemente el refuerzo y revitalización del Cuerpo de Veterinarios Titulares. Por eso, también aplaudimos el recurso presentado por la Asociación de Veterinarios Titulares y Veterinarios de las Administraciones Públicas frente a la ausencia de oferta de plazas en 2024 para dicho cuerpo.

 

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