Nos adentramos en el verano de la mano de los meses con las temperaturas más altas del año. Según los últimos datos del estudio elaborado por el Centro de Política de Suelo y Valoraciones (CPSV) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), el año pasado fue el más cálido registrado ...
Nos adentramos en el verano de la mano de los meses con las temperaturas más altas del año. Según los últimos datos del estudio elaborado por el Centro de Política de Suelo y Valoraciones (CPSV) de la Universidad Politécnica de Cataluña (UPC), el año pasado fue el más cálido registrado en los últimos 174 años, con casi 1°C más de media y, en el caso de este 2024, no parece que la tendencia vaya a ser distinta. Por ello, Sanicat, marca experta en arenas para gatos y bienestar felino, aborda cómo el verano y el calor representan un riesgo real para la salud de nuestros gatos proporcionando información sobre cómo prevenir, detectar y tratar los golpes de calor en nuestras mascotas este verano.
¿Qué son los golpes de calor y cómo evitarlos?
El golpe de calor es una condición potencialmente mortal y puede ocurrir cuando los gatos no pueden regular adecuadamente su temperatura corporal. Para medirla, se utilizan termómetros digitales a través del recto, nunca de mercurio. La temperatura normal de los gatos suele rondar alrededor de los 39ºC, aunque algunos pueden tener unas décimas más, dependiendo de su nivel de excitación. Por encima de los 40ºC, es importante buscar soluciones para bajar la temperatura de los gatos. A partir de los 41ºC, la situación se vuelve más grave, por lo que normalmente se establece el límite en 40ºC. Sin embargo, puede haber ligeras variaciones individuales según el animal. Por ello, con los pasos apropiados, podemos prevenir y tratar esta emergencia veterinaria.
En este sentido, Víctor Algra, veterinario clínico y divulgador, aconseja tres simples gestos que pueden ayudar a los dueños de gatos españoles a mantenerlos seguros durante este verano:
Prevenir, mejor que curar: proporcionar a tu gato áreas frescas y sombreadas, tanto dentro como fuera de la casa, donde pueda descansar cómodamente, es fundamental para poder asegurar un buen nivel de salud y bienestar felino. Para ello, es muy importante: asegurarse de que siempre tenga acceso a agua limpia y fresca; limitar la actividad física de nuestro gato durante las horas más calurosas del día; y nunca dejarles solos en un vehículo, incluso con las ventanas abiertas, puesto que puede crearse un efecto invernadero dentro del coche e incrementar así el riesgo de muerte.
La detección temprana, una mano amiga: en este caso, es crucial prestar atención a los signos que demuestren que nuestro gato no se encuentra bien. El golpe de calor no es una ligera elevación de la temperatura, sino que se trata de una urgencia veterinaria que produce un shock metabólico donde se desencadenan desajustes a nivel celular. Estas alteraciones tienen graves consecuencias que pueden conducir a un síndrome de disfunción multiorgánica y la muerte. Algunos de los síntomas son la respiración acelerada, salivación excesiva y exceso de debilidad y letargo. Hay que poner especial cuidado con los gatos más vulnerables como los de edad avanzada, aquellos de nariz chata o los que tienen sobrepeso.
Poniéndonos en marcha para el tratamiento de emergencia: siempre, ante la más mínima duda, debemos recordar que se trata de una urgencia y que la vida del animal puede estar en peligro. Es crucial actuar a tiempo, ya que existe una alta tasa de mortalidad. Por ello, si nuestro gato presenta algunos de los síntomas relacionados con un posible golpe de calor, lo primordial es intentar que su temperatura corporal baje de forma gradual. Para ello podemos retirarlo del calor y refrescarle gradualmente con agua fresca, evitando la hipotermia. Esto es algo de vital importancia mientras encontramos ayuda de un profesional veterinario. Podemos humedecer gradualmente su pelaje con agua (no extremadamente fría) y colocarle cerca de ventiladores o en zonas con corriente de aire para ayudar a disipar el calor. Nunca debemos cubrirlo completamente con toallas húmedas, ya que esto podría favorecer la retención de calor en su cuerpo. Una vez hayamos aliviado a nuestro felino, es esencial llevarlo al veterinario de inmediato. Aunque haya mostrado signos de mejoría, debemos asegurarnos de que no haya daños internos.
El I Barómetro Felino de Sanicat, advierte que 3 de cada 10 dueños españoles no saben reconocer cuando su gato se encuentra mal a través de los maullidos, lo que puede agravar la detección temprana de golpes de calor, poniendo en riesgo la salud de los felinos. Por ello, si sospechamos que nuestro gato está sufriendo hipertermia, para evitar cualquier riesgo innecesario, lo ideal es tomar la temperatura corporal de nuestro gato.
Ante esto, Algra insiste: "Siguiendo estos pasos, podremos disfrutar de un verano seguro y saludable junto a nuestros amigos felinos, ya que la prevención y la acción rápida son claves para evitar consecuencias graves. Para poder actuar a tiempo ante cualquier problema médico, es necesario que conozcamos los signos con los que nuestro gato nos avisa. No debemos olvidar que algunos gatos se comunican con nosotros mediante maullidos, que en ocasiones pueden ser indicativos de problemas de salud. Asimismo, llevar regularmente a nuestros gatos al veterinario puede marcar una gran diferencia en su salud, ya que muchas enfermedades felinas no presentan síntomas hasta que están muy avanzadas. Los chequeos médicos deben ser una prioridad en su cuidado, especialmente para animales geriátricos o con enfermedades crónicas."